Tres de cada diez personas se niega a ponerse “inmediatamente” la vacuna contra la COVID-19. Son datos del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y que mejoran la perspectiva que arrojó la anterior encuesta publicada en noviembre, cuando el 47% de los españoles no estaba dispuesto a vacunarse. Ahora, esa cifra ha descendido sustancialmente al 28%. Es la última ofrecida antes del comienzo de la campaña de vacunación en España, que arrancará el próximo domingo día 27 y de la que ya se conocen los primeros destinatarios.
El Ministerio de Sanidad ha actualizado su estrategia de vacunación el mismo día en que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha dado el visto bueno a la vacuna de Pfizer/BioNTech, que ya se ha empezado a suministrar en otros países, y en el que el CIS publica su encuesta. Las otras conclusiones son que un 40,5% de la población responde tajantemente que 'sí' se pondría la vacuna, un 16,2% en caso de que sea “fiable”, un 3,6% si es por “consejo” de las autoridades y otro 3,2% si hay información suficiente. Un 5,3% tiene dudas.
No obstante, quedan meses para que el grueso de la población empiece a vacunarse, ya que en esta primera etapa que empieza el 27 tendrán cita, sobre todo, los residentes de centros de ancianos, sus trabajadores y la “primera línea” sanitaria, es decir, la que trabaje a diario de cara al COVID-19. Toda esta información se ha ido actualizando durante las últimas semanas y ha tenido su reflejo en las encuestas generales del CIS. Entre medias, además, el organismo ha lanzado dos sondeos temáticos centrados en la pandemia, en los que las preguntas incluían matices y los encuestados podían responder atendiendo a diversos escenarios.
En el último, publicado el 4 de diciembre, se daba la oportunidad a los reticentes de precisar si cambiarían de opinión si se lo recomendaba su médico o médica por su historial clínico o el riesgo de contagiar a un familiar, y el 60% lo haría. Además, aunque solo el 32,5% dijo en ese momento que se vacunaría “inmediatamente”, un 55,2% no se negaba, solo que prefería esperar a conocer los efectos. Son matices clave y que varían normalmente con el desarrollo de la pandemia. Ahora, por ejemplo, conocemos que los síntomas secundarios de la vacunación son en su mayoría leves y mínimos en comparación con el beneficio.
A la luz de los resultado de estos sondeos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamamiento a la población a principios de mes para que confíe en las vacunas contra la COVID-19. “La promesa de una vacuna es magnífica pero no podrá alcanzar todo su potencial sin una sólida preparación y la aceptación de la comunidad”, señaló el director para Europa de la OMS, Hans Kluge, para quien este punto es “esencial”.
Gráfico de Victòria Oliveres.