La primera victoria, pero no la última. Tras el anuncio de Ignacio González de renunciar a la privatización de seis hospitales públicos madrileños, la marea blanca hace realidad su “sí se puede”, repetido en la calle una y otra vez desde hace 15 meses, cuando comenzaron las protestas. Aunque para muchos esta decisión es “tardía”, se muestran satisfechos porque el Gobierno de la Comunidad de Madrid haya cesado en su intento desesperado de privatizar la sanidad, aunque también expectantes ante lo que venga. Así las cosas, los hospitales seguirán gestionados sanitariamente por la Consejería de Sanidad y no por los contratistas a los que ésta había adjudicado su dirección médica.
El anuncio, hecho público esta tarde, ha sucedido al rechazo por parte de cinco magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Madrid esta misma mañana del recurso presentado por el Ejecutivo autonómico. Por eso, para algunos, como Pedro de la Oliva, cofundador de AFEM (Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid), la decisión de cancelar el proceso de privatización “era esperable”.
“El triunfo de la razón y la justicia tiene ser un ejemplo para el resto del país y, a la vez, un acicate para seguir manteniendo nuestras movilizaciones, porque aunque se ha paralizado la privatización de los 6 hospitales, continuan en pie otras muchas agresiones contra el sistema sanitario público”, dicen desde la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid.
Para De la Oliva, la renuncia a la privatización es “una primera victoria” que demuestra cómo la sociedad, a través de la vía judicial, “puede obligar a los políticos a seguir las reglas del juego”. Si no lo hacen, explica uno de los autores de los informes AFEM -López Rodó, “se tienen que ir, como le ha ocurrido a Lasquetty”. Su dimisión es, para Fátima Brañas, vicepresidenta de AFEM, “necesaria e imprescindible”. “Un gobernante que ha demostrado trabajar en contra de la Sanidad Pública no puede seguir”, sostiene.
“Al fin un poco de coherencia, por fin se dan cuenta de que la democracia es nuestra, de que los ciudadanos les vamos a pedir responsabilidades, de que no van a tener tan fácil hacer lo que quieran hacer con nosotros...”, dice Pilar Esquinas, una de las promotoras de la consulta popular que recogió cerca de un millón de votos contra la privatización madrileña. Para Esquinas, lo único que realmente asusta al político que hace algo contra el interés general “es la inseguridad jurídica”. Según su experiencia, “llevarlos a los tribunales es lo único que funciona”. Y no lo dice por decir: “Después de esto, pararemos la privatización del agua, la privatización del Canal de Isabel II”.
La opción propuesta por el Gobierno de Ignacio González para tomar el relevo a Javier Fernández-Lasquetty se mira con recelo desde la mayoría de organizaciones que componen la marea blanca. “Javier Rodríguez, portavoz de Sanidad del PP en la Asamblea de Madrid, ha defendido a capa y espada el modelo de Lasquetty con la misma dinámica de insulto y tono descalificador”, apunta la vicepresidenta de AFEM, escéptica ante el nuevo nombramiento.
La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid se muestra más optimista: “el nuevo consejero al menos tiene experiencia sanitaria, lo que es de agradacer. Entendemos que lo primero que tiene que hacer es paralizar lo que queda del llamado ”plan de sostenibilidad“ y abrir cauces de diálogo con la sociedad y los profesionales madrileños”.
“No hay que olvidar -recuerda De la Oliva- que hay tres hospitales madrileños (Valdemoro, Torrejón y Móstoles) que siguen el modelo Alzira y que ”son una amenaza para la sanidad pública“. Por eso, para los que llevan años peleando por la calidad de la sanidad pública, la lucha no ha terminado. ”Seguiremos vigilantes y trabajando para la mejora de la sanidad de todos y todas“, concluye Bráñez.