La portada de mañana
Acceder
Aldama zarandea al PSOE a las puertas de su congreso más descafeinado
Corazonadas en la consulta: “Ves entrar a un paciente y sabes si está bien o mal”
OPINIÓN | Días de ruido y furia, por Enric González

Recuperar los restos de los asesinados y dejar de mantenerlo: la propuesta de las víctimas para el Valle de los Caídos

A los colectivos en defensa de la memoria histórica les ha sorprendido el cambio de postura del PSOE sobre el Valle de los Caídos. Los socialistas presentaron en el Congreso el pasado mes de diciembre –todavía mientras estaban en la oposición– una proposición de ley en la que apostaban por resignificar esta construcción franquista convirtiéndolo “en un centro nacional de memoria, impulsor de la cultura de la reconciliación, la memoria colectiva democrática y la dignificación y reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil española y la dictadura”.

Ocho meses después, y ya en el Gobierno, Pedro Sánchez renuncia a esta propuesta. “Tiene que ser un lugar de reposo, un cementerio civil para las víctimas de la contienda y el franquismo”, señaló en la gira latinoamericana que está desarrollando. La nueva propuesta consiste en dividir en dos partes el lugar: un cementerio civil y la basílica que ya existe.

“Un lugar de exaltación del fascismo no puede ser un lugar en defensa de personas que defendieron la democracia”, reseña Miguel Ángel Muga, presidente del Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid, que coincide con Sánchez al reconocer que no es un emplazamiento “de reconciliación”. 

La propuesta socialista no ha tenido una buena acogida entre las plataformas consultadas por esta redacción, consideran que no han explicado de forma detallada en qué va a consistir el cementerio civil y no entienden por qué pretenden conservar la basílica.

Críticas por conservar la basílica

“Es incongruente que se mantenga la presencia de la Iglesia, ya que fue un colaborador necesario del régimen [franquista]”, señala Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Asemeja esta postura a “un acto de negacionismo para esconder el terrible papel de la Iglesia en el Valle y como legitimadora de la dictadura”.

El presidente del Gobierno anunció que su propuesta consiste en que el Valle de los Caídos se convierta en “un lugar de reposo, un cementerio civil para las víctimas de la contienda y el franquismo”. Julián Rebollo, presidente de la plataforma contra la impunidad del franquismo, no apoya esta finalidad y le recuerda a Sánchez que “cada persona que fue asesinada y que sus restos se encuentran ahí tiene que ser enterrada donde determinen sus familiares”

Sobre la pretensión de crear un camposanto civil, Silva reseña que el Valle “ya es un cementerio”. “De lo que no se ha hablado es de un informe técnico para estudiar cómo se encuentran los restos y quien quiera que se lleve restos de sus familiares”, lamenta.

Por su parte, el historiador Nicolás Sánchez Albornoz tampoco aprueba la propuesta del Ejecutivo, cree que tiene “mala solución” porque está lleno de símbolos franquistas y es un lugar de “exaltación de una sublevación militar contra la democracia”. “No corresponde poner a las víctimas republicanas bajo la consigna de la cruz que les llevó a estar muertos. No me parece que sea el lugar más indicado”, añade el historiador. 

Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se muestran desconcertados por el cambio de propuesta del PSOE. “No entendemos a qué se debe el cambio. Siempre hemos defendido que se haga un relato en el Valle para tener en cuenta a los muertos, a los esclavos políticos que enterraron su libertad para trabajar como para algunas empresas que no tuvieron escrúpulos y se enriquecieron con esa tarea”, incide Silva. Esta plataforma considera necesaria que en este lugar se instale una exposición en la que se relate la historia de esta construcción franquista.

“Que la naturaleza siga su curso”

“Abogo por que la naturaleza siga su curso y se de prisa”, apunta Sánchez Albornoz sobre el futuro del Valle de los Caídos. Este historiador fue un preso político durante el franquismo, pasó seis meses recluido en ese emplazamiento y su fuga en 1948 junto a su compañero Manuel Lamana inspiró a Fernando Colomo para rodar Los años bárbaros. Considera que la existencia de esta construcción franquista es “contradictoria con la democracia”.

Por lo tanto, apuesta por “olvidarse y esperar que la naturaleza lo derribe”, para conseguirlo –le recuerda al Gobierno socialista– “el Estado tiene que dejar de invertir dinero en su mantenimiento”. “[La naturaleza] ya está haciendo lo posible para que desaparezca, está lleno de filtraciones y la cruz se tambalea los días de viento”, incide. A Silva no le desagrada esta sugerencia, aunque apuesta por mantener la exposición en la que se relate que “fue un campo de concentración”.

“Una vez que se saquen los restos de los republicanos, que se desacralice y que quiten la cruz, creemos que no se debe invertir en el mantenimiento de ese monumento. Eso sí, viendo la polémica que ha surgido consideramos que se tiene que hacer un lugar de reinterpretación, a 100 o 200 metros de allí. En el que se explica cómo sucedió el golpe militar, cómo se formó el valle, cómo utilizaron mano esclava de los republicanos”, añade Muga.

Rebollo cree que la solución ideal consistiría en “eliminar todas las instalaciones”, sin embargo debido al elevado coste de esta actuación responde que lo más factible sería “construir en él un centro de memoria”. Como primer paso, apuesta por quitar “la cruz y todo vestigio religioso” para evitar que sea un lugar de adoración al dictador.

Asimismo, añade que para convertirlo en un centro de memoria tienen que elaborarse “referencias en las que aparezcan todas las personas que fueron asesinadas por el franquismo, trabajadores republicanos que fueron obligados a ir”, así como hacer un recorrido por la historia de la Guerra Civil y la dictadura. “No puede servir para que asesinos y víctimas estén juntos”, advierte. Desde la plataforma contra la impunidad del franquismo quieren que en ese emplazamiento quede claro que Franco fue “un traidor, un golpista, un dictador y un asesino”.