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Una jueza de EEUU admite la idea de que los chimpancés tengan derechos como los seres humanos

Una jueza de la Corte Suprema de Nueva York ha admitido a trámite un recurso de hábeas corpus presentado por la organización Non-human Rights Project (Proyecto de Derechos no humanos) en nombre de dos chimpancés, Hércules y Leo, que son utilizados para experimentación científica en la Universidad de Stony Brook. Ha citado a los responsables del centro para una vista oral el próximo 27 de mayo.

El hábeas corpus es un tipo de recurso utilizado para evitar arrestos y detenciones ilegales o arbitrarias y, según la legislación del estado de Nueva York, solo puede ser interpuesto por una persona jurídica, con lo que su admisión a trámite supone el reconocimiento de ambos primates como “personas”. Para evitar este reconocimiento implícito, la jueza revisó su escrito al día siguiente eliminando el término hábeas corpus. En cualquier caso, desde NhRP han mostrado su satisfacción a través de un comunicado, dado que “es la primera vez que se emite una orden de citación en un caso como este” y han asegurado que están “muy contentos de poder luchar por la libertad de Hércules y Leo”.

En la vista oral, que tendrá lugar a finales de mayo, los representantes de la Universidad tendrán que explicar sus motivos para mantener “detenidos” a los chimpancés, utilizados en un proyecto de investigación biomecánica con el fin de estudiar la evolución del bipedalismo en humanos. Si la jueza determina que la detención es ilegal, la Universidad se verá obligada a liberarlos y éstos serán trasladados a un santuario en el estado de Florida, donde, según NhRP, podrán satisfacer sus “necesidades sociales, emocionales y físicas”. De darse este caso, Hércules y Leo habrían sido reconocidos como “personas jurídicas”.

Sujetos de derechos: se reabre el debate

El caso comenzó en diciembre de 2013 cuando NhRP inició tres procedimientos similares en el estado de Nueva York, el de Hércules y Leo, propiedad de la Universidad, y otros dos con chimpancés de propiedad privada. Ya entonces el tribunal rechazó el recurso presentado para la puesta en libertad de Tommy, uno de los chimpancés propiedad de un zoo. Aunque el caso fue recurrido, el pasado diciembre el tribunal supremo del estado volvió a desestimar la causa, dictaminando que un chimpancé no es una persona y por tanto no puede gozar de derechos.

Aunque puede que la jueza falle en contra de Hércules y Leo, este tema ha reabierto el debate sobre la consideración de ciertos animales como sujetos de derechos. Precisamente, NhRP se diferencia de otras organizaciones animalistas en que no solo centra sus esfuerzos en crear una legislación que proteja a los animales, sino que también exige que se reconozcan ciertos derechos básicos para aquellos que poseen altas capacidades cognitivas, como primates, delfines o elefantes.

Según ha declarado públicamente Natalie Prosin, directora ejecutiva de esta organización, “lo único que pedimos es que se conceda un derecho legal básico y es el derecho a la libertad”. El objetivo es que estos animales “dejen de ser considerados cosas y pasen a tener un estatus legal de personas (personas no humanas) con ciertos derechos básicos como el de la libertad o la integridad física”.

Precedentes en América Latina

Aunque en Europa nunca se ha interpuesto un recurso este tipo, en América sí existen varios precedentes, e incluso existen dos casos en los que se ha concedido el hábeas corpus a dos primates. El primero se produjo en el año 2005, cuando un fiscal de Salvador de Bahía (Brasil) logró que un juez ordenara la libertad de Suiça, una chimpancé propiedad de un zoo. Desafortunadamente Suiça falleció pocos días antes de la resolución del juicio. Más recientemente, en diciembre de 2014, un tribunal de Buenos Aires (Argentina) concedió la libertad a Sandra, una orangután también propiedad de un zoo. En ambos casos, los jueces reconocieron a ambos animales como sujetos de derechos.

Desde España, Teresa Giménez-Candela, directora el Máster en Derecho Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona, valora positivamente la decisión de la jueza y considera que “es un paso adelante muy importante, independientemente del resultado final. El hecho de que se dé trámite a un recurso de hábeas corpus es una excelente noticia y una muestra del cambio de mentalidad que se está produciendo en el ámbito judicial en EEUU”.

Sin embargo, entre los activistas en defensa de los primates, no todos consideran que sea importante reconocer a los animales inteligentes como sujetos de derechos. Para Federico Bogdanowicz, primatólogo y director ejecutivo del Instituto Jane Goodall, “el reconocimiento de estos primates como personas desde un punto desde vista jurídico es solo una táctica legal para mejorar sus condiciones de vida, que es lo realmente importante”.

Según Bogdanowicz, centrar el debate en si los chimpancés deben tener derechos por tener altas capacidades cognitivas puede llevarnos a minusvalorar el sufrimiento de otros animales: “no debemos caer en el debate de si son inteligentes o no, lo realmente importante es que estos animales sufren y la capacidad de sufrimiento es muy básica. No es necesario mostrar altas capacidades cognitivas para sufrir en una situación de aislamiento”.

“Hitos importantísimos”

Según Giménez-Candela otra posible solución se encontraría en “cambiar la consideración de los animales como cosas, tal y como sucede en la mayoría de los derechos codificados”. Durante los últimos años varios estados han tratado de buscar fórmulas alternativas en su código civil a la hora de hacer referencia a los animales, pero las modificaciones introducidas hasta ahora no han funcionado.

Una de las principales novedades se ha producido en Francia, donde la referencia a los animales en el código civil ha sido modificada, pasando a ser definidos como “seres vivos dotados de capacidad de sentir” y por tanto, no asimilables a cosas inertes. Para Giménez-Candela “esta modificación es de una gran trascendencia, ya que reconoce a los animales la capacidad de sentinencia, lo que les permite gozar de un estatuto jurídico autónomo”. Esta modificación entrará en vigor el próximo 6 de julio en el país galo.

Tanto la decisión de la jueza de Nueva York, como la reciente modificación del código civil francés, suponen, a juicio de Giménez-Candela “dos hitos importantísimos en el mundo del derecho animal”, lo que muestra un avance en la judicatura hacia posturas “más acordes con lo que la ciencia viene afirmando sobre los animales como seres sintientes”.

Respecto a las repercusiones legales que se puedan derivar de este caso, Bogdanowicz asegura que “todas las medidas que lleven a la mejora de las condiciones de vida de estos animales serán bienvenidas”, pero puntualiza que “lo realmente importante es que los primates estén protegidos en su lugar de origen, ese debe ser el objetivo”.