Rolando Álvarez, el obispo nicaragüense encarcelado por Daniel Ortega, vuelve a prisión tras rechazar un exilio vaticano
Cinco meses después, el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, uno de los símbolos de la resistencia de la Iglesia de Nicaragua, frente al Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, salió de la cárcel... aunque solo por unas horas. Según ha podido confirmar elDiario.es, el prelado, condenado a 26 años de prisión por “traición a la patria” y encerrado en la cárcel Modelo de Managua después de negarse a ser exiliado a Estados Unidos, fue sacado de la prisión dentro de una negociación a varias bandas -Brasil, Vaticano, Nicaragua y obispos- que fracasó después de que el prelado se negara a tomar un avión con destino a Roma, donde debía exiliarse.
Álvarez es uno de los referentes de la resistencia nicaragüense católica, después de que otro prelado, Silvio Báez, fuera deportado a Miami en 2019. El obispo de Matagalpa denunció durante meses los excesos del régimen de Ortega-Murillo, que ha expulsado a 3.300 asociaciones religiosas y sociales y ha roto relaciones con el Vaticano después de que el Papa calificara al país de dictadura. El 9 de febrero, tras semanas encarcelado, se le dio a elegir el exilio o la prisión. Ese día, 222 disidentes fueron expulsados del país, perdiendo la nacionalidad, mientras que Orlando y otros cinco sacerdotes prefirieron quedarse en el país.
Aunque no hubo confirmación oficial, el prelado fue excarcelado y dirigido “bajo custodia” a la sede de la Conferencia Episcopal a la espera de una negociación a cuatro bandas, promovida por el presidente brasileño, Lula da Silva que podía culminar con el envío de Álvarez al Vaticano. Una medida que el prelado no quiso aceptar, y que ha concluido con su regreso a la cárcel.
A última hora de la tarde, el cardenal de Managua, Leopoldo Brenes, enfriaba las posibilidades de acuerdo tildando de “pura especulación” la excarcelación de Rolando Álvarez, y asegurando que seguía en Nicaragua. “Él está ahí mismo”, añadió Brenes, quien negó haber hablado con él.
Fuentes eclesiales consultadas por elDiario.es apuntan a que Francisco pidió a Rolando que aceptara su salida del país, a la que se sumaría la de otros cinco clérigos, también encarcelados. “Por obediencia al Papa, el obispo podría aceptar el destierro”, indicaron. Con todo, Bergoglio no le dio ninguna orden y, al parecer, el prelado decidió mantenerse firme en su decisión de no abandonar Nicaragua, aunque eso supusiera regresar a prisión.
En las fallidas negociaciones para la liberación del obispo de Matagalpa ha jugado un papel relevante el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, quien hace dos semanas visitó al Papa en el Vaticano y se comprometió a hablar con Daniel Ortega para instar a la liberación del prelado. “Hablaré con Ortega para que le puedan dar la libertad porque es necesario aprender a pedir perdón (...) y reconocer este error”, dijo entonces Lula. Esa conversación podría haberse dado a lo largo de este fin de semana, provocando unos movimientos que, según confirman fuentes diplomáticas, han caído de momento en saco roto.
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