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La primera ola de la pandemia provocó que hubiera un 21% menos de diagnósticos de cáncer en España

Belén Remacha

21 de diciembre de 2020 11:01 h

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Desde marzo hasta junio de 2020, los meses que abarcan la primera ola de la pandemia de COVID-19, hubo en España un 21% menos de pacientes nuevos de cáncer en consulta respecto al mismo periodo de 2019, un porcentaje que aumenta si se considera solo abril y mayo: un 32% menos. El número de pacientes de ese tipo de dolencia atendidos en hospitales de día descendió un 14%, y los que reciben quimioterapia un 9,5%. Son datos que hace públicos este lunes la Asociación Española Contra el Cáncer, en un estudio multihospitalario con las sociedades españolas de Anatomía Patológica (SEAP), de Enfermería Oncológica (SEEO),de Hematología y Hemoterapia (SEHH), de Oncología Médica (SEOM) y de Oncología Radioterápica (SEOR).

Los expertos llevan todo el año alertando de que una pandemia no implica solo a la enfermedad que la causa, en este caso la COVID-19. También es todo lo que arrastra como un efecto mariposa: centros de salud y hospitales colapsados, consultas postergadas, patologías que empeoran. Ramón Reyes, presidente de la AECC, señala que esa es la razón del estudio: “Era necesario para calibrar el impacto sufrido por los pacientes en el ámbito hospitalario, tener una idea muy clara de qué es lo que se necesita para que las siguientes olas los pacientes con cáncer no se vean relegados y para prever las necesidades de atención que habrán generado los retrasos de los diagnósticos en la primera ola”.

La conclusión del estudio, más allá de las cifras, es que no se redujeron los casos de cáncer durante la primera ola de la pandemia, sino que la caída de diagnósticos se debió en la mayor parte de los casos “a la suspensión de la actividad asistencial” y también influyó “el temor por parte de los pacientes a acudir a sus centros hospitalarios por miedo a la infección por coronavirus”. Los analistas ya avisaban de que la acumulación de exceso de muertes de 2020 se podía deber tanto a casos de COVID-19 directos diagnosticados o no, como en alguna medida a otras patologías que no han sido tratadas adecuadamente por la coyuntura de la crisis sanitaria, especialmente cardiopatías. Las consecuencias de los diagnósticos tardíos de cáncer todavía se pueden notar a lo largo de 2021.

El estudio también concluye que durante la primavera hubo menos consultas presenciales y pacientes nuevos pero más atención telefónica: se multiplican casi por 3 las consultas de seguimiento hechas telefónicamente y se producen un descenso de alrededor de un tercio en las consultas presenciales respecto a 2019. También descendió en número de pacientes atendidos con radioterapia, un 5% de marzo a mayo. El presidente de la SEOR, el Doctor Jorge Contreras, recuerda que “más del 60% de los casos de cáncer requieren actualmente tratamiento con Radioterapia y que además tiene un papel destacado en más de un 40% de las curaciones de los pacientes oncológicos”. También hubo un 57% menos de citologías –lo que conlleva un 30% menos de diagnósticos de cáncer con este tipo de prueba– y un 41% de biopsias. En junio, en lo que respecta a las consultas presenciales relacionadas con el cáncer, se volvió a números similares a los de 2019, según el examen de la AECC.

Los documentos van a ser presentados al Ministerio de Sanidad para que sus responsables y las autoridades autonómicas “pongan en marcha medidas que eviten la suspensión de la actividad diagnóstica, terapéutica y asistencial en general en las siguientes olas de la pandemia”, y se ponen a disposición de buscar con ellos soluciones. El ministro Salvador Illa ya se reunió este mes de diciembre con Ramón Reyes para comentar este y otros asuntos relacionados con la prevención y el control del cáncer en España. Los responsables también llaman a los pacientes a que “no demoren las consultas ni abandonen tratamientos por miedo a la infección por coronavirus” porque todos los servicios analizados habían puesto medidas de control que avalan su seguridad.