Madrid, 21 jul (EFE).- El uso exclusivo de vehículos eléctricos, previo abandono de los híbridos y con motor de combustión, es un requisito indispensable para cumplir con el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) previsto en el Acuerdo de París, según un estudio del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT por sus siglas en inglés).
La investigación, desarrollada por esta organización independiente y sin ánimo de lucro dedicada a elaborar análisis técnicos y científicos a reguladores medioambientales, destaca que solo los vehículos eléctricos de batería (VEB) y de pila de combustible (FCEV en inglés) impulsados por electricidad renovable son aptos si se quiere lograr la meta de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C.
Por eso recomienda “eliminar gradualmente la matriculación de nuevos vehículos de motor de combustión” a partir de 2030.
Además de no contaminar durante su manejo, más allá de la electricidad necesaria para su carga, las emisiones de GEI atribuibles a todas las etapas del ciclo de vida de los VEB -desde la extracción y procesamiento de las materias primas, hasta su fabricación y puesta a disposición- son según este estudio “entre un 66% y un 69% menores en comparación con los vehículos nuevos de gasolina”.
Esta cifra corresponde al sector automovilístico de la Unión Europea y es menor en el resto de mercados analizados: los de Estados Unidos -donde se sitúa entre un 60 % y un 68 %-, China -entre un 37 % y un 45 %- y especialmente la India -entre el 19 % y el 34 %-.
El documento también detalla que, si se cumplen las políticas energéticas actuales de descarbonización del sector, esa brecha se acrecentará aún más en el futuro y podría alcanzar el 77 % en Europa, el 76% en Estados Unidos, el 64 % en China y el 56 % en la India.
Estas cuatro regiones representan en conjunto “alrededor del 70%” de las ventas de automóviles nuevos en todo el mundo.
En el caso de los VEB que funcionen íntegramente mediante energías renovables, la desigualdad de emisiones entre los vehículos eléctricos y los de combustión de nueva facturación podría situarse en el 81 %.
Otro dato “importante” es la demostración de que las tendencias de emisiones del ciclo de vida son “similares en las cuatro regiones, a pesar de las diferencias entre ellas en la producción de vehículos, las fuentes de energía utilizadas” u otros aspectos, según ha apuntado la directora adjunta de ICCT, Rachel Muncrief, en un comunicado en el cual comenta el informe.
En lo que respecta a la opción de los FCEV, que emplean hidrógeno producido a partir de energías renovables, sus emisiones a lo largo de todo el ciclo de vida son un 76 % inferiores a las de los vehículos propulsados mediante gasolina y diésel.
En comparación, los vehículos híbridos eléctricos muestran unos niveles de contaminación un 20 % menores al de los automóviles de gasolina convencionales, mientras que aquellos propulsados por gas natural pueden incluso superar los niveles de emisión de este tipo de vehículos movidos por combustibles fósiles.
El análisis de ICCT recomienda limitar el uso de híbridos al próximo decenio con objeto de “reducir el consumo de combustible de los nuevos vehículos con motor de combustión interna”, aunque siempre teniendo en cuenta de que “ni los HEV ni los PHEV proporcionan la capacidad de reducir las emisiones de GEI requerida a largo plazo”.
Por otro lado, el empleo de biocombustibles, otra formula extendida en el sector, tampoco mejora “significativamente” las emisiones de GEI de los vehículos propulsados por gasolina, diésel o gas natural, según los investigadores, ni lo haría aunque se reemplazara parte de la proporción correspondiente al aceite de palma por otras materias primas basadas en desechos y residuos para 2030.