Los obispos fichan al 'topo' de Cremades, que entrega 'in extremis' la auditoría sobre la pederastia en la Iglesia
Fue, al menos hasta este verano, el principal responsable de la auditoría sobre abusos sexuales en la Iglesia que Cremades&Calvo Sotelo afirma haber remitido por correo electrónico este viernes a la Conferencia Episcopal (CEE). En octubre, Alfredo Dagnino, letrado mayor del Consejo de Estado y expresidente de la Asociación Católica de Propagandistas, era despedido del despacho, acusado de haber enviado en verano a los obispos un supuesto borrador del informe final de más de 2.000 páginas, muy benévolo con la institución y que minimizaba el número de casos.
Dicho informe, cuya veracidad negó el propio Cremades, ha servido de base a los obispos para ningunear una auditoría que “llega tarde”, en palabras del presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Omella. Sin embargo, los obispos no se olvidaron del favor de Dagnino. Tanto es así, que en la pasada Asamblea Plenaria la CEE eligió a Dagnino compliance officer, esto es, máximo responsable de garantizar que los procesos organizativos de la Iglesia española cumplan con los requisitos legales, políticas de organización o reglamentos externos. A preguntas de elDiario.es, el portavoz episcopal, Josetxo Vera, no ha querido responder sobre el sueldo que cobrará el abogado.
Los obispos sí que anunciaron los otros dos miembros del equipo que, junto a Dagnino, darán luz verde a cualquier proyecto económico que pase por la Iglesia española. Se trata del catedrático de Derecho Público Eclesiástico, asesor personal del arzobispo de Toledo y subdirector general de Relaciones con las Confesiones del Ministerio de Justicia en tiempos de Rajoy y durante los primeros meses del Gobierno de Pedro Sánchez, Jaime Rosell; y del secretario técnico, letrado asesor del servicio jurídico civil, Jesús Miguel López Nieto. Nieto es sobrino del sacerdote Silverio Nieto, durante años responsable legal de la Conferencia Episcopal, y que en la actualidad se encuentra en la mira de la Santa Sede por su cuestionada gestión de algunos casos de abusos sexuales, como el de Gaztelueta.
¿Un pago por los servicios prestados?
Desde la CEE explican que se ha optado por estos tres perfiles “por su cualificación desde el punto de vista técnico, jurídico y personal”. El responsable de la Oficina de Información del episcopado, Josetxo Vera, ha aclarado que en la anterior Asamblea Plenaria celebrada en noviembre, los obispos propusieron a estas tres personas, expertas del ámbito jurídico, para liderar este departamento de la Casa de la Iglesia, un año después de que aprobaran el sistema de compliance para la Conferencia Episcopal Española. Sin embargo, los obispos lo contratan después de que saliera del despacho de abogados por las supuestas filtraciones hacia la CEE.
Todo ello mientras Javier Cremades ha apurado al límite el plazo para enviar a la Iglesia española la auditoría firmada hace casi dos años y que, hasta el momento, ha costado a las arcas episcopales más de 1,3 millones de euros. El portavoz del bufete, Manuel Campo Vidal, ha especificado a elDiario.es que con este envío telemático “se cumple escrupulosamente” el contrato suscrito con los obispos.
Tal y como ha podido confirmar elDiario.es, el bufete se había comprometido ante los obispos a entregar los resultados finales de la auditoría entre el 14 y el 15 de diciembre, cosa que no se ha producido. Al menos, físicamente. Y que, de alguna manera, los responsables episcopales sabían que no iba a producirse. De hecho, tanto el presidente de la CEE, Juan José Omella, como el secretario general, César García Magán, se encontraban este viernes en sus diócesis respectivas, no en Madrid.
Un divorcio total
Lo que parece evidente es que el divorcio entre Cremades y la CEE es total. En algunos ámbitos episcopales, el enésimo retraso de Cremades es interpretado con sorna. “Quiere darnos el regalo en Navidad”, apunta un obispo, que recuerda cómo el pasado martes el cardenal Omella ya advertía que el informe, cuando se presente, “llegará tarde”, y que, si pudieran, los obispos optarían por romper el contrato y no publicar una auditoría que, lejos de lo que se esperaba en un principio, no será complaciente con la Iglesia.
En todo caso, y pese al envío telemático de Cremades, el bufete asegura que entregará físicamente la auditoría en la sede de la Conferencia Episcopal la próxima semana. ¿Cuándo lo conoceremos? Esto ya es responsabilidad de los obispos, que, al menos, se tomarán la Navidad para estudiarlo, antes de presentarlo en público o hacer una nota de prensa. Algunos, incluso, plantean que, primero, la auditoría habría de pasar por la Comisión Permanente, que se celebrará a finales de enero. En todo caso, casi dos años después de su encargo, la ya no esperada auditoría de Cremades ha llegado. Aunque solo sea por e-mail.
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