La Iglesia católica ha dejado de ser relevante en el debate electoral en España. Los resultados del 20 D dejan un escenario de difícil gobernabilidad en el país, lo que preocupa, y mucho, a los obispos españoles. Tanto es así que, aunque oficialmente el Episcopado evitará una valoración global de los comicios, algunos prelados, en privado, confían en un “pacto de Estado” entre PP y PSOE para evitar volver a las urnas en pocos meses.
Fuentes episcopales han subrayado a eldiario.es su “preocupación” por los “inciertos resultados”, aunque valoran la alta participación, y constatan cómo el “factor religioso”, tradicionalmente centro de todas las batallas izquierda-derecha, prácticamente ha desaparecido de la contienda electoral. Algo que tiene sus elementos positivos –la religión fuera de la polémica– como negativos –la irrelevancia de lo religioso–. Además, suceda lo que suceda, parece difícil que la próxima legislatura pueda defender la permanencia de los privilegios de la Iglesia católica en lo tocante a la clase de Religión o a algunas exenciones fiscales.
Varios obispos han admitido sus dudas respecto al futuro. Se antoja difícil que Mariano Rajoy consiga la mayoría suficiente para gobernar, y un pacto PSOE-Podemos (junto a algunas formaciones nacionalistas) conllevaría, entre otras cuestiones, la celebración de un referéndum en Cataluña, algo a lo que se opondrán con dureza el sector más conservador del Episcopado.
Lo católico, residual
Así las cosas, el escenario se presenta como un complicado puzzle en el que los obispos, esta vez, apenas tienen capacidad de maniobra. Ni siquiera en el interior del Partido Popular, toda vez que la mayor parte de los diputados confesionalmente católicos –especialmente los provida– han desaparecido de la formación conservadora. En el resto de formaciones, la presencia de católicos es absolutamente residual, y los puentes tendidos en los últimos tiempos, mínimos. Toca un duro trabajo por parte de la Conferencia Episcopal para acercarse a los partidos emergentes, especialmente a Podemos donde, curiosamente, la participación de los cristianos de base -hoy por hoy inexistentes para la jerarquía- es amplia.
En este sentido, los contactos entre el vicepresidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid (y durante muchos años uno de los responsables de Cáritas), José Manuel López, se presentan como una oportunidad que los obispos no puede dejar de tener en cuenta. La cercanía de Osoro con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena -quien, pese a todo, no ha hecho campaña a favor de Podemos-, también se observa con esperanza entre sectores episcopales.