Solo dos eurodiputados, Ernest Urtasun (Catalunya en Comú) y Edouard Martin (Partido Socialista francés), asistieron hoy a la primera clase de formación contra el acoso en la institución, curso que forma parte de las iniciativas desarrolladas por la Eurocámara para frenar estas prácticas.
Otros diecinueve eurodiputados están inscritos para posteriores fechas del curso, obligatorio para todos los trabajadores del Parlamento menos para los 751 parlamentarios, para quienes es voluntario.
Una experta externa presenta en el curso, durante dos horas y media, un programa con ejemplos concretos de casos de acoso, ya sea verbal o físico, laboral o sexual, en los que el alumno se puede ver involucrado directamente o que pueden suceder en su entorno.
La presentación recuerda que, además, algunas personas pueden sentirse ofendidas ante el contacto físico, por ejemplo cuando se les toca “en los brazos”, o que no deben realizarse bromas de contenido sexual ante un grupo, aunque no se dirijan a nadie en concreto.
Se aconseja que si son conocedores de un posible caso de acoso de parte, por ejemplo, de otro eurodiputado animen a la víctima a denunciarlo ante el comité puesto en marcha en la Eurocámara para analizar ese tipo de situaciones.
En otra diapositiva se recuerda las situaciones que más sufren las víctimas de acoso laboral, como la humillación o el “perenne exceso de carga de trabajo”.
Urtasun dijo a Efe que la clase le resultó “muy interesante” y consideró “muy importante que todos los eurodiputados pasen por ella para revisar actitudes, comportamientos y pautas de trabajo, saber cuáles son aceptables y cuáles no”.
“Si todos los eurodiputados asistieran a las formaciones, nos evitaríamos muchas cosas. Hay que lamentar por eso que la formación no sea obligatoria, teniendo en cuenta que hemos tenido casos graves de acoso” en la Eurocámara, añadió el eurodiputado, del grupo ecologista europeo.
Algunos trabajadores de la Eurocámara, principalmente asistentes, consideran insuficiente las medias puestas hasta ahora en marcha.
Por eso, tras el verano lanzaron el blog metooep.com, con historias anónimas con las que quieren denunciar el “ambiente machista generalizado” que existe en la institución, “como en el resto de la sociedad”, según los autores del blog.