Pedro Sánchez con el Papa: una escultura de regalo y un discurso improvisado sobre la patria

Jesús Bastante

24 de octubre de 2020 11:07 h

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Pocos minutos después de las nueve de una lluviosa mañana en Roma, Pedro Sánchez llegaba al patio de San Dámaso, junto a su mujer, Begoña Gómez. Allí eran recibidos por el regente de la prefectura de la Casa Pontificia, Leonardo Sapienza, quien les acompañó al interior del Palacio Apostólico. El encuentro entre Sánchez y Francisco es el primero entre un presidente del Gobierno español y el Pontífice en siete años, desde que Bergoglio recibiera a Rajoy en mayo de 2013, y se ha producido en el marco de las buenas relaciones entre España y la Santa Sede y en una fecha especial: el primer aniversario de la salida de Franco del Valle de los Caídos.

La reunión, que duró 35 minutos, se celebró en el Palacio Apostólico, y según ha podido saber elDiario.es, hubo “cordialidad” y “complicidad” entre ambos mandatarios. Tras su agenda en el Vaticano Sánchez regresará de inmediato a Madrid, donde se ha convocado un consejo de ministros extraordinario para el domingo para abordar la declaración de un nuevo estado de alarma. Precisamente, la crisis mundial provocada por la pandemia fue uno de los temas abordados durante la reunión, así como la necesidad de unidad, fraternidad y cooperación ante sus efectos sociales y económicos. Sánchez –como adelantó en exclusiva elDiario.es– invitó a Francisco a visitar España cuando las circunstancias lo permitan.

En una nota posterior, Moncloa apuntaba que el encuentro ha servido para “abordar cuestiones de interés común como el multilateralismo, el cambio climático, las migraciones y el pacto educativo global”. 

Sánchez y el Papa “han mostrado su sintonía respecto a la necesidad de construir un mundo basado en la colaboración y en la solidaridad”, añade el comunicado, en el que destaca cómo el presidente del Gobierno “ha señalado las similitudes sobre la visión de la sociedad internacional que tiene el Gobierno de España y la última encíclica del Papa, ”Fratelli Tutti“, ya que ambos ven un mundo donde la cooperación y la solidaridad son necesarias, partiendo de la fraternidad”.

Otro de los puntos de coincidencia, señala el escrito de Moncloa, está en “la necesidad de luchar contra el cambio climático”, uno de los ejes de la encíclica Laudato Si de Francisco.“Sánchez ha señalado además que la emergencia de la pandemia no puede alejarnos de temas urgentes como éste”, señala el Gobierno.

Bergoglio y Sánchez también han abordado el nuevo Pacto de Inmigración y Asilo en el que trabaja la Unión Europea que, según Sánchez, debe contemplarse desde la solidaridad y la responsabilidad, pero especialmente desde la humanidad.El jefe del Ejecutivo ha detallado que “el Gobierno considera clave abordar también la migración legal”, y ha defendido ante el Papa que “hay que ofrecer una respuesta digna a las personas que quieren venir a nuestro continente”.

Respecto al campo educativo, Pedro Sánchez insistió en que “la persona debe situarse en el centro de la acción educativa y que hay que continuar trabajando para reducir todas las brechas que afectan a las niñas y a las personas más vulnerables”, así como trabajar para “construir la justicia social y ofrecer una verdadera igualdad de oportunidades”. 

El discurso improvisado sobre la patria

“Hacer progresar al país, consolidar la nación y construir la patria”. Estos fueron los ejes del improvisado discurso que Francisco ofreció a la comitiva española, presidida por Pedro Sánchez, y que ha sido distribuido íntegramente por la Santa Sede. En el mismo, Bergoglio subrayó que la política “es una de las más altas formas de caridad”, que “muchas veces llega al sacrificio”, y subrayó la “difícil misión” de los gobernantes.

“Es bastante trabajo, no es fácil, transmítalo a los miembros de su Parlamento, lo que piensa el Papa de esto y su enorme respeto por la vocación política”. Para Francisco, un gobernante “tiene la misión de consolidar la nación, no sólo cuidar la frontera, que es importante, sino la nación como organismo de leyes, de modos de proceder, de hábitos... consolidar la nación. Y tiene la misión de hacer crecer la patria”.

“Consolidar la nación a veces supone dificultades de entendimiento con los localismos (...) pero también de entendimiento del derecho, de la justicia, para hacer que la nación sea cada vez más fuerte”, recalcó Bergoglio, quien añadió que “tal vez lo más difícil sea hacer progresar la patria” que “es algo que hemos recibido de nuestros mayores, y que tenemos que dejar a nuestros hijos. Estamos de paso en la patria”. 

“La patria la tenemos que construir, y construirla con todos, y eso no es fácil”, apuntó Francisco, quien reivindicó la memoria. “No nos está permitido el borrón y cuenta nueva”, pero “tampoco irnos a refugiarnos a lo que ocurrió hace 50 o 100 años”.

“Somos hijos del pasado, pero también tengo que ser padre del futuro. Y tengo que vivir un presente que implica discernimiento, para mí eso es lo más difícil de la política. Hacer crecer la patria, porque siempre se encuentran coartadas para esto”, lamentó, criticando a los que “disfrazados de modernidad o de restauracionismo” pretenden “que la patria sea lo que yo quiero y no lo que he recibido y tengo que hacer crecer libremente”.

“Y ahí entran en juego las ideologías: armar una patria con mi idea, no con la realidad del pueblo que yo recibí”, señaló, recomendando a Sánchez la lectura de un libro de que reflexiona sobre la crisis que llevó a “una ideología que abrió el camino al nacionalsocialismo, y llevó al drama, en toda Europa, con esa patria inventada por una ideología”.

Y es que, añadió, “las ideologías sectarias deconstruyen la patria”. Francisco incidió en que “hay un parangón con lo que está sucediendo en Europa: cuidado que estamos repitiendo un camino parecido. Y vale la pena leerlo”. “Es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país, y desfiguran a patria”, concluyó Bergoglio, agradeciendo a Sánchez su visita. “Les pido por favor que recen por mí, y los que no rezan, porque no son creyentes que al menos me manden buena onda, que me hace falta”.

Diálogo con la Iglesia local

El Vaticano emitió una breve nota en la que destacó cómo “los coloquios en la Secretaría de Estado se han dedicado a las relaciones bilaterales y a las cuestiones de interés común que atañen a la Santa Sede y a España. También se ha subrayado la oportunidad de un diálogo constante entre la Iglesia local y las autoridades gubernamentales”.

Posteriormente, “se han abordado algunos temas de carácter internacional como la emergencia sanitaria actual, el proceso de integración europea y las migraciones”.

El presidente del Gobierno ha hecho entrega al Papa de un facsímil del Libro de horas del obispo Juan Rodríguez de Fonseca. Esta reproducción, cuyo original manuscrito data del siglo XV, es un libro de rezo para uso privado ricamente ilustrado. El Papa, por su parte, ha entregado al presidente del Gobierno un relieve doble en bronce patinado que representa la misericordia, la acogida y la fraternidad, y siete escritos que corresponden a sus encíclicas y sus exhortaciones apostólicas. 

Como manda el protocolo, tanto el presidente como su esposa vestían de oscuro, e iban acompañados por la embajadora ante la Santa Sede, Carmen de la Peña, y miembros del equipo de Presidencia del Gobierno. Tras el mismo, Sánchez mantuvo un encuentro con el canciller vaticano, Paul Richard Gallagher, con el que “ha abordado temas de interés común, subrayando por ambas partes la voluntad de seguir profundizando en la estrecha colaboración existente”, antes de regresar a España.