Las enfermedades infecciosas tropicales, transmitidas por mosquitos y garrapatas, son cada vez más comunes en regiones con un clima suave como Europa, debido al cambio climático y a la globalización, alertaron este domingo varios científicos europeos.
En la conferencia europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID), que reúne desde ayer en Ámsterdam a 13.500 médicos y científicos de 127 países, alertaron sobre la propagación de afecciones como la fiebre del dengue, chikungunya, la enfermedad de la mosca de arena (leishmaniasis) y el virus de la encefalitis transmitida por garrapatas (TBE).
Estas enfermedades estaban hasta ahora en países europeos únicamente como “afecciones importadas”: los viajeros se contagiaban en países tropicales y las traían al volver a casa.
Sin embargo, eso está cambiando, especialmente en la región mediterránea, como España e Italia, que se están convirtieron en regiones tropicales durante parte del año, pasando a tener un hábitat propenso para estas moscas y garrapatas.
Según ha explicado Giovanni Rezza, director de enfermedades infecciosas en el Instituto Superiore di Sanitá, los insectos que pueden transmitir estas y otras enfermedades están “prosperando” en zonas donde antes no existían y esto se debe a que esas regiones tiene periodos más largos de clima cálido, inviernos menos fríos y épocas amplias de sequía.
Algunas partes del sur de Alemania y Suiza tampoco escapan a la amenaza: “Una combinación de factores hace que el clima sea más adecuado para el mosquito tigre. Pero en Italia y España ya abunda y esos son países a los que vamos mucho de vacaciones”, alertó el biólogo holandés Arnold van Vliet, de la Universidad de Wageningen.
En la última década, se han producido una serie de brotes de dengue y especialmente de chikungunya en los países del Mediterráneo, recordaron los científicos, y señalaron los casos de 2007 y 2017 en Italia, donde cientos de pacientes se vieron afectados, lo cual “tuvo mucho que ver con los veranos largos, calurosos y húmedos”, añadió Rezza.
También se han registrado pequeños brotes de estas enfermedades en la costa del sur de Francia, en Croacia, en la isla portuguesa de Madeira y en Grecia, donde hubo un brote de malaria en 2011 y 2012, agregaron.
“El cambio climático desempeña un papel importante en la propagación de enfermedades infecciosas tropicales a áreas con un clima templado, pero los viajes y el aumento de la globalización (incluido el comercio) son aún más importantes”, alertó Jan Semenza, de la organización europea de instituciones de salud (ECDC).
Los científicos exigieron a las agencias gubernamentales mapear los hábitats de los mosquitos y advertir de los peligros que suponen sus picaduras, incluyendo datos socioeconómicos, del clima y medidas de prevención para anticiparse a los brotes.