El porcentaje de niños y niñas entre 4 y 14 años que con problemas de salud mental se han multiplicado tras la pandemia. La organización Save the Children ha hecho la primera encuesta que pone el foco en el impacto de esta coyuntura en el estado de ánimo de los menores específicamente. Según los resultados, basados en las respuestas de los progenitores, los trastornos mentales -como la ansiedad o la depresión- son cuatro veces mayores que en 2017 y los problemas de conducta -entre ellos el déficit de atención o los comportamientos destructivos-, casi tres. Del 1,1 al 4% y del 2,5 al 6,9%, respectivamente. Los datos de 2017 están extraídos de la última Encuesta Nacional de Salud.
Save the Children identifica que las dificultades socioeconómicas disparan el riesgo de sufrir trastornos en la salud mental. La prevalencia es el triple en familias de renta baja (12,8%) que en núcleos con ingresos altos (2,6%), según el informe Crecer Saludable(mente), un análisis sobre la salud mental y el suicidio en la infancia y la adolescencia, presentado este martes.
“Los niños de familias pobres sufren un estrés y una angustia superiores que conducen a problemas de salud mental. Sienten la precariedad laboral o la incertidumbre económica”, ha explicado Andrés Conde, director general de la organización. La edad es otro factor importante: a más años, más problemas.
El suicidio es la manifestación más extrema de los trastornos de salud mental. Según sus progenitores, un 3% de los niñas, niñas y adolescentes habrían tenido pensamientos suicidas, de acuerdo a la encuesta realizada por Save the Children. Pero la organización advierte: “Estos datos deben tomarse con precaución porque la evidencia cualitativa recogida señala que el pensamiento suicida no es fácil de contar ni de escuchar. Por lo tanto, es probable que muchas familias no conozcan lo que está sucediendo hasta que se produce una lesión seria”.
Los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que los suicidios en menores de 18 años se convirtieron en la primera causa externa de muerte en el primer semestre de 2020 como consecuencia de la caída de los accidentes de tráfico (habitualmente en primer lugar) por el confinamiento. En la segunda mitad del año, “los patrones de muertes por suicidio y por accidentes de tráfico volvieron a ser los mismos que en años anteriores”, subraya el informe. En todo 2020, murieron 61 niños, niñas y adolescentes por suicidio.
70 días de espera para una primera consulta
En términos generales, la investigación de Save the Children constata que la pandemia ha traído a la vida de los niños, niñas y adolescentes nuevas preocupaciones, miedos e infelicidad. Si en 2017 un 19,3% de padres y madres entendían que sus hijos e hijas tenían muchas preocupaciones, ahora ese porcentaje ha alcanzado el 30,2%. Y casi uno de cada cinco niños se siente “desanimado” tras la pandemia. Este porcentaje se ha duplicado en cuatro años.
Este aumento del malestar entre los menores no está siendo respondido adecuadamente desde el sistema de salud. El informe ha recabado los días de espera para acceder a una consulta psicológica infantil en diversas comunidades. Los territorios con más demora son Murcia, con 79 días o Madrid, con 61.
“Se trata, en la mayoría de casos, de esperas de más de un mes para empezar a acompañar desde la sanidad pública el sufrimiento emocional de los niños, niñas y adolescentes y sus familias”, apunta Save the Children, que alerta de que ante la gran demanda y los pocos recursos “se atienden solo los casos muy graves”. Según la encuesta realizada a 2.000 progenitores, pese los diagnósticos de trastornos mentales han caído del 83,2% al 74,6% y los de problemas de conducta del 93,1 al 75%.