“Como sociedad, tenemos que celebrar el trabajo de los jóvenes científicos tanto como lo hacemos con los ganadores de la Super Bowl”. El presidente de EEUU, Barak Obama, pronunció estas palabras hace unos días tras recibir en la Casa Blanca a los estudiantes que habían participado en la feria de ciencias que el propio mandatario estadounidense inauguró en 2009.
Esta actividad es solo una de las muchas muestras de reconocimiento que Obama ha tenido hacia la ciencia a lo largo de su mandato. Todo lo contrario que el presidente español, Mariano Rajoy, que no se ha destacado precisamente por su cercanía a la ciencia o por sus propuestas para mejorar la I+D.
Durante el Gobierno de Rajoy la inversión en ciencia se ha recortado un 25%, quedando a niveles de hace una década, se ha decidido no continuar con exitosos programas científicos y se han perdido miles de puestos de trabajo. Sin embargo, el problema de Rajoy no es solo su más que discutible gestión de la ciencia española, sino su actitud hacia ella.
1. La ciencia no aparece en los discursos de Rajoy
Si bien es cierto que la ciencia no es un tema común en los debates políticos de EEUU, sí se puede decir que desde la Casa Blanca se ha hecho un esfuerzo por llevarla “al lugar que le corresponde”, tal y como afirmó el propio Obama en su discurso de investidura. Toda una declaración de intenciones.
Esta mención no se quedó en simple anécdota y todos los discursos sobre el Estado de la Unión han hecho referencia a la investigación científica y a su importancia para el país. En el último, sin ir más lejos, Obama habló de la investigación sobre el cáncer, el sida y la malaria, de la carrera espacial, del cambio climático y de las energías renovables.
En cuatro años de legislatura Rajoy no ha hablado sobre ciencia en ninguno de los debates sobre el Estado de la Nación. Ni una mención al cambio climático, a las investigaciones realizadas por científicos españoles o a la posibilidad de alcanzar un modelo de crecimiento que esté más basado en la investigación y el desarrollo.
2. Escaso contacto con investigadores
Pero la lejanía que muestra el presidente español con la ciencia y los científicos es algo que se veía venir. Tuvieron que pasar dos años y medio para que Rajoy visitara por primer vez un centro de investigación y lo hizo apenas un año después de la mayor manifestación de científicos de la historia de España, que no fueron recibidos por ningún representante de su Gobierno.
A Obama le bastaron cinco meses de mandato para visitar la Academia Nacional de Ciencias de EEUU. Además, invitó al científico español Rafael Yuste a una ceremonia en la Casa Blanca para presentar de forma conjunta el proyecto BRAIN, en el que la Administración estadounidense ha invertido 100 millones de dólares.
3. Los deslices científicos de Rajoy
Pero si bien es cierto que la ciencia ha brillado por su ausencia en los discursos de Rajoy, atendiendo a las pocas intervenciones públicas sobre temas científicos que ha realizado, quizás es mejor que siga así.
Inolvidables son sus declaraciones poniendo en duda el cambio climático, allá por 2007 –luego rectificó– o las más recientes en las que criticaba los estudios científicos que alertaban sobre la relación entre la carne procesada y el cáncer colorrectal. “No puedo opinar de lo que no sé, pero me gustaría que alguien con suficiente conocimiento de causa nos dijera si eso es verdad o mentira”, afirmó en una entrevista en la cadena SER.
Hace apenas unas semanas Rajoy volvía a demostrar su falta de conocimientos en el Campus Google Madrid, asegurando ante un grupo de emprendedores que “tenemos que fabricar máquinas que nos permitan seguir fabricando máquinas, porque lo que no va a hacer nunca una máquina es fabricar máquinas”.
Los deslices científicos de Rajoy no solo contrastan con las medidas palabras de Obama, sino también con otros gobernantes, como el mediático primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien hace apenas unos días sorprendió a los periodistas ofreciendo una explicación más que aceptable de la computación cuántica.
4. Los asesores científicos de Obama
Otra de las diferencias fundamentales entre ambos se encuentra en su residencia oficial. Obama posee un importante equipo de asesores científicos, entre los que hay destacados científicos de prestigio internacional, que forman parte de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca. Esta oficina ocupa una planta entera del edificio Eisenhower.
La Moncloa, por contra, carece de una oficina similar y, hasta la fecha, el asesor científico más conocido de Rajoy ha sido su primo.
5. Fuga de cerebros
Por último, mientras que muchos jóvenes investigadores españoles terminan emigrando, precisamente a países como EEUU, ante la pasividad del Gobierno de Rajoy, Obama ha intentado reforzar la imagen de la ciencia y fomentar el espíritu científico entre los jóvenes, especialmente entre los sectores de población menos representados.
Para ello, Obama ha impulsado varias actividades de divulgación científica en la Casa Blanca, como la ya mencionada feria de ciencia o la Noche de la Astronomía, algo que, teniendo en cuenta los precedentes, va a ser difícil de ver en la Moncloa. Eso sí, el presidente español no se cansa de recibir a deportistas.