Si el objetivo era hacer ruido, se ha logrado con creces. Si el éxito se medía en números, también. El referéndum sobre la Monarquía o República que ha tenido lugar este jueves en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el primero de al menos 26 que se realizarán durante este mes en universidades públicas de toda España, ha acaparado prácticamente todas las conversaciones en el campus de Cantoblanco de la universidad madrileña en el día.
La participación en la iniciativa ascendió hasta las 7.303 papeletas (como no había censos oficiales no ha podido haber control de si la misma persona votaba varias veces), según datos de la organización. De ellas, 6.111 han sido a favor de la República, 1.092 optaron por mantener las cosas como están, 43 fueron votos en blanco y 57 nulos. La segunda pregunta, habilitada solo para los que votaron a favor de la República y que preguntaba si se está a favor de abrir procesos constituyentes y 6.038 se mostraron a favor.
“Estamos muy contentos con la participación, supera con creces la de cualquier elección universitaria”, valora Lucía Nistal, una de las portavoces de la plataforma que ha organizado la consulta. Como cifra de referencia, aunque no comparable porque en este caso sí hubo una votación con censo y garantías, en las elecciones a rector de 2017 votaron 3.727 personas. “Se acercan a felicitarnos, agradecernos y darnos ánimos. A estas horas ya ha quedado claro que en las universidades queremos decidir”, añade.
A tirones, coincidiendo con las entradas y salidas de clase, el goteo de estudiantes (y algún profesores o PAS) que se acercan por las mesas para votar ha sido prácticamente continuo durante todo el día, aunque ha ido perdiendo fuerza según avanzaba la jornada, en consonancia con el flujo de personas que acude a la universidad.
Pero quien más quien menos tenía que pasar por delante de la mesa (hay una en la puerta de cada Facultad). Miraban, algunos dudaban, muchos ni se habían enterado, pero cuando ven la urna se acercaban con interés.
“¿Bueno, esto cómo va?”, pregunta Juan al llegar a la mesa de votación de la Facultad de Filosofía y Letras. Introducido el voto en la urna, Juan se felicitaba por haber ejercido su derecho al voto. “Me parece una iniciativa muy necesaria”, explica. “Obvio que el resultado no es lo importante, pero, mira a tu alrededor”, se gira y señala al círculo de personas que se agolpa en torno a la mesa. “Queremos hablar de esto, expresar nuestra opinión”.
Efectivamente, lo admiten desde la propia organización, el resultado es un poco lo de menos. Las circunstancias en que se han organizado los referendos, con el permiso, que no apoyo, de los rectorados, dificulta realizar una consulta con garantías. No hay censo, no se pide documentación. A cada persona que vota se le pide responsabilidad individual y por si acaso se le marca la muñeca con un punto hecho con un rotulador.
Como explicaba en rueda de prensa el pasado martes una de las impulsoras de la consulta, Lucía Nistal, de la plataforma de la UAM, la exigencia de oficialidad y realizar un referéndum en condiciones, con censo y resultado vinculante, se lo dejan a la administración. Es otro modo de presión.
La mañana ha empezado con algún ligero contratiempo para los organizadores. El rectorado de la UAM ha dado permiso a cada facultad para gestionar el tema como mejor le parezca, y en alguna como Filosofía la gerencia ha decidido no dejar tomar imágenes. Otras facultades, como la de Psicología o Formación del Profesorado, han amanecido con las mesas y las urnas dispuestas en la entrada por gentileza de los trabajadores de las mismas.
El referéndum cuenta con dos preguntas
Estudiantes de (de momento) 26 universidades han convocado referéndums en sus centros para que sus compañeros y los trabajadores —hay al menos 900.000 personas convocadas— elijan el modelo de Estado que quieren. ¿Monarquía o República? Esa pregunta, con pequeñas variantes, será común en todos los centros. Luego algunos han incluido una segunda: “En caso afirmativo, ¿estás a favor de la apertura de procesos constituyentes para decidir qué tipo de República?”.
Esta segunda pregunta es la que genera más conversaciones en los grupos de estudiantes. Algunos no acaban de entender a qué se refiere. “¿Procesos constituyentes?”, sonríe una joven mirando a sus amigas. “No sé muy bien a qué se refiere, así que he votado que no”. Sus amigas se ríen.
La votación anima los debates en los pasillos y las cafeterías. “¿Cómo vas a votar a favor de una institución corrupta y endogámica?”, le preguntaba un profesor a uno de sus alumnos en alusión a la monarquía. “Me gusta la idea de un Rey como jefe de Estado, ajeno a los vaivenes y sin filiación política”, replicaba el estudiante.
Waleed Saleh, profesor de Estudios Árabes e Islámicos, se acercó a participar también, uno de los “muchos” profesores que lo hizo. “No se ha hablado mucho de esto en la Facultad, pero me había enterado por los medios de comunicación y quería votar”, explica. “Me parece básico que se le pregunte al pueblo qué forma de Gobierno quiere”, añade.
Adriana cogía la papeleta, le daba vueltas buscando algo que no iba a encontrar: una alternativa a la República como forma de Gobierno. Pero la votación no lo contemplaba. Monarquía o República. “¿Y si quiero una anarquía?”, reflexionaba.
“Queremos decidirlo todo”, exclaman los estudiantes en sus convocatorias de consulta. Los jóvenes recuerdan que nadie les ha preguntado qué modelo de Estado quieren. Más aún, nadie que tenga menos de 58 años en España pudo votar en el referéndum de 1978 por el que se aprobó la Constitución y, con ella y “por la ventana”, como dicen los estudiantes, la Monarquía. En cifras, cerca del 80% de la población no ha votado la Constitución.
No a todos les parece bien la consulta. No las preguntas ni el fondo, directamente que se realice un referéndum “en estas condiciones”. “Va contra los principios democráticos organizar una votación de esta manera”, expresaba un profesor de la Facultad de Economía al que su cara al pasar por delante de la urna ya delataba.
Las urnas, diez repartidas por el campus y la intención de poner una “rodante” que circule entre facultades, estarán abiertas hasta las 20 horas. El resultado es lo de menos. En la primera hora de consulta habían votado unas 400 personas entres las facultades de Economía, Filosofía y Letras y Formación del Profesorado. “A ver si pronto lo hacemos de verdad”, expresa otro docente.
La de hoy en la UAM ha sido la primera de 26 consultas que se van a realizar durante todo el mes en universidades de toda España. No será el único movimiento de referéndums populares. Este domingo, la plataforma popular Monarquía o República sacará las urnas en al menos 12 distritos de Madrid y varios municipios más. Es el mes de las consultas populares. No oficiales, no vinculantes, pero paso a paso, dicen los organizadores. Porque el único paso pequeño es el que no se da.