Los hermanos Liam y Jessin Fisher y su primo Kaiden Madsen (de 7, 10 y 9 años respectivamente) se han convertido en jóvenes estrellas de la paleontología tras el hallazgo de un fósil único de Tyrannosaurus rex. El descubrimiento se produjo el 31 de julio de 2022 cuando caminaban por el áspero terreno de Hell Creek, en Dakota del Norte. Enterrado en la roca, los tres niños descubrieron un gran hueso fosilizado que al principio atribuyeron a un dinosaurio pico de pato (Hadrosauridae), relativamente común. Pero cuando el amigo de la familia y paleontólogo Tyler Lyson organizó la excavación, y lo examinó con detalle, se dio cuenta de que se trataba de un espécimen juvenil muy raro de T. rex con un gran valor científico.
“Los especímenes juveniles de Rex son extremadamente raros”, asegura Lyson. “Este hallazgo es importante para los investigadores porque el espécimen de 'Teen Rex’ —el rex adolescente, como lo han llamado cariñosamente— puede ayudar a responder preguntas sobre cómo creció el rey de los dinosaurios”. A su juicio, este descubrimiento es particularmente emocionante porque la mayoría de los Tyrannosaurus rex que se encuentran son individuos adultos. “Tener fósiles de un animal más joven para estudiar arrojará luz sobre aspectos de la vida de los dinosaurios, como los patrones de crecimiento”, explica el investigador. “Y ayudar a estos niños a experimentar la emoción de su descubrimiento y a inspirarse en la ciencia es para mí increíblemente gratificante en lo personal”, recalca.
Dos años en secreto
Después de dos años en los que el hallazgo se ha mantenido en secreto, el Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver anuncia este martes a bombo y platillo el descubrimiento con la exhibición del fósil y la presentación de la película documental “T. REX”, que se estrenará el 21 de junio. En el largometraje, un equipo de Giant Screen Films (GSF) ha seguido el proceso desde el principio y ha captado algunas escenas clave, como el momento eureka en el que Lyson confirma que los niños han descubierto un tiranosaurio juvenil o el traslado de los restos en un helicóptero Black Hawk.
“Solo estábamos caminando por el campo y explorando”, comenta Liam, el más pequeño de los tres descubridores, en una entrevista facilitada por la productora. “No teníamos ni idea de que era un T. rex, pensábamos que era un pico de pato”, añade su hermano Jessin. Los tres coinciden en que lo más emocionante de la aventura, además del descubrimiento, fue el momento en que el helicóptero elevó el fósil a los cielos, y ahora dudan si de mayores quieren ser paleontólogos o pilotos. Su siguiente objetivo, aseguran, es seguir descubriendo nuevos fósiles en la zona.
Un joven gigante
Los paleontólogos estiman que el Teen Rex alcanzaba aproximadamente dos tercios del tamaño de un adulto adulto en el momento de su muerte. El tamaño de la tibia (82 cm), en comparación con la de un adulto (112 cm), sugiere que el animal tenía entre 13 y 15 años cuando murió hace unos 67 millones de años. Los datos permiten estimar que probablemente pesaba alrededor de 1.600 kg y medía unos 7,6 metros desde la nariz hasta la cola y unos 3 metros de altura.
“El T. rex podía crecer desde una cría del tamaño de un gatito hasta convertirse en el depredador adulto de 12 metros y 3 toneladas y media que conocemos”, afirma Thomas Holtz, paleontólogo de vertebrados de la Universidad de Maryland y una autoridad en el estudio del T. rex. “Los científicos en realidad solo pueden especular sobre cómo podría haber vivido y cómo se habría comportado el Teen rex, por lo que descubrimientos como este tienen el potencial de proporcionar nueva información importante sobre aquellas etapas anteriores de la vida, cuando probablemente se produjo el crecimiento más rápido”.
Si la información se presenta incorporada en una historia atractiva, como un documental, es aún mejor para su proyección social
“Si es un ejemplar juvenil, puede resultar interesante”, valora Francisco Ortega, paleontólogo de la UNED que no ha participado en el estudio de este fósil. “Existe un problema de identificación de algunos ejemplares que podrían ser Tyrannosaurus o formas similares, de modo que disponer de un nuevo espécimen juvenil aportaría información sobre la morfología en las primeras etapas de la vida de estos animales”. Toda información aporta desde el punto de vista científico y, “si se presenta incorporada en una historia atractiva, como un documental, es aún mejor para su proyección social”, defiende.
Una historia inspiradora
“Nunca podríamos haber planeado la inspiradora historia que se desarrolló frente a las cámaras”, afirma el productor y guionista del documental, Andy Wood. “Es extraordinario que los niños encuentren un dinosaurio grande, pero a medida que avanzaba el rodaje, el equipo se dio cuenta de que estábamos presenciando algo aún más raro: un descubrimiento verdaderamente histórico de T. rex. Ha sido una verdadera emoción”.
“Esto es más que un simple documental: es una oportunidad para que las familias experimenten la emoción del descubrimiento a través de los ojos de estos jóvenes exploradores en un formato que te hace sentir como si estuvieras allí con ellos”, añade el codirector David Clark. “Este es el tipo de historia que los realizadores de documentales sueñan con capturar”. “Más allá de fomentar la apreciación de la diversión de la ciencia, la película envía un mensaje sobre salir y explorar”, concluye Lyson. “Ese es un mensaje realmente importante que queremos transmitir, uno que creo que está integrado en esta historia”.