Hace alrededor de 200 millones de años, en el Triásico Tardío, vivió en los océanos un ictiosaurio gigante que podría haber competido en tamaño con las ballenas azules (el animal de mayor tamaño que ha habitado el planeta).
En un trabajo publicado este miércoles en la revista PLOS ONE, el equipo de Dean R. Lomax describe el hallazgo de una serie de fragmentos individuales de una mandíbula de ictiosaurio en la Formación Westbury Mudstone en Somerset, Reino Unido, a partir de cuya reconstrucción deducen que este animal pudo ser el reptil marino más grande conocido.
Por la longitud de estos huesos, los autores estiman que esta nueva especie, a la que han bautizado como Ichthyotitan severnensis, pudo alcanzar los 25 metros de longitud, o el doble de largo que un autobús urbano. Sin embargo, dado que la nueva especie se describe únicamente a través de fragmentos óseos limitados, los autores se muestran prudentes y advierten de que se necesita más evidencia paleontológica para confirmar al cien por cien su tamaño.
Un encuentro casual
Los restos fueron encontrados en mayo de 2020 por un padre y su hija, Justin y Ruby Reynolds de Braunton, mientras buscaban fósiles en la playa de Blue Anchor, de Somerset. Ruby, que entonces tenía 11 años, encontró el primer trozo de hueso gigante antes de buscar juntas piezas adicionales. Al darse cuenta de que habían descubierto algo significativo, se pusieron en contacto con Lomax.
“Me impresionó mucho que Ruby y Justin identificaran correctamente el descubrimiento como otra enorme mandíbula de un ictiosaurio”, dice Lomax. “Les pregunté si les gustaría unirse a mi equipo para estudiar y describir este fósil, incluso nombrarlo. Aprovecharon la oportunidad. Para Ruby, en particular, ahora es una científica publicada que no solo encontró sino que también ayudó a nombrar un tipo de reptil prehistórico gigantesco. ¡Probablemente no haya muchos jóvenes de 15 años que puedan decir eso! Quizás una Mary Anning en ciernes”.
Completar un gran puzle
El nuevo hueso era similar en tamaño y forma a otra mandíbula recolectada de la misma formación rocosa a solo unos kilómetros de distancia, y los investigadores ahora creen que estas dos mandíbulas pertenecen a una especie de ictiosaurio no descrita anteriormente, un grupo de reptiles masivos que habitaron en el océano desde la era de los dinosaurios.
Es bastante sorprendente pensar que gigantescos ictiosaurios del tamaño de una ballena azul nadaban en los océanos alrededor de lo que era el Reino Unido durante el Período Triásico
“Es bastante sorprendente pensar que gigantescos ictiosaurios del tamaño de una ballena azul nadaban en los océanos alrededor de lo que era el Reino Unido durante el Período Triásico”, asegura Lomax, que investiga en la Universidad de Manchester. “Estas mandíbulas proporcionan pruebas que invitan a pensar que quizás algún día se pueda encontrar un cráneo o esqueleto completo de uno de estos gigantes”.
Los ictiosaurios, muchos de los cuales parecían delfines modernos, evolucionaron por primera vez durante el período Triásico temprano, hace unos 250 millones de años. En unos pocos millones de años, algunos ictiosaurios habían evolucionado hasta alcanzar al menos 15 metros de largo, y hacia el Triásico Tardío (hace aproximadamente 200 millones de años), habían evolucionado los ictiosaurios más grandes, incluido el recientemente descrito I. severnensis.
Sin embargo, este reinado no necesariamente duró mucho. Si bien algunas especies de ictiosaurios continuaron vagando por los océanos durante millones de años, se cree que estos “ictiosaurios gigantes” se extinguieron durante el evento de extinción Triásico-Jurásico hace 200 millones de años, y este grupo único de reptiles marinos nunca volvió a alcanzar un tamaño gigantesco.
Un récord por los pelos
Francisco Ortega, paleontólogo de la UNED, cree que es un hallazgo muy llamativo e interesante, pero —sin restarle mérito— cree que el nuevo ictiosauro es el más grande registrado por muy poco. “Ya se conocía a Shastasaurus, al que se estimaba que pesaba hasta 70 toneladas y medía más de 20 metros, y eso ya es casi como una ballena azul”, explica a elDiario.es. “Este es solo un 3% más grande que los que se han encontrado en China y Canadá , es verdad que podemos decir que es el más grande, pero es como correr los 100 metros en una décima menos que el mas rápido”, bromea. El experto recuerda que el descubrimiento se basa en un hueso de la mandíbula. “Se han encontrado un hueso de dos metros y han decidido que era enorme”, apunta.
Lo más interesante, a juicio de Ortega, es el hecho de que los autores hayan podido reclasificar los escasos restos de otro ictiosaurio encontrado unos kilómetros más allá en época victoriana y que el propio Lomax clasificó como ictiosaurio a partir de pruebas histológicas. “Lo han añadido a la nueva especie porque hasta ahora no habíamos sido capaces de definirlo, porque teníamos muy poco”, explica. “Ya sabían que tenían un ictiosaurio y eso les llevó a sospechar que habría más, hasta que han encontrado un resto que les permite definir una especie nueva”.