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¿Estamos a tiempo de frenar el cambio climático?

Isabel Moreno, David Vérez y Mariola Domenech durante el encuentro.

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Que el cambio climático está teniendo consecuencias en la vida diaria es una certeza científica. Sus efectos ya se dejan sentir en España. ¿Hay tiempo para contenerlo? ¿Estamos preparándonos para amortiguar sus impactos? Estas cuestiones se han debatido en elDiario.es en un encuentro mantenido entre la física meteoróloga Isabel Moreno, el ingeniero y miembro del IPCC David Vérez y la directora de sostenibilidad de Acciona Energía, Mariola Domenech.

Los tres expertos coinciden en un mensaje: estar, estamos a tiempo, pero la ventana de oportunidad se cierra y no ven que se estén implementando las medidas necesarias en la escala requerida.

“Nunca pensé que veríamos temperaturas tan altas como la del episodio vivido en abril pasado”, ha recordado la física. “El IPCC lleva años diciendo cómo el cambio climático es cada vez más evidente”, ha reforzado David Vérez. “Ahora es más tangible”, ha rematado Mariola Domenech.

Con una crisis climática que ya ha saltado de los modelos predictivos, los datos en estaciones de medición y se ha instalado a base de sequías u olas de calor, David Vérez contesta que “si nos remitimos a la estadística, estamos a tiempo de conseguir que el calentamiento global se quede en los 1,5ºC extra, pero no estamos tomando las medidas que se deberían. Se necesita un cambio de estructuras, pero también de la forma de vivir día a día”.

Si nos remitimos a la estadística, estamos a tiempo de conseguir que el calentamiento global se quede en los 1,5ºC extra, pero no estamos tomando las medidas que se deberían

David Vérez Doctor en ingeniería y tecnologías de la información, especialista en mitigación del cambio climático

La “gran paradoja”

“Vivimos en una gran paradoja”, ha reflexionado Domenech. “Todos somos conscientes, pero no hacemos lo suficiente: los países, las empresas, el sector financiero tienen objetivos de alto nivel que, luego no se están llevando a la práctica”

Hace unos días se culminó la pre COP en la ciudad alemana de Bonn –las reuniones preparatorias para la Cumbre del Clima que se celebrará en noviembre en Emiratos Árabes Unidos–. “Los resultados han sido catastróficos”, se ha atrevido a calificar la directiva. “Solo tres países han puesto objetivos lo suficientemente ambiciosos: Australia, EEUU y Reino Unido, y ninguno del G20 lo ha hecho. Así que vivimos esa paradoja: conocemos los efectos, los sentimos y tenemos compromisos, pero...”

Científicamente es posible quedarnos en el 1,5ºC extra, pero si se detiene en 2ºC es mejor que en 2,5ºC, y eso mejor que 3ºC y eso mejor que 4ºC porque cada décima cuenta ya que los efectos que tiene cada décima traerán consecuencias

Isabel Moreno Física meteoróloga y presentadora en 'Aquí la Tierra' de TVE

Aun así, los tres ponentes han tenido claro que el esfuerzo no puede aflojarse. “No puede mirarse el cambio climático solo desde el punto de vista científico”, ha abundado Isabel Moreno. “También hay que involucrar las políticas, las estructuras sociales... Científicamente es posible quedarnos en el 1,5ºC extra, pero si se detiene en 2ºC es mejor que en 2,5ºC, y eso mejor que 3ºC y eso mejor que 4ºC porque cada décima cuenta ya que los efectos que tiene cada décima traerán consecuencias”.

“Los modelos más precisos nos dicen que, sin esos cambios, el calentamiento se irá por encima de 2ºC, aunque luego pueda reconducirse para regresar a la senda del 1,5ºC, pero es cierto que cada décima de calor extra genera cambios”, ha coincidido Vérez. “De hecho, el 1,5 ºC, el objetivo mejor que se estableció en el Acuerdo de París de 2015, está bien, pero lo que pueda conseguir incluso por debajo de eso mejoraría”.

En todo caso, lo que el trío ha querido transmitir es que la acción, de momento, más decisiva a la hora de atacar la crisis climática es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Una reducción que no se está verificando.

Tras el ascenso de preocupación e interés por la cuestión climática que siguió al Acuerdo de París, se ha constatado una bajada. “Después de París hubo acciones, luego llegó la COVID y la crisis global que se asoció a la crisis climática que trajo medidas más reales”, ha recordado el ingeniero y miembro del IPCC.

“Veníamos de un momento buenísimo con muchísima conciencia como se vio en la manifestación de Madrid de diciembre de 2019. Nunca hubiéramos imaginado algo así, pero con la COVID se paró todo”, ha comentado Isabel Moreno, que, aún así, ha visto como positivo que “durante la pandemia se habló del cambio climático desde el punto de vista de la salud, de cómo está ligado a la aparición de enfermedades... en el lado negativo nos ha lastrado al hacer perderse compromisos o retardarlos”.

Mariola Domenech ha añadido que la guerra de Ucrania ha hecho que algunos países “se replantearan el abandono de los combustibles fósiles y las tecnologías que nos han traído hasta aquí”. “Y la inflación hace que el ciudadano deje de pensar en cosas como el cambio climático”.

La adaptación a las consecuencias de la alteración del clima está menos desarrollada, quizá porque, hasta ahora, no habíamos visto los efectos

Mariola Domenech Directora de sostenibilidad de Acciona Energía

La encargada de sostenibilidad de Acciona ve que, al menos en España, “la adaptación a las consecuencias de la alteración del clima está menos desarrollada, quizá porque, hasta ahora, no habíamos visto los efectos”.

“Podemos decir que hay 500 ppm de CO2 en la atmósfera, vale, pero eso ¿en qué me afecta? Sin embargo, si no tengo agua no la puedo utilizar. Nos vamos a dar de frente con la necesidad de adaptación, pero, a la fuerza, no nos va a quedar más remedio que hacerlo”, ha dicho.

“Incluso vamos a tener que adaptar los horarios a la nueva realidad. Por ejemplo, los horarios escolares donde la temperatura dentro de las aulas haga muy difícil que los niños y las niñas estén en determinadas fechas”, ha sumado Isabel Moreno.

Adaptaciones hay muchas. Desde la manera de cultivar alimentos a la de generar la electricidad que utilizaremos. Desde luego, la infraestructura para atajar el cambio climático está asociada a un campo de molinos de viento o a paneles solares. Sin embargo, en la conversación ha surgido un posible nuevo icono climático: las ventanas.

“Los edificios son responsable del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero”, ha calculado David Vérez. “Es muy importante reducir la exigencia energética de los edificios y hacerlos más sostenibles” –ha aportado Mariola Domenech– que se ha referido a “los aislamientos, la climatización, cómo se distribuye la refrigeración, la aerotermia e incluso la reutilización de materiales. Hay mucho terreno”.

En todo caso, y con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, los tres han subrayado que la agenda climática debería quedar a salvo de los vaivenes de más corto plazo. “No soy optimista”, ha confesado Isabel Moreno. “Hasta que no veamos que el cambio climático es una crisis global y real sin identidad política va a tener un peso en los votos”, ha contestado David Vérez. “Ojála no sea algo político” ha rematado Mariola Domenech.  

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