Los casos de varicela en España han vuelto a crecer. Hasta finales de 2015 se han registrado algo más de 160.000 nuevos casos, lo que supone más del 8% de subida respecto al mismo periodo del curso anterior, según los datos del Instituto Carlos III (ISCIII). Se empalman así dos años consecutivos de ascenso que han coincidido con la retirada de la vacuna para bebés de las farmacias que decretó el Ministerio de Sanidad y que se ha revertido para 2016.
La varicela es una enfermedad catalogada como benigna aunque “extremadamente contagiosa”. El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, Ildefonso Hernández Aguado, analiza que “es normal que cuando hay una restricción de vacunas haya un aumento de casos. Es normal y deseable porque así se pasa cuando es más leve y proporciona inmunidad permanente”. De hecho, se calcula que “casi la totalidad de la cohorte de los nacidos vivos la padecerá en algún momento de su vida”, según recoge un estudio sobre el coste-efectividad de la vacuna en adolescentes del propio Carlos III.
En 2014, el aumento de casos superó el 12% y para 2015 rebasa otro 8% añadido. Sin embargo, el presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas, cuenta a eldiario.es que “no me atrevo a asociar directa y fácilmente la retirada de la vacuna de las farmacias con el repunte de la enfermedad”. García Rojas indica que “el propio comportamiento epidemiológico de la varicela hace que cada 3 o 5 años haya picos”. Aunque sí concede que “si antes había un grupo de población que se protegía al comprar la vacuna, estos meses ha sido susceptible de contraer el virus al no haber sueros”.
El Gobierno de Mariano Rajoy decidió en 2013 que los sueros contra este virus solo se dispensaran en hospitales. Desaparecieron las dosis que se aplicaban entre los 12 y los 15 meses en algunas regiones. Entonces estaba permitido que las familias pusieran ese producto a sus hijos por su cuenta. Desde la decisión del Gobierno, el calendario amparó exclusivamente las inyecciones en los adolescentes de 12 años que no hubieran pasado la enfermedad. Las razones aducidas eran técnicas: vacunar a bebés provocaría que hubiera más enfermedad en adultos, cuando es más grave.
Pero se levantó una oleada de críticas tanto de la Sociedad Española de Pediatría como por parte de familias que veían un recorte económico más en plena crisis. Lo cierto es que entonces la vacuna en esas edades tempranas estaba financiada con presupuestos públicos únicamente en Madrid, Navarra, Ceuta y Melilla.
El presidente de la AEV entiende que “la nueva situación para 2016 en la que todas la comunidades autónomas van a aplicar la vacuna temprana parece razonable”. La vacunación libre es, desde luego, cara y crea bolsas de inequidad al no estar al alcance de todos en virtud de la capacidad económica. Los productos comercializados en España superaban los 60 euros en las farmacias.
Pero, además, creaban disfuncionalidades al inmunizarse de manera heterogénea la población. El Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) recuerda que la aplicación de la vacuna en niños debe cubrir al menos “el 80% de la población” porque, si no, la enfermedad se empuja hacia adelante incrementando “los casos en niños más mayores y los casos en adultos que son más severos”.
La línea de actuación que eligió el Ministerio de Sanidad fue eliminar la vacunación en los primeros meses de vida. Pero en julio de 2015 acordó con las comunidades autónomas dar la vuelta totalmente a la situación. “Es un bandazo sin base científica”, critica Ildefonso Hernández. El doctor García Rojas piensa por su parte que “era la única solución para atajar la crispación que había provocado el impedir a los padres que vacunaran a sus bebés”.
Seis millones de euros
La cuestión es que ante la –previsible– acumulación de nuevos casos que se iban registrando mes tras mes en las bases de datos del Instituto Carlos III y las protestas, la inmunización temprana ha entrado en el calendario oficial y general de vacunas para 2016. Eso implica que se pagarán con dinero público las dosis para los más de 400.000 nuevos nacidos que se cuentan cada año en España. Sanidad calculó que costará “seis millones de euros”.
La universalización de la vacuna de la varicela no es la práctica mayoritaria en la Unión Europea. En los informes del ECDC, seis países incluyen estos programas: Alemania, Austria, Luxemburgo, Letonia, Chipre y Grecia. En Italia se utiliza en ocho regiones. España se incorporará este año. “Cada país toma sus decisiones según sea la gravedad del problema, el equilibrio entre coste y efectividad y el desarrollo de la enfermedad”, asegura García Rojo. Sin embargo, el catedrático Hernández Aguado cuestiona que si el programa “fuera totalmente sólido estaría en todos los estados”.