La ciencia española se está quedando rezagada, tanto a nivel mundial como dentro de la UE. Esa es la principal lectura que se puede extraer del Informe sobre la ciencia y la tecnología en España que se presentará esta tarde en el Congreso de los Diputados. El documento alerta de los efectos de la “drástica reducción” de la financiación pública a la I+D en los últimos nueve años, que ha situado el presupuesto no financiero dedicado a investigación en el mismo nivel que en 1999. Además, los recortes en la financiación que se han efectuado desde 2009 han provocado una disminución “muy importante” de artículos de alto impacto de científicos españoles, así como una reducción de cerca del 60% en el número de patentes producidas.
“Hemos tenido un retraso enrome con respecto al resto de Europa”, explica a eldiario.es el coordinador de este informe, el investigador del Centro de Investigaciones Biológicas, Vicente Lárraga. “Mientras que nuestros socios europeos han incrementado su inversión en investigación entre un 12 y un 30 por ciento, nosotros la hemos disminuido en un 34 por ciento, lo que es un recorte brutal, por mucho que se intenten maquillar las cifras”, asegura este investigador.
La posición de Lárraga es compartida por Aurelia Modrego, profesora de economía de la Universidad Carlos III y coordinadora de una comisión de la Confederación de Sociedades Científicas de España que se dedica a hacer un seguimiento continuado de la política científica. En declaraciones a eldiario.es, esta investigadora ha asegurado que la ciencia española “está en una situación muy precaria, no solo en términos absolutos, sino también en comparación con el resto de países de la Unión Europea”.
Menos publicaciones de alto impacto
Durante los años posteriores a los primeros recortes en I+D, iniciados en la legislatura de Jose Luis Rodriguez Zapatero, los efectos de la reducción de la financiación apenas se hicieron notar en la productividad de la ciencia española. Sin embargo, con el paso de los años “el impacto ha sido muy evidente”, asegura Lárraga. “Uno puede aguantar 3, 4 ó 5 años, pero 9 años ya es demasiado”, concluye este investigador.
Uno de los datos más significativos del informe, elaborado por 12 reconocidos investigadores españoles para la Fundación Alternativas, es el de la publicación de estudios científicos. Según el informe, el sistema español de ciencia y tecnología ocupa el undécimo puesto en número de publicaciones. Sin embargo, a pesar de que el número de artículos en los que figuran autores españoles no ha dejado de crecer, se ha producido un importante descenso en el porcentaje de trabajos que se encuentran entre el 10% de los más citados a nivel mundial. “La disminución en calidad ha sido muy notable”, explica Lárraga, “y en este sentido no estamos ni entre los 20 primeros países a nivel mundial”.
Según Modrego, “cuando estos años anteriores se decía que los científicos españoles publicaban en las mejores revistas, no se estaba teniendo en cuenta que esas publicaciones no eran el resultado de la inversión de ese año, sino de varios años atrás”.
Pero donde más se ha notado el impacto de los recortes ha sido en la aplicación de la ciencia que se ha desarrollado estos años. “El número de patentes internacionales registradas por investigadores españoles ha caído un 60%, creo que es un dato muy claro”, afirma Lárraga.
Según el informe, también ha descendido el número de empresas dedicadas a la I+D, un dato que ya había sido adelantado por otros informes. “En el periodo entre 2010 y 2015 el número de empresas innovadoras en España ha disminuido en más de un 22% y la financiación que reciben las empresas para I+D ha bajado en un 43%”, explica Modrego.
Lejos de la media europea en número de investigadores
El informe también destaca el descenso en el número de científicos que trabajan en España. El sistema de I+D español emplea a algo más de doscientos mil investigadores, lo que supone un promedio de 6’8 investigadores por cada mil habitantes, una cifra que está muy por detrás de la media europea de 7’9.
La propia Comisión Europea ya alertó el pasado año de que España había “reducido considerablemente su base investigadora en los últimos años”. Según un informe del Observatorio de Investigación e Innovación, se han perdido 12.000 científicos desde 2010, lo que supone “un retroceso en sus recursos humanos a los niveles del año 2007”.
“Hay grupos que han perdido personal investigador e incluso que han cesado su actividad”, explica Lárraga. Según Modrego, “algunos centros punteros podían pensar que esta situación no les iba alcanzar, pero la ola de los recortes y de los problemas de gestión ha llegado a todos los centros y ahora está empezando a cundir el pánico”.
Promesas poco creíbles de cambio
El informe concluye con la recomendación de incrementar el de gasto público en I+D hasta un nivel que permita alcanzar el 2% del PIB en I+D. Según el Plan Estatal de I+D, presentado por el Gobierno hace apenas unas semanas y con más de un año de retraso, el objetivo es alcanzar esta cifra en 2020, pese a que actualmente apenas supera el 1'2%.
“No es creíble que el Plan Nacional siga manteniendo el objetivo del 2% del PIB para 2020”, afirma Lárraga. “Nosotros hemos planteado una propuesta de un plan de choque, con 4.000 millones de euros en tres años, con el que solo pasaríamos del 1’2% al 1’7% del PIB, no contemplamos llegar al 2% ni de broma”. “Como queda mal no invertir en investigación se dice que el objetivo es ese, pero una cosa es decirlo y otra hacerlo”, sentencia este investigador.
Modrego, por su parte, tampoco considera razonable la pretensión de alcanzar el 2% en apenas dos años y ha calificado el plan como “poco serio”. Según esta investigadora, las estimaciones realizadas por la administración “no están basadas en un marco presupuestario” y no cree que el gobierno actual tenga “la más mínima intención de dar un paso para mejorar la financiación, ni la gestión de la ciencia”.