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La ONU usa un truco contable y presenta la subida de emisión mundial de CO2 como una rebaja

Una especie de truco contable le ha servido a la Organización de las Naciones Unidas para transformar el aumento real en la cantidad de dióxido de carbono (CO) que va a ser lanzada a la atmósfera en la próxima década en una rebaja oficial.

La ONU ha aplicado un filtro a los planes de los gobiernos presentados para la próxima Cumbre sobre Cambio Climático de París (COP21). Divide las toneladas de gas entre la futura población mundial. Así ha convertido un incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero en una “reducción de hasta el 9%” para 2030. La organización habla de “emisiones medias mundiales per cápita” en lugar de calcular el volumen de gas que terminará taponando la atmósfera.

Más de 140 estados han remitido sus planes climáticos nacionales para la cita de París a finales de noviembre. La ONU ha sido la encargada de recopilarlos. Cada ejecutivo ha enviado las limitaciones a la polución que ha considerado oportunas y las medidas que prevé poner en marcha. Después, la misma organización ha revisado lo que, a su juicio, supondrá la puesta en práctica de estas políticas. En contraposición, la organización Ecologistas en Acción ha calculado que “el resultado es que en 2030, las emisiones crecerán entre un 37 y un 52% respecto al nivel de referencia de 1990”.

La manera de obtener una cifra de reducción global, con más volumen de CO en el aire, es aplicar a las toneladas de gas una estimación sobre el crecimiento de la población mundial. Después, se divide ese volumen –grosso modo– entre la futura supuesta población. De ahí ese concepto de “emisión media per cápita”.

La propia responsable de la ONU sobre Cambio Climático, la costarricense Cristina Figueres, admitió al dar a conocer el análisis de la organización que los planes nacionales dejarían el aumento de la temperatura media de la tierra en 2,7 ºC “en ningún caso suficientes”. El límite de seguridad para el calentamiento global trazado por el Grupo de Expertos Intergubernamental está en los 2 ºC. Figueres trató de dar un barniz positivo al decir que  “sin estos planes se había proyectado [un aumento de] cuatro o cinco grados. Se mantiene la puerta abierta al límite de los dos grados”.

Estos planes nacionales (INDC en sus siglas en inglés) esconden algunos de los motivos por los que se emitirá más dióxido de carbono a pesar de que muchos países incorporan porcentajes de rebaja. Así, de los países más contaminantes, China (22% del total mundial); EE UU (19%); India (4,7%); Japón 4,3%) y Canadá (1,98%) han planeado recortar sus emisiones respecto al nivel de contaminación de 2005 –el año de entrada en vigor del protocolo de Kioto– no de 1990, valor de referencia que se utilizó para elaborar ese protocolo. Para 2005, las emisiones ya eran mayores. Entre los estados más industrializados, solo la Unión Europea y Rusia dicen que recortarán sus volúmenes de CO respecto al de hace 25 años.   

El nuevo método de trabajo

La cumbre de París (COP21) trabaja de manera opuesta el Protocolo de Kioto (1997). Para ese documento, la Convención de las Naciones Unidas estableció unos objetivos generales y los países tenían que negociar cómo repartirse la carga de esfuerzo para alcanzarlos. Ese protocolo no fue ratificado por EE UU y Canadá lo abandonó. Solo el compromiso de la Unión Europa de financiar la reconversión industrial del sistema soviético hizo que Rusia ratificase Kioto y se convirtiera en un texto legal que abarcaba el 55% de las emisiones mundiales. Ahora, el flujo de decisiones es el contrario. Son los estados los que han dicho a qué están dispuestos como base de trabajo.

Así, el último borrador que se ha elaborado para la COP 21 dice que el acuerdo “para reforzar y apoyar la respuesta global contra la urgente amenaza del cambio climático” implica la acción para “contener el incremento de la temperatura media global”... y ahí el documento se abre a seis posibilidades: por debajo de 2 ºC; por debajo de 1.5ºC; algo debajo de 2ºC; por debajo de 2 o 1,5 ºC; por debajo de 1,5 o 2ºC y tan por debajo de 2ºC como sea posible. “Cuanto más tardemos en realizar una reducción drástica de las emisiones, más costoso social, ambiental y económicamente será afrontar las consecuencias del actual modelo”, avisa Ecologistas cuando queda un mes para el inicio de las sesiones en París.