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La mayoría de los adolescentes es incapaz de identificar el machismo en la publicidad

Anuncios sexistas publicados en los últimos años

Teguayco Pinto

La mayoría de los jóvenes adolescentes son incapaces o tienen muchas dificultades para percibir el sexismo en publicidad. Esta es una de las principales conclusiones de una tesis doctoral publicada en la Universidad del País Vasco, en la que se advierte de que solo un 34% de los jóvenes que participaron en el estudio demostró tener esa capacidad. Además, según la investigación, los adolescentes asumen como ciertos muchos de los estereotipos publicitarios, aunque tengan poco que ver con el papel de la mujer en la sociedad actual.

“La publicidad ha conseguido que los conceptos de masculinidad y feminidad, vivos hace 40 años, vuelvan a resurgir”, ha asegurado a eldiario.es el autor de la investigación, el profesor asociado de la UPV, Pablo Vidal. “Vivimos en una sociedad mucho más igualitaria de lo que nuestros adolescentes creen”, explica este investigador, que denuncia que muchos de los anuncios publicitarios “no reflejan los nuevos roles que las mujeres desempeñan en la sociedad actual”.

Vidal afirma que muchos adolescentes consideran que “lo que se ve en publicidad es un reflejo la realidad”. De este modo, destaca como la mayor parte de los adolescentes creen que hay muchas mujeres que son amas de casa, “cuando en nuestro país solo lo son el 16%”, afirma. “Cuando se les pregunta que cuántos de ellos tienen madres amas de casa, resulta que ninguno la tiene. Ellos creen que son muchas, porque lo ven continuamente en los anuncios publicitarios”.

Los adolescentes no perciben los micromachismos

Según los resultados del estudio, solo un 34% de los alumnos reconoce y rechaza todas las formas de sexismo, de los que un 65% son mujeres. “Lo que para una mayoría de chicos es justificable, para la chicas es claramente machista”, explica Vidal. “La publicidad facilita que los estereotipos de género se asuman en la adolescencia como una imagen real de cómo son los hombres y las mujeres”.

Otro tercio de los estudiantes analizados es capaz de detectar el machismo, pero solo lo rechazan cuando es muy evidente y apenas identifican el sexismo de baja intensidad. “Es un tipo de publicidad que nos envía continuamente mensajes sexistas que nos pasan desapercibidos y la mayoría lo acepta bajo unas creencias muy arcaicas y estereotipadas”, explica Vidal.

Según el estudio, este tipo de sexismo de baja intensidad o de micromachismos suele recurrir a bromas y chascarrillos sexistas que son ampliamente aceptados por los adolescentes. “Hace años se hacían anuncios en los que se utilizaban bromas racistas, hoy eso es impensable, pero parece que contra las mujeres se pueden seguir manteniendo ese tipo de discursos”, critica Vidal.

Aceptación de la violencia machista

Por último, uno de los indicadores más preocupantes señalados en el estudio, es que una gran parte de los jóvenes adolescentes conviven de forma natural con la violencia machista. El rechazo hacia la violencia es unánime entre las mujeres, sin embargo, muchos de los jóvenes matizan la violencia y no acaban de condenarla.

En este sentido, un 33% del alumnado se mostró de acuerdo con el sexismo de los anuncios y un 10% de este grupo se posicionó a favor de la violencia contra las mujeres y en contra de la igualdad. “Es muy preocupante que haya jóvenes de apenas 14 años con una ideas tan machistas sobre las mujeres”, lamenta Vidal.

A la investigadora de la Universidad de Salamanca Beatriz González de Garay no le sorprenden los resultados de esta investigación y recuerda que “hace poco se publicó un estudio que decía que uno de cada cuatro jóvenes veía normal la violencia en las relaciones de pareja”.

Se refiere a los datos del Barómetro 2017 de ProyectoScopio, elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, y que mostraban que un 27,4% de los jóvenes de entre 15 y 29 años cree que la violencia de género es una conducta normal en una pareja, mientras que el el 21,2% considera que es un tema politizado que se exagera.

González de Garay, que publicó un estudio el pasado año sobre el sexismo en las películas españolas orientadas a público adolescente, afirma que “la influencia de cualquier producto audiovisual en los espectadores está más que demostrada” y recuerda que “la adolescencia es una edad más controvertida, ya que no se tiene esa capacidad crítica para analizar los mensajes y muchas veces se asumen los contenidos de forma directa”.

Exigen mayor autocrítica a Autocontrol

Vidal exige una mayor capacidad de autocrítica a las agencias reguladoras, en especial a la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial, más conocida como Autocontrol. “No se puede permitir que un organismo que está controlado por anunciantes, agencias de publicidad y medios de comunicación esté satisfecho con su trabajo”, sentencia este investigador.

Según este especialista, uno de los problemas de este tipo de organismos es que sus dirigentes “siguen creyendo que solo se socializa en la escuela y en la familia, cuando hoy en día se socializa también a través de contenidos que escapan al control escolar y familiar, ya sean anuncios publicitarios, redes sociales, videojuegos o videoclips”, por lo que considera que es importante “fomentar el compromiso de los anunciantes y las agencias, sin tener que recurrir a sanciones”.

González de Garay también pone el foco en los propios adolescentes, ya que éstos “van a ver lo que quieran ver, no lo que tú les digas que vean”, con lo que anima a mejorar “la formación, la educación y la sensibilización, para que ellos mismos sean capaces de hacer un análisis crítico de lo que están viendo, ya sea un contenido sexista, racista o de cualquier otro tipo”.

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