Las parejas homosexuales tienen ciertas “peculiaridades significativas”. Así lo detalla un libro de Psicología de 2º de Bachillerato de la editorial McGrawHill, que incluye esta explicación en el apartado dedicado a la homosexualidad: Aunque “recientes investigaciones han ayudado a cambiar ciertos estereotipos y prejuicios”, comienza el texto, “han encontrado algunas peculiaridades significativas de su comportamiento”. Y cita: “los homosexuales dan más valor a lo afectivo que a lo puramente sexual y conciben la sexualidad como un juego y no como un deber o una obsesión”.
El libro, diseñado para alumnos y alumnas de 17 y 18 años, incorpora estas interpretaciones en el apartado dedicado a la homosexualidad dentro del tema 12, el correspondiente a la sexualidad humana. En él, dedica una parte a las “formas de expresión sexual”, entre las que incluye la “masturbación, heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad y parafilias (conductas sexuales atípicas)”. Este medio se ha puesto en contacto con la editorial, pero por el momento no ha obtenido respuesta.
Después de explicar la masturbación, pasa a la heterosexualidad, de la que tras detallar que es “la conducta más común entre los seres humanos” pasa a explicar que “se asienta y estabiliza durante la juventud”. Luego habla de tendencias: que las parejas se casan cada vez más tarde, que el número de divorcios iguala al de matrimonios o que hoy en día “las personas disponen de muchos lugares para establecer nuevas relaciones. Ahora muchas parejas se conocen y enamoran a través de internet”. Por último, explica qué sucede “cuando estamos enamorados”.
Aunque nombra la bisexualidad, no explica nada referente a esta orientación sexual y pasa a hablar de la homosexualidad, en la que especifica que “no hay problemas de identidad sexual, es decir, sentirse 'hombre' o 'mujer'; simplemente se trata de hombres que sienten atracción por otros hombres y mujeres que se sienten atraídas eróticamente por mujeres”. Después, hace un recorrido histórico por cómo la homosexualidad ha sido perseguida: “Hoy para la medicina ya no es sinónimo de enfermedad al igual que la heterosexualidad no es garantía de honradez o salud física”.
Sobre el “origen” de la homosexualidad, prosigue, “no hay acuerdo entre los investigadores aunque señalan que los factores genéticos, hormonales o neurológicos están en la base de esta orientación sexual”.
Para la psicóloga Itziar Fernández Cortés, el contenido es un “cúmulo de inexactitudes y errores”, que ya empieza “mezclando conceptos y contextualizando mal”. Sobre “las peculiaridades” de la homosexualidad, la experta avisa de que este tipo de afirmaciones “además de estigmatizar, sitúan a las parejas homosexuales como 'los otros, distintos, desviados de la norma'”. Por otro lado, en referencia al “origen” de la homosexualidad explica cómo depende de cada persona y que la orientación sexual “no es una línea infranqueable o un camino de una sola dirección”.
“Variaciones de la conducta sexual”
El texto, que ha llamado la atención de una profesora de un instituto público de Vigo que lo ojeó para incorporarlo como material de su asignatura, también ha sorprendido a la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB). “Que se refleje que ha habido un cambio social es importante y se entiende la intención de algunas referencias positivas, pero sorprende el tema de citar unas supuestas peculiaridades porque la diversidad humana hace que todos las tengamos, pero no dependen de la orientación sexual”, explica la responsable de Políticas Estratégicas de la FELGTB Paula Iglesias.
La experta recuerda algunos otros casos de contenido homófobo en libros de texto, como el que defendía que la heterosexualidad es más saludable que la homosexualidad, y, aunque reconoce que este da visibilidad al tema e incluye referencias a la homofobia, lamenta que este tipo de contenidos “no sean explicados con más rigor y desde la perspectiva de la diversidad”.
Iglesias también se refiere al apartado que dedica el libro a detallar lo que llama “variaciones de la conducta sexual”, que define como “comportamientos sexuales poco habituales, antes considerados perversiones sexuales”. Posteriormente enumera “los más comunes”: exhibicionismo, voyerismo, travestismo, fetichismo, sadismo y masoquismo, paidofilia (pedofilia).
Una mezcla de conceptos que, para Iglesias, puede “llevar a confusión” e indigna “justo cuando estamos intentando la despatologización de la transexualidad, es decir, que no sean tratadas como personas enfermas”. Y es que el travestismo es definido por el movimiento LGTBI como una expresión de la diversidad humana. Sin embargo, el libro lo define como una “tendencia a utilizar vestidos del otro sexo para conseguir la estimulación sexual”. En cambio, prosigue, “para los transexuales vivir y vestirse como miembros del sexo opuesto forma parte de su identidad sexual”.