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El Papa declina la invitación de los obispos de visitar España después de que le desobedecieran

Los obispos volvieron a invitarle a visitar España. Y el Papa Francisco volvió a decir “no”. Definitivamente, Bergoglio está más alejado que nunca de la Conferencia Episcopal española. Después de las elecciones del pasado mes de marzo, en la que los obispos no siguieron las directrices del Papa, dejando fuera de la dirección de la Casa de la Iglesia a sus “hombres” en España (Carlos Osoro y Juan José Omella), Francisco recibió al presidente del Episcopado, Ricardo Blázquez, y al vicepresidente, Antonio Cañizares.

Francisco no vendrá a España porque no está de acuerdo con la línea mantenida por los obispos de nuestro país, que no terminan de asumir las reformas que Francisco quiere implantar en la Iglesia. Y esto se ha plasmado en dos sonoros silencios. El primero, al ser invitado, de nuevo, a visitar España. Y el segundo, cuando se le preguntaron “indicaciones” para la actual situación de nuestro país.

“El Papa está muy bien informado de lo que ocurre en España, tanto en el campo de la sociedad como de la Iglesia, pero no ha expresado ninguna valoración ni en un sentido ni en otro”, reconoció el cardenal Blázquez a la salida del encuentro, que se prolongó por espacio de 40 minutos. El cardenal de Valladolid también admitió que Francisco tampoco respondió a la invitación planteada por los obispos. “Él sabe que las puertas están abiertas, las de la sociedad, las de la Iglesia y las nuestras”.

Blázquez sí que mostró su opinión ante la situación política, deseando que “se clarifique definitivamente” el horizonte. Sin citar directamente a la moción de censura presentada por Unidos Podemos, o las trifulcas en el PSOE, el presidente del Episcopado subrayó que “bastantes meses estuvimos con un Gobierno en funciones”, y mostró su voluntad por “trabajar todos unidos de cara al futuro. Hay muchas cosas por hacer”.

Antes del encuentro con el Papa, la cúpula de la CEE se reunió con el Secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, con quien sí bajaron al terreno del papel de la Iglesia en España. En este punto, el portavoz del Episcopado, José Maria Gil Tamayo, sí destacó que el “número dos” vaticano encomendó a los obispos españoles la tarea de trabajar “en la defensa de los padres en la elección para la educación de sus hijos”, sobre todo ahora que se está negociando el Pacto Educativo, en referencia a la asignatura de religión y la escuela concertada, así como mantener las relaciones Iglesia-Estado basadas en la “independencia” y la “colaboración”.