La UE señala las “reuniones con amigos y familiares” como principal causa de la transmisión de la pandemia en España

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
24 de septiembre de 2020 13:16 h

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España ha alcanzado los 64.272 casos confirmados en una semana, 38 veces más que los que registró al entrar en la llamada 'nueva normalidad'. Madrid presenta los peores datos de Europa, y casi todos los demás ejecutivos autonómicos han ido aprobando restricciones y confinamientos quirúrgicos para tratar de frenar los contagios. ¿Qué indicaciones da a España la Comisión Europea?

La directora del ECDC, Andrea Ammon, ha presentado este jueves el último informe de situación del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades y, al ser preguntada por la situación en España, Ammon ha abundado en algo que han repetido varias veces las autoridades sanitarias españolas y las instituciones, incluido el Gobierno central: “Lo que estamos viendo en muchos países, y no solo en España, es que gran parte de la transmisión que se está produciendo en este momento se debe a reuniones privadas, festividades, grandes cenas familiares, bodas, todas las convenciones que tienes con tu con sus amigos y familiares. Y eso es lo que en muchos países está marcando el panorama epidemiológico”.

En su informe, el ECDC evidencia que las tasas de contagios han aumentado de manera constante en la UE y el Reino Unido desde agosto, y afirma que “las medidas tomadas no siempre han sido suficientes para reducir o controlar la exposición”.

Por tanto, dice el ECDC, “es fundamental que los Estados miembros pongan en práctica todas las medidas necesarias ante la primera señal de nuevos brotes: intensificar las pruebas y el rastreo de contactos, mejorar la vigilancia de la asistencia sanitaria pública, garantizar un mejor acceso a los equipos de protección personal y medicamentos y garantizar una capacidad sanitaria suficiente”.

Según el ECDC se están viendo “aumentos sostenidos” –definidos como tal los aumentos de casos superiores al 10% en un plazo de 14 días– en 13 países europeos: República Checa, Dinamarca, Estonia, Francia, Hungría, Irlanda, Países Bajos, Noruega, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, España y Reino Unido. Además, la agencia incluye en la categoría de “alta preocupación” a España, República Checa, Bulgaria, Rumania, Croacia, Hungría y Malta por la presión en los sistemas hospitalarios.

La comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides, ha insistido: “Todos los Estados miembros deben estar preparados para implementar medidas de control de inmediato y en el momento adecuado, a la primera señal de posibles nuevos brotes. Podría ser nuestra última oportunidad para evitar que se repita la primavera pasada”.

La directora del ECDC, Andrea Ammon, ha reconocido que la UE vive “un aumento preocupante” en el número de casos de la COVID-19. “Hasta que haya una vacuna segura y eficaz disponible”, ha afirmado Ammon, “la identificación rápida, las pruebas y la cuarentena de los contactos de alto riesgo son algunas de las medidas más eficaces para reducir la transmisión. También es responsabilidad de todos mantener las medidas de protección personal necesarias como el distanciamiento físico, la higiene de manos y quedarse en casa cuando se sienta enfermo. La pandemia está lejos de terminar”.

La evaluación de riesgos del ECDC afirma que las intervenciones no farmacológicas, como el distanciamiento físico, la higiene y el uso de máscaras faciales han demostrado no ser suficientes para reducir o controlar la exposición.

Al mismo tiempo, el impacto del aumento de las tasas varía de un país a otro. Mientras que en algunos países, el aumento afecta principalmente a personas más jóvenes (de 15 a 49 años de edad) dando como resultado principalmente casos leves y asintomáticos, en otros países el aumento conduce a más muertes entre los ancianos. “La situación epidemiológica actual plantea un riesgo cada vez mayor para los grupos de riesgo y los trabajadores de la salud y requiere una acción de salud pública específica e inmediata”, afirma el ECDC.

El informe identifica varias opciones de respuesta: “El fortalecimiento de las capacidades sanitarias y la focalización de las acciones de salud pública en personas y trabajadores sanitarios médicamente vulnerables, estrategias de tests, rastreo de contactos, medidas de cuarentena, comunicación adecuada de riesgos y medidas de protección de la salud mental”.