El Gobierno ha autorizado la prórroga de diez años que Repsol había solicitado para prolongar la explotación de petróleo en el mar Mediterráneo y mantener así activa la única plataforma petrolífera marina de España llamada Casablanca.
Con esta decisión se alarga otra década la extracción y producción de combustibles fósiles, causa principal del proceso de calentamiento global del planeta y el cambio climático. “La solicitud de la empresa cumplía todos los requisitos legales para la concesión”, ha explicado el Ministerio para la Transición Ecológica que entiende que no había más remedio que autorizar la explotación.
La plataforma fue declarada “proyecto estratégico” por Repsol en 2015. Su producción es de 7.200 barriles de petróleo diarios de los que “unos 2.000 barriles” salían de la concesión recién prorrogada, según calcula la propia empresa. “No es posible cuantificar la producción en la próxima década en estos momentos”, ha contestado un portavoz.
No lo ha analizado igual la organización Mar Blava, uno de los grupos más activos en la campaña para acabar con los sondeos y proyectos en busca de hidrocarburos en el mar Mediterráneo: “La concesión es potestativa del Gobierno central. No tiene ninguna obligación legal de concederlas”, explican.
El Ministerio entiende que “el respeto a la seguridad jurídica” de las explotaciones ya existentes hacía muy difícil no atender a la petición de Repsol. E incluso se arriesgaba a una reclamación por daños patrimoniales en la vía judicial. “El Gobierno no está por la litigiosidad”, han añadido.
Mar Blava considera que esta prórroga es “tremendamente incoherente por parte del Ministerio de Transición que ha expresado en repetidas ocasiones la voluntad del Gobierno de prohibir las actividades de explotación y explotación de hidrocarburos en el mar, como una de las medidas necesarias para avanzar en la descarbonización profunda de nuestro sistema energético y nuestra economía”. El borrador de ley de cambio climático del Ejecutivo incluye la no concesión de explotaciones nuevas y el fin de las existentes para 2040.
Repsol considera que es compatible mantener la producción de petróleo y la lucha contra el calentamiento global ya que, asegura un portavoz, “la empresa está plenamente comprometida con la lucha contra el cambio climático, con dos objetivos principales: suministrar la energía demandada por la sociedad, mientras lucha contra el cambio climático y las emisiones de dióxido de carbono. Queremos avanzar en la transición energética y reducir las emisiones en nuestras operaciones y productos”.
La plataforma detuvo la extracción en el pozo de Casablanca el jueves pasado al caducar el permiso. Ahora podrá reanudar la extracción. La infraestructura actúa sobre otras cuatro concesiones diferentes cuyas licencias expiran en los próximos años y para las que puede pedir la ampliación de plazo como la que ha conseguido.