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Los recortes llevan a Madrid a esperas récord en los quirófanos

Los recortes en asistencia sanitaria que se trazan en los papeles de los presupuestos llegan antes o después a la atención de los pacientes. La carrera por tapar agujeros económicos deja rastros muy concretos, como el tiempo que se tarda en operar a un paciente. En Madrid, la consejería que dirige Javier Fernández-Lasquetty –lanzada en una dinámica de poda de recursos– se ha visto incapaz de contener la escalada de su lista de espera quirúrgica.

De récord en récord, en un año el atasco en los quirófanos ha sumado 18.290 personas y ha pasado de 52.628 en septiembre de 2012 a 70.918 en septiembre de este año.

Es la cifra más alta jamás registrada. Un 34% de subida en un periodo caracterizado por la reducción de la plantilla, la eliminación de las horas extraordinarias en los quirófanos y el intento de privatización de hospitales. Y por el incremento del dinero destinado a conciertos con clínicas privadas que no han paliado la lista de espera. La serie ha saltado de 52.000 a 57.000 (diciembre de 2012) para escalar a los 64.000 en la primera mitad de este curso y romper el techo de los 70.000 hace un par de meses, en una progresión imparable.

La situación en la Comunidad de Madrid ha empeorado en casi todos los aspectos a la hora de que un ciudadano tenga que operarse. “Cada vez hay menos recursos y menos personal”, explican en el sindicato CCOO. Cada vez son más madrileños los que no aceptan ser derivados a un centro concertado como solución.

En este último año, ese grupo ha pasado de 23.126 a 35.049. Un gran brinco que ha provocado que los ciudadanos que exigen ser intervenidos en su centro público de referencia se vean penalizados con una espera media de 107 días (unos tres meses y medio), es decir, 33 días más que en 2012.

La Consejería de Sanidad ha achacado la escalada de la demora durante estos meses a las huelgas de los profesionales en protesta por los planes privatizadores del Gobierno de Ignacio González. El detonante de la Marea Blanca. Sin embargo, entre junio y septiembre no han existido parones laborales.

El número de gente que espera su procedimiento entre tres meses y un año se ha multiplicado por ocho –según Sanidad, por preferir un “centro de su elección” al no admitir derivaciones al sector privado–: de 607 a 4.865. En septiembre de 2012, había siete intervenciones que llevaban más de un año de retraso. En septiembre de 2013 eran 386: 55 veces más.

Por más que Lasquetty asegurara en octubre que funcionan “70 quirófanos de tarde”, la caída de profesionales es una constante en la Sanidad de Madrid. Entre 2008 y 2013, fueron 4.200 puestos los que se evaporaron, según los datos de la consejería. Para 2014, según el director de Recursos Humanos, Armando Resino, serán 1.437 trabajadores menos en los hospitales, entre ellos, “500 médicos por jubilaciones forzosas”. Y a menor plantilla, más larga la espera de los pacientes.

La cifra total oficial de ciudadanos en lista de espera es de 517.395, según el Ministerio de Sanidad, pero esta suma es del 31 de diciembre de 2012. Desde entonces, el ministerio de Ana Mato no ha actualizado sus registros, ni ha agregado los incrementos que se han ido dando en las CCAA.

Madrid (con 6,49 millones de ciudadanos) sirve de muestra más actualizada. Pero la dinámica es la misma en muchas otras comunidades autónomas que traducen sus recortes en el deterioro directo del servicio. Por ejemplo, en Cataluña el último recuento de junio de 2013 arrojó una cifra de 79.300 pacientes en lista de espera para una población de 7,5 millones de habitantes. Un salto del 12% en seis meses. Sus recortes han dejado la inversión sanitaria autonómica en 1.255 euros por habitante, 43 menos que en 2010.

Para 2014, la Generalitat prevé reducir el presupuesto otros 466 millones (5,3%), por lo que el futuro no es halagüeño. El Consejo General de Colegios de Médicos ha reiterado que detrás de este problema están los “recortes excesivos” en los presupuestos. Algo parecido ocurre en la Comunidad Valenciana, que en los seis primeros meses del año ha metido otros 4.000 pacientes en el atasco quirúrgico: de 50.000 a 54.000.

No todas las regiones actúan igual

No todas las estrategias están siendo las mismas ni están obteniendo los mismos resultados. En lo que va de 2013, Galicia ha sumado 7.000 pacientes en espera (de 30.912 a 37.961). En junio, Andalucía añadió 1.500 (de 55.670 a 57.185). Murcia acumula a mitad de curso 1.651 operaciones más pendientes (de 22.940 a 24.591). En otras comunidades como Castilla-La Mancha, el dato es casi quimérico. En enero había unas 49.000 personas esperando, según el diputado regional socialista Fernando Mora.

La actualización de datos puesta en marcha por el Gobierno de María Dolores de Cospedal hace unos días, mediante una página web, obliga a buscar los datos por hospital y proceso quirúrgico, lo que impide una visión global. Sin embargo, en la presentación de ese portal, el consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, sí publicó que las pruebas diagnósticas se habían aligerado en un 25%.

Canarias ronda los 30.000 pacientes en la lista de lo que su Ejecutivo califica de “contención” del retraso. En el País Vasco, el Departamento de Salud remitió un informe sobre 2012 al Parlamento en el que –a falta de nuevos datos– admitía tener 18.611 personas en espera.

Algunas comunidades, al menos, han invertido la tendencia. Castilla y León, tras un año en el que tuvo que volver a las horas extraordinarias porque se le disparaba la espera, ha bajado su lista en 1.230 personas desde el tercer trimestre del año pasado. Aun así, sus 39.000 pacientes superan en 20.000 los que registraba en 2011.

Extremadura le restó 427 pacientes a su lista en junio pasado (un 1,9%). También las Islas Baleares (un 8%) y Asturias (15%) han ido a la baja. Otros quirófanos que se han aliviado son los de Navarra –un 10%–. Y el Servicio Cántabro de Salud reportó en junio un descenso de 491 personas.