“Estoy embaraza, quiero abortar y no sé qué tengo que hacer”, “¿es gratis o tengo que pagar algo”, “¿qué pasa si no se lo quiero contar a nadie?”, “¿me quedaré estéril si aborto?”. No son preguntas excepcionales, son algunos de los comentarios literales más habituales que quienes atienden la recién creada 'línea del aborto' reciben al otro lado del teléfono. El servicio, gratuito y totalmente confidencial, acaba de ser puesto en marcha en toda España por la Asociación de Derechos Sexuales y Reproductivos con el objetivo de paliar las lagunas de acompañamiento emocional e informativo que siguen entorpeciendo el derecho al aborto.
De acuerdo con los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, en 2022 se practicaron en nuestro país 98.136 interrupciones voluntarias del embarazo; una tasa de 11,68 por cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años. Sin embargo, y a pesar de que hay una legislación que desde 2010 permite el aborto libre y que ha sido recientemente reformada, la desinformación campa a sus anchas y es una de las “barreras estructurales” que ha identificado la asociación, una de las pioneras en España en defensa del derecho al aborto, en concreto desde 1982.
“Todavía existe un enorme desconocimiento, no solo de quienes se plantean interrumpir su embarazo sino en general como sociedad. En realidad es que por un lado hay una dificultad de acceso a la información y, por otro lado, hay mucha de la que se difunde que es errónea o está obsoleta. Para empezar es que hay mucha gente que ni siquiera concibe que es un derecho cubierto por la sanidad pública”, explica Mireia Aldavert, coordinadora del servicio.
No lo dice porque sí. La pregunta sobre “cuánto voy a tener que pagar si aborto” es una de las más comunes entre las usuarias del teléfono, que se inició como proyecto piloto solo en Catalunya el pasado mayo y desde el 29 de septiembre opera a nivel estatal. Sin embargo, pese a la creencia popular, las intervenciones forman parte desde 2010 de la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y aunque la inmensa mayoría se siguen llevando a cabo en clínicas privadas y no en centros públicos, estas conciertan el servicio con la Administración, por lo que las mujeres no deben pagar nada.
A pesar de que no hay datos más actualizados, un sondeo que la asociación realizó en 2016 en Barcelona da cuenta de hasta dónde llega esta falsa presuposición: más del 80% de las jóvenes encuestadas, que tenían entre 14 y 30 años, no sabían que abortar es gratuito y la mitad desconocían que es posible interrumpir voluntariamente el embarazo por decisión propia.
La referencia de Abortion Talk
“En general quienes llaman no saben a quién dirigirse ni qué hacer. Es muy común que nos cuenten que se han quedado embarazadas y desconocen cuáles son los pasos. Además hay muchísimas dudas sobre cómo es el proceso, qué tipos de abortos hay o cómo es el circuito”, explica Aldavert. Al otro lado del 664 647 553 lo que se encuentran es un espacio “cercano, respetuoso y seguro” en el que “poder expresarse de forma libre”, sostiene Lídia Casals Creus, una de las siete activistas de la asociación que tras haber recibido formación para ello atienden el teléfono supervisadas “permanentemente” por profesionales psicólogas y sanitarias.
Lo hacen los lunes, miércoles y viernes desde las 19.00 hasta las 22.00 horas mientras que responden vía Whatsapp de lunes a viernes desde las 11.00 hasta las 19.00 horas. Además, ponen a disposición de quien lo necesite la página web quieroabortar.org, en la que aportan información y recursos y explican paso a paso cuál es el circuito para interrumpir el embarazo en Catalunya, aunque prevén ampliar la idea al resto de comunidades.
La iniciativa, pionera en España, es una adaptación a la realidad del país del proyecto Abortion Talk, en Inglaterra, que pretende el mismo objetivo: hablar del aborto y aportar información clara y útil para las usuarias. De hecho, para la implantación de la “línea del aborto” ha contado con asesoramiento de las profesionales de esta entidad. El servicio “parte de un posicionamiento pro-elección”, es decir, defiende el derecho a elegir si continuar o no con un embarazo, pero además se define como “pro-voz” porque busca “romper el silencio” en torno a esta realidad.
