La dirección de una residencia de ancianos dependiente de la Comunidad de Madrid en el municipio de San Sebastián de los Reyes ha despedido a una doctora crítica con la falta de personal y de recursos del centro. La residencia de régimen concertado está gestionado por el grupo Albertia.
La asistencia a los mayores por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid está convirtiéndose en un quebradero de cabeza para su presidenta Cristina Cifuentes (PP). Este caso de la doctora crítica despedida viene precedido por la muerte de una residente tras semiamputarse un pie al caer de una cama –los trabajadores habían avisado por escrito de los riesgos derivados de la escasez de medio personales– y la investigación judicial por el fallecimiento de otra interna cuya familia, entiende, se debió a la deficiente atención.
Hace ahora un año la sanitaria despedida (asignada al turno de fin de semana) se cogió una excedencia. Antes de marcharse publicó en el pasillo del centro una carta de despedida, era visible para empleados, familiares y residentes. El documento estaba dirigido al director del centro y en él aseguraba que “ninguno de ustedes (ni yo) traería a algún familiar y mucho menos a nuestros padres a una institución como ésta”. En el escrito denunciaba la escasa calidad que estaban prestando a los residentes porque el interés de los gestores se centraba en “ganar dinero”.
Doce meses después, el pasado sábado 5 de agosto, intentó incorporarse al puesto de trabajo que ocupaba desde el 2010 sin que le dejasen entrar en la residencia. “El viernes 4 enviamos a la doctora un burofax comunicándole el despido improcedente y la transferencia a su cuenta con la indemnización económica. No recogió esta documentación hasta el martes, así que cuando llegó el sábado le comunicaron que volviese el lunes para hablar con la dirección”, apuntan desde Albertia.
La empresa niega que el despido sea por protestar
Fuentes de este grupo niegan que su despido esté relacionado con la protesta pública que realizó esta profesional el pasado verano y aseguran que han tomado esta decisión porque su sustituta está más “cualificada”, porque tiene la especialidad de geriatría, y los residentes están “encantados con su servicio”.
Sin embargo, fuentes del comité de empresa consultadas por eldiario.es aseguran que el despido es “una represión clara”. “Persona que se queja, persona que se va fuera”, continúan explicando y aseguran que la atención prestada por la doctora cesada “ha sido siempre de diez”. “Nunca ha habido una queja protestando por su trabajo”, añaden estas fuentes. Además, desmienten que se haya consultado con los residentes esta decisión, destacan que la mayor parte “tienen alzheimer o un alto grado de dependencia”.
“No puedo resolver las quejas incontables”
El escrito de esta doctora se divulgó en un lugar visible tanto para empleados como para familiares y residentes. También circuló por redes sociales. “Desde mi puesto no puedo resolver la quejas incontables de usuarios y familiares respecto de asuntos fundamentales como son la alimentación y la falta de personal para atenderles con la calidad que se merece”, continuaba la sanitaria denunciando en este documento la precaria asistencia que estaba prestando.
“Siento vergüenza ajena cada vez que me cuentan las cosas que suceden en esta casa”, aseguraba. Entre las situaciones que le incomodaban, reflejó algunos entrecomillados de las quejas recibidas en sus últimos años de trabajo. “'No me han bañado', 'se han olvidado de mi y he desayunado tarde', 'otra vez le han hecho daño en las piernas con la silla de ruedas', 'para ellos los papeles dicen que las cosas están bien pero no es así, nosotros somos números'”, son algunas de las protestas que recoge.
Entre las protestas que solía recibir, también destacaba: “'¡cómo es posible que los cuidadores no se den cuenta que mi familiar estaba tan mal y llevarlo (sic) para ser atendido, he tenido que venir para avisar!', 'no les importa porque no es familiar suyo, pero no voy a permitir que vuelva a ser maltratado, si no son capaces de poner medidas, las pondré yo', 'ha estado desaparecido durante horas sin que nadie se diera cuenta'”.
Esta doctora culpó a la empresa concesionaria de la falta de personal, llegando a reseñar en este documento que uno de los representantes de esta empresa le dijo “nada más” conocerla que “Albertia es una empresa cuya finalidad es ganar dinero”. “Lo siento pero siempre he pensado que quienes se lucran con la salud y el bienestar de los demás no merecen más de lo que ofrecen”, apuntaba. Según escribió, “en aquel momento” tomó la decisión de marcharse.
Residencia, en el punto de mira
Los grupos municipales de San Sebastián de los Reyes han denunciado en reiteradas ocasiones las “deficiencias del centro”. “Esta residencia ha empeorado debido a los recortes efectuados por la concesionaria”, apuntaban desde Izquierda Independiente, que a su vez esgrimía que la pérdida de calidad estaba relacionada con la llegada del grupo Albertia en 2015 a gestionar el centro. En marzo del 2016 también denunciaron que este grupo prohibió la entrada a la residencia a dos concejales municipales.
La empresa no ha explicado a eldiario.es si tras la protesta pública de la doctora el verano pasado se investigaron los hechos relatados, fuentes del comité de empresa aseguran que los recortes “continúan”, reduciendo así los profesionales que atienden a los 130 residentes. Albertia niega estas acusaciones y aseguran que superan las ratios establecidas por la Comunidad de Madrid.