El cura José Luis Galán abusó presuntamente de una chica de 14 años en Toledo, entre enero de 2011 y junio de 2013, cada quince días, “en su despacho parroquial” en la iglesia de San Ildefonso, según recogió como indicios el juzgado de instrucción de Talavera de la Reina. La llegó a penetrar en 2014, tras organizarle un exorcismo, según los hechos descritos durante la fase de investigación judicial. El sacerdote ha tenido siempre el apoyo de la madre de ella, con la que tenía una relación sentimental, según el propio cura admitió ante la justicia durante su declaración.
Ahora, la Audiencia Provincial de Toledo ha desestimado el recurso del religioso, según un auto al que ha tenido acceso eldiario.es y que ha adelantado Efe, lo que aboca el caso a juicio, de modo que Galán será juzgado por abusos sexuales. Su defensa había alegado que no había indicios y que “la declaración de la presunta víctima no tiene valor probatorio”. Para justificarlo, el abogado del cura señala que los hechos son incompatibles con el horario lectivo de la chica y la distancia del colegio a la parroquia. También alega “que el himen está intacto, no existen señales de moretones” o “que de haber existido ruidos se habrían oído porque el despacho está a pie de calle”. También resta importancia al examen forense que diagnostica estrés postraumático y que los expertos vieron compatible con un episodio de abusos sexuales.
El juez, sin embargo, desestima el recurso porque ve sólidos los indicios y el informe, lo que aboca al caso a ser juzgado: “El anterior informe que valora la declaración de la víctima junto al resto de la documentación aportada es un claro indicio racional de criminalidad”.
El juez de la Audiencia Provincial también se postula a favor de la defensa de la víctima, acusada por el abogado del sacerdote de haberle llamado “retrógrado y machista”. Sin embargo, lo que se dijo literalmente fue: “Solamente una mente machista y retrógrada puede alegar que el abusado es promiscuo y por tanto creer que debe ser abusado”, por lo que el magistrado desestima cualquier apercibimiento.
Además de la denuncia penal, que se interpuso después del verano de 2017, la víctima escribió sendas cartas al Papa Francisco y a la Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano, por lo que la Santa Sede ordenó al Arzobispado de Toledo abrir una investigación que no se ha hecho pública. Pese a que se había presentado tanto la denuncia penal como la canónica, el sacerdote continuó dando clases hasta enero de 2018 de Moral y Ética en el Instituto Teológico San Ildefonso de Toledo. Tampoco se le ha retirado de sacerdote, aunque se le ha prohibido oficiar misas en público. En enero de 2018 le enviaron como capellán a un convento de clausura, el Santiago Apóstol de Toledo, donde hay una veintena de monjas con voto de silencio y obediencia.
El Arzobispado de Toledo no ha contestado de momento a la pregunta de eldiario.es sobre si va a tomar alguna medida después de que se haya desestimado el recurso de Galán.