Las tórtolas se recuperan gracias a la prohibición de cazarlas y los científicos recomiendan alargar la amnistía

Raúl Rejón

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Dejar de matar cientos de miles de ejemplares al año ha hecho que la situación de la especie mejore. La población de tórtolas europeas ha tenido una “rápida recuperación” durante los años en los que ha estado prohibido cazarla. Hasta 400.000 parejas más en las siguientes épocas de cría gracias a paralizar las escopetas en 2022 y 2023, según el informe técnico presentado por el Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC) al Grupo de trabajo de recuperación de aves de la Unión Europea.

“Ha ocurrido en un contexto de muy baja productividad debido a las condiciones meteorológicas extremas –calor y sequía– al menos en España”, explican las actas del grupo. “Esto hace más probable que dicha recuperación sea el resultado de una mayor supervivencia [de ejemplares] como consecuencia de haber suspendido la caza”, explicitan. Prohibir disparar a las tórtolas ha permitido a la especie remontar el vuelo.

En esta situación, la recomendación técnica de los científicos del IREC es mantener la moratoria y, por tanto, que no se mate ninguna tórtola en la temporada 2024. El grupo de trabajo recibió esta recomendación “sin oposición”.

La amnistía para las tórtolas llegó en 2021 impulsada desde la Unión Europea ante el mal estado que presentaba esta ave emblemática del continente y tras las resistencias continuadas de varias comunidades autónomas y el sector cinegético en España, que defendía que paralizar las batidas perjudicaría a la especie.

La Comisión Europea “buscará un acuerdo sobre este punto” el próximo martes con los estados miembros, aunque, según las conclusiones de las actas parece que hay “consenso” para alargar la moratoria cinegética otro año. España es junto a Francia, Portugal y algunas zonas de Italia los países que cazan tórtolas en su ruta migratoria hacia el oeste. De hecho, España representa históricamente el 89% de las tórtolas cazadas al año.

Es más probable que dicha recuperación sea el resultado de una mayor supervivencia [de ejemplares] como consecuencia de haber suspendido la caza

En las temporadas anteriores a la suspensión, cada temporada se mataban entre 700.000 y 800.000 tórtolas europeas solo en España, según la Estadística Anual de Caza del Ministerio de Agricultura. La falta de cuidado que España mostró respecto a esta “especie icónica” hizo que la Comisión Europea abriera un expediente sancionador. El Ministerio de Agricultura contestó entonces que es sostenible cazar hasta 400.000 ejemplares anuales antes de que se estableciera la cuota cero en todo el continente.

Faltan las condiciones para reiniciar la actividad

El IREC ha hecho hincapié en que “todavía no se han cumplido completamente las condiciones” que se trazaron para abrir de nuevo la caza de tórtolas. Antes de que los cazadores puedan volver a disparar a esta especie se tienen que dar tres requisitos:

  • Un aumento en la población durante dos años consecutivos.
  • Constatación de un cierto nivel de supervivencia de ejemplares adultos.
  • Que los Estados garanticen un sistema que permita controlar el número máximo de tórtolas que se puedan cazar. Que se cumplan la cuotas que serán finalmente asignadas a a cada país y que, además, van a ser “necesariamente más reducidas cuando la caza pueda reiniciarse”.

Si bien la primera condición sí se ha producido, la segunda solo presenta “signos de que podría estar cumpliéndose, pero no puede demostrarse”, establece el informe técnico. Con todo, el principal problema para reabrir la temporada, según el IREC, no son los parámetros biológicos sino que “los Estados miembro no han implementado los sistemas” para controlar y que se cumpla una cuota máxima determinada de ejemplares que pueden matarse cada año. En otras palabras, aún no puede abrirse la mano a las escopetas porque no hay manera de asegurar que se hará respetar el volumen de tórtolas muertas que se le asigne a cada país.

Todos los Estados que quieran reabrir la caza de tórtolas en 2025 deberían remitir cuáles son sus planes para poder garantizar estos controles, sobre todo a la hora de asegurar que se caza menos.

En el Este europeo la situación empeora

La tórtola común, como especie de ave migratoria, tiene dos rutas principales. Una hacia el oeste, la que pasa por Francia, España y Portugal, pero también otra desde el centro de Europa hacia el este. Esas poblaciones “desafortunadamente han confirmado un empeoramiento y alcanzaron su nivel más bajo en 2023”.

Sin embargo, los Estados en los que esta especie es cazable, desde Italia a Malta o Chipre, sí han permitido cierto volumen de tórtolas cazadas “a pesar de que la recomendación científica era prohibir esta práctica”. De hecho, el criterio científico ha sido el mismo para 2021, 2022 y 2023 y en ninguno de esos cursos se decretó una cuota cero, según se indica en las actas oficiales. “La vigilancia de la especie de 2023 indica que la población continúa en declive”.