La pandemia de coronavirus está en ascenso en España. Los datos tras las fiestas navideñas, que aún solo dan cuenta del efecto parcial que estas han podido tener, revelan una tendencia creciente que preocupa a las autoridades sanitarias. Sanidad ha hecho balance este viernes de la situación y ha pedido a la ciudadanía que limite “al máximo” los contactos sociales y la movilidad para frenar la tercera ola. Según el último informe detallado del Ministerio, que aplica a las provincias el semáforo que acordó con las comunidades hace dos meses, dos tercios, en concreto 39 de 59 –el sistema separa las islas–, ya se sitúa en los dos niveles de riesgo más elevados: “alto” y “muy alto”.
El último informe de indicadores principales de Sanidad, publicado este viernes, recoge la situación a 3 de enero, dos días después de Nochevieja y Año Nuevo. Desde entonces, los casos han seguido creciendo hasta el punto de marcar el segundo peor dato diario de contagios desde el inicio de la pandemia. Además, hay que tener en cuenta otro factor que infraestima la magnitud real actual: los retrasos en las notificaciones debido a la sucesión de días festivos. Con todo, el escenario según este último estudio ya es grave: 19 provincias e islas –fundamentalmente de Catalunya, Comunitat Valenciana, Castilla-La Mancha y Castilla y León, además de Madrid y varias islas de Baleares–, están en la alerta más alta posible, el nivel extremo, y otras 20 en el “alto”. España ha rebasado ya los dos millones de casos desde marzo, y las comunidades autónomas están recuperando y endureciendo restricciones tras las excepciones de Navidad.
Aunque uno de los indicadores más frecuentes para evaluar la situación epidemiológica es la incidencia acumulada (IA), que en el conjunto de España está en 350 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, es necesario fijarse en más indicadores. Es lo que hace el semáforo de Sanidad, que establece cuatro niveles de riesgo y evalúa varios criterios para saber en cuál está cada territorio. La alerta máxima implica unos parámetros epidemiológicos de una IA superior a 250, de 150 para población mayor de 65 años, una positividad de las pruebas del 15% y una trazabilidad –de cuántos casos detectados conocemos el origen– menor del 30%. Entre los parámetros asistenciales, una ocupación de UCI del 25% y un 15% de camas convencionales. Para decidir a qué nivel pertenece cada provincia, hay que alcanzar al menos dos de los primeros y uno de los segundos.
Daniel López–Acuña, exdirector de Acción Sanitaria de la OMS, explica que “no basta con prestar atención exclusivamente al número de contagios, sino que es clave analizar tendencias y una batería de indicadores”. Cuando se analiza esto “podemos ver que la situación es francamente mala y va a peor. La tercera ola ha llegado y va en ascenso”. Solo tres territorios –las islas de Fuerteventura, Gran Canaria y Lanzarote, además de las provincias de Ourense, Pontevedra, Lugo y Salamanca– están en los niveles de riesgo más bajos. “Los casos van a seguir creciendo, al igual que la presión hospitalaria”, han pronosticado Salvador Illa y Carolina Darias, que suena como sucesora al frente de Sanidad, antes de descartar de momento un confinamiento domiciliario, como han deslizado algunas comunidades autónomas.
19 provincias con ocupación muy alta de UCI
A Pilar Serrano, epidemióloga y secretaria de la Asociación Madrileña de Salud Pública, le preocupa precisamente la alta carga asistencial que ya se percibe en muchas provincias y que “seguirá aumentando” debido al volumen de casos que se registra a día de hoy. Hasta 19 provincias están en riesgo “muy alto” por la ocupación de sus UCI, algunas con porcentajes especialmente elevados: en Girona casi la mitad de las camas de cuidados críticos son para pacientes COVID, y en Lleida o Palencia, más del 40%. En Alicante, Palencia y Valencia la ocupación de camas de agudos supera el 15%.
“Esto no nos puede colocar para nada en un escenario de tranquilidad, al revés, es de altísimo riesgo y posiblemente ascienda más, porque aunque es difícil evaluar cuál será el impacto de la Navidad, no parece que va a a reducir las tasas que tenemos”, añade Serrano. De hecho, si no hay más provincias en riesgo extremo es porque el indicador de la presión hospitalaria aún no está en muchas en el nivel más alto, pero con la subida de contagios actual, es plausible que lo estén próximamente, advierten los especialistas. Por ejemplo, Badajoz y Cáceres, con las mayores incidencias acumuladas del país –Extremadura en su conjunto rozaba los 800 casos por cada 100.000 habitantes este viernes–, están en riesgo “alto” y no “muy alto” porque su ocupación de UCI no supera el 17%.
La situación es “crítica” también si nos fijamos en otros dos indicadores que, más allá de la incidencia acumulada, permiten discernir hasta qué punto la pandemia está controlada. Tanto la trazabilidad de los casos como la positividad de las pruebas realizadas están en ascenso “y apuntan a que hay una amplia transmisión comunitaria y que se ha intensificado”, en palabras de López-Acuña. Prácticamente todas las provincias están en rojo en el segundo indicador, que mide el número de PCR o test de antígenos que resultan positivos del total realizado. Algunas están muy por encima de la barrera máxima del 5% recomendado por la OMS: en Alicante, llega a alcanzar el 30% y en Toledo o Valencia, el 28%.
Se trata de uno de los indicadores en ascenso que estos días más preocupa a Sanidad y a los expertos, y que en el conjunto de España se ha duplicado en un mes al pasar del 7% de principios de diciembre al 14% actual. En la práctica mide si se está haciendo un esfuerzo diagnóstico suficiente para hacer frente al incremento de transmisión. Sin embargo, durante las fiestas navideñas el número de pruebas realizadas ha mermado considerablemente.
Junto a la positividad, la trazabilidad de los casos sirve para valorar si los territorios están siendo capaces de seguir el rastro al virus: la cifra indica el porcentaje de los casos detectados de los que conocemos el origen, es decir, qué proporción es contacto de otro positivo. Un porcentaje bajo implica que el sistema no es capaz de identificar las cadenas de transmisión. Hasta nueve provincias, entre ellas Barcelona o Madrid, son capaces de identificar de dónde vienen los contagios en menos de un 30% de los casos. El resto se detectan sin que se conozca el origen. Otras doce territorios no detectan el origen de la mitad y se quedan así muy lejos del umbral considerado de riesgo bajo, que implica que más del 80% de los casos sean contacto de otro positivo.