La efectividad de los antibióticos está cayendo y el ganado tiene parte de culpa
“Usarla sólo para los microbios que sean vulnerables a ella, aplicar la dosis indicada y que el tratamiento dure lo suficiente para eliminar la infección”. Estas fueron las sencillas indicaciones que Alexander Fleming, descubridor de la penicilina, hizo al mundo hace casi un siglo. Sin embargo, el mal uso que la humanidad ha hecho de los antibióticos ha provocado que la resistencia a los antimicrobianos (AMR, por sus siglas en inglés) se haya convertido en un serio problema para la salud global. El pasado lunes, el comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, recordó a Fleming en una reunión con periodistas que tuvo lugar en Bruselas, a la que asistió eldiario.es, y donde el comisario volvió a recordar que la AMR “es un problema creciente que causa más de 25.000 muertes al año en Europa y genera unos gastos de más de 1.500 millones de euros anuales”.
Desde que en la primera mitad del siglo veinte se popularizara el uso de los antibióticos, las bacterias han ido desarrollando una resistencia a estos fármacos. No son los únicos. También algunos virus, como el VIH, o parásitos, como la cándida, están desarrollando resistencia a los medicamentos, de tal forma que los tratamientos convencionales se vuelven ineficaces y las infecciones persisten, lo que incrementa el riesgo de propagación.
La aparición de estas variedades resistentes es algo natural, sin embargo, los seres humanos estamos acelerando el proceso y cada vez más bacterias son resistentes a los fármacos que disponemos. “Es algo parecido a lo que sucede con el cambio climático”, explica a eldiario.es el director general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, Xavier Prats, “las evidencias están ahí, solo hace falta voluntad para tomar una serie de decisiones, cuyas implicaciones económicas a veces hacen que sean difíciles de asumir”.
Más de 10 millones de muertes
El riesgo es grande y los expertos alertan de que se podría llegar a una era postantibioticos que nos haga retroceder a los tiempos anteriores a la penicilina. “Si no lo controlamos, la medicina podría retroceder 100 años”, destacó Andriukaitis. Según las estimaciones realizadas por un estudio británico publicado el pasado mes de diciembre, si la resistencia sigue creciendo al ritmo actual en 2050 morirán más de 10 millones de personas en todo el mundo por infecciones que antes se podían tratar (400.000 muertes anuales solo en Europa).
Según los últimos resultados de un estudio realizado por el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), “pese a que hay algunos casos individuales en los que se han observado progresos, el problema sigue creciendo”. Así lo ha asegurado a eldiario.es su directora, la doctora Andrea Ammon, que también ha destacado que “los buenos resultados observados en algunos países demuestran que se pueden tomar medidas y que algunas de ellas están funcionado”. Por primera vez, los datos muestran una disminución significativa en el consumo de antibióticos en cinco países europeos, entre los que se encuentra España, junto a Suecia, Dinamarca, Luxemburgo y Eslovenia.
El sector ganadero en el punto de mira
Según Ammon, “existen diversos factores que provocan este aumento de la AMR, como la utilización y el uso indebido de antimicrobianos, las malas prácticas en el control de las infecciones o la manipulación inadecuada de alimentos”. Pero es el mercado agroalimentario, especialmente el sector ganadero, el que está en el punto de mira de la Comisión Europea (CE). El principal problema es que los antibióticos en el ámbito veterinario se han utilizado masivamente como promotores del crecimiento o como profilácticos antiinfecciosos. Aunque la vinculación entre el uso de antibióticos en animales de granja con la resistencia a los antimicrobianos en humanos aún resulta controvertida, sí está ampliamente aceptado que la utilización masiva de antibióticos en dosis no letales para las bacterias favorece el aumento de la AMR.
Basándose en las evidencias disponibles, la UE decidió prohibir la utilización de antibióticos como promotores del crecimiento en 2002 (aunque la prohibición se hizo efectiva en 2006), algo que aún se permite en otros muchos países de la OCDE, como en EEUU o China, dos de los principales productores de carne a nivel mundial. Sin embargo, pese a la prohibición las cifras indican que el consumo de antibióticos no se ha reducido en la UE, donde se siguen consumiendo más de 8.000 toneladas al año. “En 2006 esperábamos un descenso en el consumo de antibióticos en el ámbito veterinario, pero entonces se disparó el uso con motivos profilácticos”, explica a eldiario.es el director de la Oficina sobre Alimentación y Veterinaria de la CE, Michael Scannell.
Así que la CE propuso en 2014 una nueva regulación sobre la distribución de medicamentos veterinarios y el control de los piensos medicamentosos, una medida que se enmarca en el plan de acción contra la resistencia bacteriana de la CE y que se está negociando en estos momentos en el seno de la UE. Para el comisario Andriukautis la situación está clara, “hay que prohibir el uso profiláctico de antibióticos para el ganado”.
Bajo la sombra del TTIP
Sin embargo, la aplicación de una nueva normativa, más restrictiva, tendría implicaciones directas sobre los acuerdos comerciales que la UE tiene con otros países, especialmente con EEUU. Si el parlamento europeo aprobara una nueva legislación que prohibiera el uso profiláctico de antibióticos, Europa podría volver a enfrentarse al país norteamericano, tal y como ocurrió con el conflicto de la carne hormonada. Una batalla legal y comercial que se inició a principios de los 80 y que no se resolvió hasta 2012.
Además, todo esto sucede en medio de las negociaciones del acuerdo de libre comercio entre EEUU y la UE (TTIP, por sus siglas en inglés), un tratado muy poco transparente y que amenaza con homogeneizar las legislaciones a ambos lados del atlántico. Sin embargo, en lo que se refiere a seguridad alimentaria, todos los responsables de la comisión consultados por eldiario.es han insistido en que “la UE no rebajará sus estándares sanitarios”. Y Scannell recuerda que “al margen del TTIP se pueden plantear acuerdos bilaterales para impedir la entrada a productos que no cumplan con las normas europeas, como ha sucedido con la carne hormonada”.
Las instituciones europeas trabajan conjuntamente con diversas organizaciones internacionales en la lucha contra la AMR, como la Organización Mundial de la Salud, que ha organizado la primera semana mundial de sensibilización sobre los antibióticos. Esta iniciativa, que terminará el próximo 22 de noviembre, tiene como objetivo concienciar a la población sobre el problema y fomentar un uso más prudente de los antibióticos en todos los sectores, algo de lo que ya advirtió el descubridor de la penicilina hace casi 90 años. “Qué pensaría Alexander Fleming si viera cómo ha avanzado la resistencia a los antibióticos”, concluyó el comisario Andriukaitis.