El 70 % de los menores que sufre acoso escolar lo padece a diario y en más del 40% de los casos desde hace más de un año. Las cifras se extraen del I Estudio sobre bullying según los afectados, presentado este jueves por la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, cuyo objetivo es analizar este problema desde la perspectiva del menor que lo sufre o del adulto que lo denuncia.
El teléfono ANAR (gratuito, confidencial y atendido por psicólogos 24 horas) atendió en 2015 un total de 573 casos de acoso escolar, lo que supone un aumento del 75% respecto a 2014 (328 casos). La cifra del año pasado supone cuatro veces más que los afectados atendidos en 2009, cuando fueron 154.
Tres de cada diez de los menores (30,7%) que llamaron pidiendo auxilio para salir de esta situación reconocen que no se lo han contado a su familia porque no quieren preocuparles, porque sienten miedo o porque temen una sobrerreacción de los padres ante el colegio o con los acosadores. Los datos de ANAR muestran también que el problema afecta por igual a chicos y chicas y que, según los casos registrados, la edad más habitual de las víctimas son los 12 y 13 años.
Entre los motivos que alegan las víctimas para sufrir el acoso, están ser poco hábiles en la relaciones sociales, estar fuera de la moda, defectos físicos, ser diferentes o sufrir discapacidades. “Si el principal motivo de acoso es ser diferente, todos somos diferentes y por tanto cualquier niño es sujeto de acoso”, ha explicado el director general de la Fundación Mutua Madrileña, Lorenzo Cooklin, quien ha alertado de la extensión del acoso al domicilio o al entorno de la víctima a través de la redes sociales.
El 'ciberbullying'
El informe detecta un uso intensivo de nuevas tecnologías , sobre todo grupos de whatshapp, donde insultan y critican a la víctima y un mayor grado de acoso tras la salida del colegio, junto a amenazas en el barrio y a través de redes sociales.
El responsable de ANAR Benjamín Ballesteros ha destacado el aumento de las llamadas al teléfono de ayuda cuando se conocen supuestos casos de acoso, como el de Diego, que denunciaron sus padres tras su muerte. “Tras las últimas noticias sobre casos de acoso escolar a finales de enero, se ha registrado un crecimiento de las llamadas sobre todo de padres pidiendo ayuda, de profesores para informarse sobre protocolos de actuación, de niños con un alto nivel de ansiedad por sentirse víctimas y de padres de niños que son testigos del acoso”, ha explicado.
Entre las pautas que ofrecen los expertos para identificar a una víctima, el informe alerta de que el menor se muestra triste y vulnerable, falta a clase, tiene marcas o rasguños o se relaciona menos con su entorno. Respecto al acosador, recuerda que esos menores suelen formar parte de peleas y disputas, son jóvenes que no controlan sus impulsos, son agresivos y justifican las reacciones violentas.
En este sentido, el portavoz de ANAR ha destacado que el mensaje también se dirige al acosador, “que no es un monstruo, sino que se transforma en algo diferente de lo que es cuando desarrolla esa actitud”. “El agresor muchas veces no sabe que con su actitud está haciendo tanto daño”.
Los responsables de ambas fundaciones han destacado que, en general, “los padres consideran que los centros escolares funcionan tarde y cuando lo hacen se ponen de perfil”. En este sentido, han reclamado una ley de prevención de la Violencia en las Aulas que obligue a los centros educativos a poner los medios necesarios para erradicar las prácticas de acoso escolar.
Las medidas del Gobierno
El Gobierno presentó a principios de año su plan estratégico de convivencia escolar con el que pretende, entre otras cosas, luchar contra el acoso escolar. La medida estrella de varios meses de trabajo entre el Ejecutivo central y las Comunidades Autónomases un teléfono de atención gratuita para los menores que estará operativo los 365 días del año.
A este recurso se añaden la creación de un protocolo de actuación para prevenir los casos de acoso escolar, una guía de padres para que las familias sean capaces de identificar posibles signos de acoso, formar a profesores y equipos directivos en “actuaciones educativas de éxito”, una web, la difusión de materiales informativos sobre buenas prácticas y una “mejora de la seguridad en los centros educativos”, entre otras medidas.