Manuela Macías no llega a fin de mes. Es madre sola, con dos menores a cargo, y no tiene trabajo. Su situación se reproduce en otros hogares. En concreto, en cerca de un millón y medio en España. Son las familias llamadas monomarentales, los núcleos que según el último informe de Save the Children sufren un mayor riesgo de pobreza infantil.
La tasa de pobreza en los niños que viven estos hogares alcanza un 54%, 12,5 puntos más que el conjunto de la población infantil y el doble que el total de la población. Un 65% de las mujeres afirma tener dificultades para llegar a fin de mes, 10 puntos por encima del resto de hogares, y en la cuarta parte de los casos la pobreza que golpea es severa. Son familias, como recalca la ONG responsable del informe, sometidas a un mayor riesgo de pobreza o exclusión social, no sólo por su situación económica, sino también por factores como el empleo, la vivienda, la salud o la red de apoyo.
Según las conclusiones presentadas en rueda de prensa por el director General de Save the Children, Andrés Conde; y su directora de Sensibilización y Políticas de Infancia, Ana Sastre, más de la mitad de estas madres está en paro, una de cada dos tiene también problemas de vivienda por impagos o riesgo de desahucio y la cuarta parte ha dejado ya de comprar medicinas o seguir tratamientos por problemas económicos. Hasta un tercio viven en situación de exclusión sanitaria.
“La pobreza infantil cuando la madre está en paro afecta a tres de cada cuatro niños, pero sorprende negativamente que aunque trabaje, más de la mitad de los niños sigue estando en situación de pobreza. Es como si irremediablemente la identificación de trabajadora pobre se adhiriese a la mujer que encabeza el hogar monomarental”, apunta la ONG.
Además, el 40% de estas mujeres no pueden caldear la casa en invierno y no tiene dinero suficiente para los gastos de la vivienda, que en un tercio de los casos está en un barrio marginal. De hecho, el número de mujeres que ha tenido que regresar a vivir a casa de sus padres duplica al del total de hogares monoparentales y la situación se está agravando: cuatro de cada diez consideran que su nivel de vida había empeorado mucho durante el último año.
En este sentido, el informe indica que el mayor aumento de las situaciones de pobreza y exclusión el año pasado se produjo sobre estas familias monoparentales respecto de las cifras de 2013, con una subida del 6% en el riesgo de exclusión hasta alcanzar al 53,3% de los hogares y un incremento del 4% en el nivel de pobreza relativa, que ya afecta al 42%. En los hogares con dos adultos la pobreza relativa está en el 25,8%, un 16% menos.
Un 27,2% de los niños no se alimentan bien
Las consecuencias para sus hijos son importantes. El 21% de estos niños con madres solas no puede permitirse tener unas gafas y el 30% no puede seguir un tratamiento especializado. El 68% de estas familias ha necesitado reducir gastos relacionados con la alimentación y más de una de cada cuatro (27,2%) no siguen una dieta equilibrada que incluya la cantidad de proteínas recomendada, cifra que es del 20% en hogares biparentales.
“No son pocos los niños que tienen problemas psicológicos relacionados con las situaciones vitales estresantes que se viven en sus hogares. Estas circunstancias pueden ocasionar en los niños desde problemas de malnutrición a problemas psicológicos que, entre otras consecuencias, pueden incidir en su rendimiento escolar”, alerta la ONG, para incidir en que “no son pocos los niños que tienen problemas psicológicos relacionados con las situaciones vitales estresantes que se viven en sus hogares, ni tampoco es extraño que, a consecuencia de estos problemas, tengan dificultades académicas”.
La pobreza en casa repercute asimismo en su integración, pues casi la mitad de estos menores se encuentran en situación de exclusión social, frente al 25,1% de la población general.
Un 36% de las familias no tienen red de apoyo
Conforme detalla la investigación de Save The Children, en muchos casos, no hay red de apoyo que solvente esta situación pues el 36% de las madres solas no tienen a quién recurrir ante un problema. Eso repercute también en su salud, más de la mitad han tenido depresiones o crisis de ansiedad.
“El hecho de que los porcentajes de riesgo de pobreza y exclusión en estos hogares sean más elevados que los del conjunto de la población se debe a que la madre no solo debe 'hacer frente a responsabilidades por partida doble en calidad de proveedor del sustento y cuidador de la familia', sino también a una falta de apoyo y de red suficiente para, de manera compartida, sostener esta situación, con el consiguiente desgaste”, explica.
Para la organización, es imprescindible que los poderes públicos se comprometan a aumentar la inversión pública en España en políticas de protección social a la infancia, “que actualmente (1,4%) es netamente inferior a la media de la UE28 (2,2%)”, para alcanzar el objetivo marcado por la Unión Europea (UE) de reducir como mínimo en veinte millones el número de personas en situación de pobreza y exclusión social para el 2020.
En paralelo, pide una serie de medidas enfocadas a esta realidad particular, como la creación del estatus de familia monoparental que suponga una definición homogénea de este tipo de hogar y permita garantizar “un mínimo de protección” por parte de todas las administraciones, con un sistema de cerficación específico y estadísticas que permitan dimensionar la realidad.
Propone asimismo una revisión e incremento de la prestación económica por hijo a cargo o menor acogido, crear una prestación de maternidad no contributiva para aquellas madres sin recursos que estén en activo con demanda de empleo, ampliar la deducción por maternidad para las familias así que estén en riesgo de exclusión y tengan hijos menores de tres años y una deducción fiscal especial para las que tengan hijos que no han cumplido los 18 años.
Proteger a estos niños frente a los desahucios con una regulación específica, tratar a las familias monoparentales como grupo especial a todos los efectos -desde la educación pública hasta el acceso a medicamentos- permisos parentales de un año por nacimiento y políticas de apoyo a la conciliación de personas solas, son otras de las propuestas de Save The Children para evitar que las madres estén “más solas que nunca”.