Descubren que las pirámides de Egipto se construyeron siguiendo el curso de un brazo perdido del río Nilo

La mayor concentración de pirámides del antiguo Egipto se encuentra agrupada a lo largo de una estrecha franja desértica sin que se conozca el motivo de esta particular ubicación. Un equipo liderado por la investigadora egipcio-estadounidense Eman Ghoneim ofrece ahora una posible respuesta tras localizar, mediante imágenes por satélite, la existencia de un antiguo brazo del río Nilo, de 64 km de largo, que permanece enterrado bajo tierras de cultivo y desierto desde hace siglos, pero que hace 4.700 años pudo ser esencial para construir las 31 pirámides que se alinean en este lugar.

“Utilizamos imágenes de radar por satélite, junto con datos geofísicos y extracción de muestras del suelo profundo, para investigar la estructura del subsuelo y la sedimentología en el valle del Nilo junto a estas pirámides”, explican los autores en el trabajo que se publica este jueves en la revista Communications Earth & Environment. “Identificamos segmentos de una importante rama extinta del Nilo, a la que que corre en las estribaciones de la meseta del desierto occidental, donde se encuentran la mayoría de las pirámides”.

Los autores, que proponen llamar a esta rama desaparecida del río Ahramat (que significa 'pirámides' en árabe), aseguran que este descubrimiento puede explicar por qué estos campos piramidales se concentraron a lo largo de esta franja particular de desierto cerca de la antigua capital egipcia de Menfis, ya que habrían sido fácilmente accesibles a través del brazo del río en el momento en que fueron construidos. 

El hallazgo de que muchas de las pirámides tenían calzadas que terminaban en las orillas propuestas del brazo del río Ahramat, es —a su juicio— otra prueba de que el río se usaba para transportar materiales de construcción. Su razonamiento se basa en que muchas de las pirámides, que datan de los Reinos Antiguo y Medio, tienen calzadas que conducen a la rama y terminan en los Templos del Valle que actuaron como puertos fluviales a lo largo de ella en el pasado.

Un río “enterrado”

Este ‘alineamiento’ de 31 pirámides se encuentra en los campos entre Giza y Lisht, construidos durante un período de casi 1.000 años que comenzó hace aproximadamente 4.700 años, que ahora se encuentran en el borde del inhóspito desierto occidental, parte del Sahara. La evidencia sedimentaria sugiere que el Nilo solía tener un caudal mucho mayor, y que el río se dividía en varios brazos en algunos lugares. Los investigadores habían especulado anteriormente que una de estas ramas podría haber pasado por los campos piramidales, pero hasta ahora no había sido confirmado.

Sugerimos que Ahramat jugó un papel en la construcción de los monumentos y fue utilizado como vía fluvial de transporte para trabajadores y materiales

“Sugerimos que la sucursal de Ahramat jugó un papel en la construcción de los monumentos y que estuvo simultáneamente activa y utilizada como vía fluvial de transporte para trabajadores y materiales de construcción a los sitios de las pirámides”, escriben los investigadores. Sobre la desaparición de este brazo del Nilo, los científicos sugieren que una mayor acumulación de arena arrastrada por el viento, relacionada con una gran sequía que comenzó hace aproximadamente 4.200 años, podría ser una de las razones de la migración de la rama hacia el Este y su eventual sedimentación.

El arqueólogo del CSIC José Manuel Galán, líder del del proyecto español Djehuty, cree que este hallazgo es muy interesante porque confirma algo que los egiptólogos ya sospechaban. “El transporte de los bloques de piedra, efectivamente, era por agua”, explica a elDiario.es. “Lo asumíamos, y era fácilmente deducible, pero otra cosa es verlo, como han hecho los autores de este estudio”. Cuestión aparte, opina, es que las pirámides estén alineadas por la existencia de este canal, algo que le parece más dudoso porque todo el complejo de pirámides se encuentra en una zona que era inundable. “Una de las cosas bonitas que se está descubriendo ahora es que el paisaje era mucho más acuoso de lo que asumimos, el templo de Karnak estaba en una isla, y hay fotos antiguas en las que se ve que el agua llegaba a la isla base de las pirámides”. 

“Esto hasta cierto punto lo sabíamos”, coincide Sergio Alarcón, investigador de la Universidad de Harvard que trabaja en Saqqara. “Teníamos una idea de que existían canales, pero no se había visto que ese canal fuera el mismo y fuera tan largo”. En los años 2000, recuerda, se descubrieron una serie de diarios de un equipo que trabajaba en el transporte de la piedra, en el que hablaba de cómo las transportaban durante el periodo de la crecida del río, cuando había más profundidad de los canales para llegar hasta el complejo de Cheops. “Teníamos otro tipo de evidencia que nos hablaba de todo eso —asegura—, pero ahora se confirma con otros medios”.

Sobre la hipótesis de fondo que sostienen los autores, que la posición de las pirámides varió según esta rama del río estuviera más o menos cerca, cree que hay otros muchos factores a considerar. “Es posible que la ubicación de las pirámides se desplazara por esta causa, pero había otros motivos religiosos y de tradición que pudo condicionar la razón por la que eligieron estos lugares”, concluye.