El estigma y el tabú que aún rodea al aborto aparece de fondo en muchas de las consultas. “Otra muy común es la de quienes no se lo quieren contar a nadie y sienten mucha responsabilidad o miedo por la reacción que puedan tener los demás. Nosotras nos salimos de la idea de que el aborto es algo traumático per se porque al final hay de todo, hay quienes lo viven como algo más natural y quienes sienten más culpa. Pero cuando empiezas a rascar en esa angustia te das cuenta de que en la mayoría de ocasiones tiene más que ver con toda la situación que las envuelve de miedo y tabú que con abortar en sí”, señala Aldavert.
Sin campañas desde 2010
La desinformación y la falta de acompañamiento a las mujeres es una carencia detectada desde hace años por quienes trabajan en el ámbito de los derechos sexuales y reproductivos. Gema Fernández, abogada de la organización Women’s Link Worldwide, apunta en esta dirección: “La cuestión es que las instituciones no han sido proactivas en este sentido. No está toda la información reunida en un mismo lugar ni se han llevado a cabo campañas, por ejemplo, sobre cuáles son los circuitos, dónde hay que ir o qué se requiere. No hay algo parecido al 016 o cualquier otro recurso público fácilmente accesible y que todo el mundo conozca”.
En este sentido, un informe de la Asociación de Derechos Sexuales y Reproductivos analizó en 2021 cómo la información circula por los canales oficiales: ninguna de las más de 80 campañas puestas en marcha por el Ministerio de Sanidad desde 2010, año de aprobación de la ley de plazos, tiene vinculación con el derechos al aborto mientras que los materiales encontrados son “escasos” y limitados a folletos informativos que “no resultan fácilmente accesibles”.
En cuanto a las búsquedas en internet, concluye el estudio, predominan las web de clínicas privadas, la inmensa mayoría concertadas, que “tienen la información más clara, accesible y facilitadora”, aunque pueden hacer que las mujeres piensen que “solo existe la posibilidad de abortar por la vía privada”. Apunta la asociación a que “la responsabilidad última de ofrecer y garantizar esta información corresponde a las instituciones públicas”, pero aunque las páginas web de las comunidades autónomas cuentan con “información correcta y básica” asegura que “no está pensada para resolver las dudas de la usuaria”.
Sobre la atención telefónica, tras el trabajo de campo realizado para el informe, la barrera “se amplía de forma importante” porque “en la mayoría de teléfonos de atención a la ciudadanía” en cuestiones de salud “no conocen la información básica sobre el tema o incluso la suelen dar de forma errónea”. Un teléfono específico para atender consultas sobre derechos sexuales y reproductivos únicamente existe en Andalucía.
Romper el silencio para acabar con el tabú
Para intentar paliar el vacío informativo, la reciente reforma de la ley del aborto incorpora varias medidas, entre ellas “el posicionamiento en internet de la información sobre centros públicos” que prestan el servicio o la creación de una línea telefónica especializada “que preste información sobre el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y el itinerario de la prestación”. Sin embargo, el artículo insta a “los poderes públicos”, en genérico, a ponerlo en marcha, y por el momento ninguna comunidad lo ha activado. Por su parte, ni el Ministerio de Igualdad ni el de Sanidad concretan en qué punto está la medida y lo dejan en manos de las autonomías.
Pero, además, las expertas hacen hincapié no solo en la falta de información, sino en la desinformación que también difunden “los centros antiaborto” con gran presencia en España, explica Fernández. Se trata de asociaciones que ofrecen ayuda a mujeres embarazadas pero con una clara posición antiaborto. “Suelen dar información sesgada y no científica sobre los efectos de abortar para la salud, la familia o la pareja. Lo vinculan a la depresión o a según qué efectos psicosociales, lo cual está absolutamente fuera de toda rigurosidad”, según la abogada de Women's Link.
De ahí que el teléfono activado por la Asociación de Derechos Sexuales y Reproductivos también contribuya a desmontar los temores con los que una buena parte de las usuarias del servicio acuden, cuenta Aldavert: “El más común es que les va a dejar estériles. Al final son ideas que producen mucho miedo, por eso nuestra labor es dar datos y explicaciones reales que pueda ayudar a reducir la angustia. El estigma que aún rodea al aborto tiene mucho que ver con la desinformación o la falta de la misma. Hablar de él y evitar el silencio es clave para romper el tabú”.