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El Papa promete “severidad extrema” contra los curas pederastas y los obispos y cardenales encubridores

“Esos muertos pesan en mi corazón y sobre la conciencia de toda la Iglesia”. El Papa ha vuelto a pedir “humildemente perdón”, en nombre de los católicos por los casos de pederastia en la Iglesia, y por la estructura de silencio y ocultación que, durante décadas, se hizo ley entre la jerarquía.

Francisco ha escrito el prefacio de un libro del suizo Daniel Pittet, víctima de un cura pederasta. En el mismo, el Pontífice se compromete a “actuar con severidad extrema contra los sacerdotes que traicionan su misión y con la jerarquía, obispos o cardenales, que los protejan, como ha sucedido en el pasado”.

“¿Cómo un cura, al servicio de Cristo y de su Iglesia, puede llegar a causar tanto mal?”, se pregunta el Papa. “¿Cómo puede haber consagrado su vida para conducir a los niños a Dios y sin embargo los devora en lo que he definido como un sacrificio diabólico?”.

Para Bergoglio, los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia “son una monstruosidad absoluta y un horrendo pecado” que, en ocasiones, han acabado con el suicidio de las víctimas y, en todos ellos, con sus vidas destrozadas. “Esos muertos pesan en mi corazón y sobre la conciencia de toda la Iglesia”, admite el Papa. “Pido humildemente perdón a todas las familias afectadas”.

En el texto, Francisco agradece a Daniel Pittet su testimonio, titulado Lo perdono, padre, que “ayuda a derribar los muros de silencio que sofocaban los escándalos y los sufrimientos, y que muestra una terrible zona de sombra en la vida de la Iglesia”. El Papa define el libro como “un testimonio necesario, valioso y valiente”.

Francisco concluye subrayando que la historia de Pittet, como la de tantas víctimas que sobrevivieron a la tragedia y se atrevieron a denunciar los abusos, “abre el camino a una justa reparación hacia la gracia de la reconciliación y ayuda a los pederastas a tomar consciencia de las terribles consecuencias de sus acciones”.

España: Gaztelueta, Romanones, Astorga...

Mientras tanto, la Iglesia española continúa sacudida por sus propias contradicciones en lo tocante a la pederastia. Así, mientras se espera para mayo la declaración del principal encausado en el “caso Romanones” (dos años y medio después, el arzobispo de Granada, Javier Martínez, que declarará en el juicio, no ha sido expulsado, como marcan las normas dictadas por el propio Francisco para los obispos que no actúan de forma diligente), este martes declarará el profesor del colegio del Opus Dei en Bilbao acusado de abusos sexuales.

El caso Gaztelueta afecta también a la Obra, pues según el padre de la víctima, Juan Cuatrecasas, el Opus Dei no hizo nada para frenar los abusos ni para acompañar a las víctimas.

Entretanto, el próximo sábado, ex alumnos y ex seminaristas de Astorga y La Bañeza se concentrarán en la sede del Obispado de Astorga para exigir una reunión con el obispo, Juan Antonio Menéndez, y exigirle una pena más alta para José Manuel Ramos Gordón, el cura pederasta confeso, y para que se investiguen las decenas de casos que han ido saliendo a la luz pública en las últimas semanas. Y es que, en lo tocante a la pederastia, todavía queda mucho por hacer, especialmente en la Iglesia española.