Los países miembros de la OCDE alcanzaron los 113 millones de inmigrantes en la primera década del siglo XXI, un 9,5 % de sus 1.185 millones de habitantes, según un estudio presentado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).
El dato supone un incremento del 40 % respecto a la década precedente, según el informe “Conectando con los emigrantes. Perfil de las diásporas”, que recaba datos de 2000/01 a 2010/11 en 33 países de la OCDE y 51 que no forman parte de esa organización.
El estudio arroja que las migraciones “intra-OCDE” (entre los propios países que forman parte de esa organización) representan el 41 % del total del fenómeno en el período analizado.
Además, de esos 113 millones de personas mencionados, 31 millones disponían de educación de tercer grado y el 66 % de los altamente educados provienen de Asia y Oceanía, indica el informe.
Con una perspectiva de género, la OCDE contaba en 2010/11 con 16 millones de mujeres inmigrantes altamente educadas frente a 15 millones de hombres, subrayó la economista de la OCDE y experta en migraciones internacionales Theodora Xenogiani durante la presentación del informe en París.
Esos datos reflejan que existe una “fuga de cerebros” que responde, en gran medida, a que “las personas con más cualificación creen tener más posibilidades de tener éxito” y “políticas de inmigración de los países de destino”, que generalmente privilegian a los inmigrantes con mayor recorrido académico, agregó.
El pico migratorio analizado por la OCDE -que no distingue entre inmigrantes y refugiados- se registró a mediados de la década analizada, con una contracción hacia el final del período ligada a la crisis económica y financiera global.
“Es de sobra conocido que en España, por ejemplo, la gente que trabajaba en el sector de la construcción se vio muy afectada por la crisis”, agregó Xenogiani.
Del total de inmigrantes en países de la OCDE, hasta 15,4 millones provenían de América Latina y el Caribe, es decir, 5 millones de personas más que una década antes.
Otro de los fenómenos que rodean a la inmigración es el llamado “desperdicio de cerebros” pues 7,8 millones de los citados inmigrantes desempeñaban un trabajo para el que están sobrecualificados, especialmente en personas que provienen de Latinoamérica y el Caribe (45 %).
Estados Unidos y Europa se sitúan como los destinos privilegiados por latinoamericanos y caribeños y “especialmente España, donde el número de individuos se incrementó de 0,7 a 1,9 millones” y “más moderadamente” en Estados Unidos.
La diáspora latinoamericana representaba el 4,9 % de la población española y el 4,9 % de la estadounidense al término de esa primera década del siglo XXI. Estos datos no computan los inmigrantes de Chile y México pues se computan como países OCDE y no como países latinoamericanos.
El experto en flujos migratorios de la AFD Rohen D'Aiglepierre explicó que “aunque pudiera parecer lo contrario, de los inmigrantes en la OCDE, solo el 5 % del total proviene de África subsahariana”, frente al 15 % de América Latina y el Caribe, por ejemplo.
Se trata, no obstante, de la región donde más ha crecido la emigración, con un aumento del flujo del 70 % en la década analizada, precisó.
D'Aiglepierre indicó que la mejora económica en los países de origen no garantiza automáticamente una ralentización de los flujos migratorios pues es necesario alcanzar un “suelo” de bienestar para invertir la tendencia, agregó.
El informe añade que, según un estudio estadístico de Gallup World, unos 406 millones de personas de 150 países cambiarían de país definitivamente si tuvieran oportunidad, principalmente hombres, jóvenes, con alta cualificación académica y económicamente acomodados.