El volcán de Islandia abre una de las fisuras de lava más largas de la historia
A pesar de que llevaban muchas semanas esperando la erupción, cuando este lunes a las 22:17 se abrió la tierra en la península de Reykjanes muchos geólogos no daban crédito a lo que estaban viendo. En cuestión de minutos se abrió una fisura de 4 kilómetros de longitud que dejaba salir una cortina de lava de hasta 100 metros de altura al noreste de la localidad de Grindavík, evacuada desde hace más de un mes. “Asustaba mucho, porque era muy grande y estaba emitiendo una cantidad tremenda de magma”, asegura el geólogo y divulgador Nahúm Méndez Chazarra.
La fisura abierta por esta erupción está entre las más largas del registro, según los expertos. Si echamos la vista atrás, recuerda Chazarra, tenemos la grieta de 800 metros generada por el Fagradalsfjall este verano o los 300 metros que generó la erupción del Eyjafjallajökull en 2010 que bloqueó el espacio aéreo en Europa. Si bien se queda muy lejos de los 27 kilómetros que abrió el volcán Laki en 1783, los expertos consideran que esta fisura es de las más notables y digna de constar en lo más alto del ranking.
“Lo que te está indicando es que la cantidad de magma que hay debajo era muy grande, por eso ha roto de forma tan espectacular”, asegura Raúl Pérez, geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC). “Romper 4 km de profundidad de la corteza por 4 km de longitud requiere una energía enorme”. Por poner un ejemplo que nos resulte más cercano, señala Pérez, la erupción de La Palma en 2021 rompió apenas unos cientos de metros. “Tenía centros de emisión puntuales, pero no llegaba a romper toda una línea”, apunta.
La energía aquí ha sido mucho mayor y el tipo de magma es más efusivo, que es el estilo volcánico que domina las últimas erupciones en Islandia. En cuanto a la cantidad de lava, los especialistas coinciden en que lo de las primeras horas fue colosal. “Las tasas de emisión eran de 300 metros cúbicos por segundo y en La Palma ese valor oscilaba de 0,5 a 1, como trescientas veces más”, explica Pérez. “Por eso el espectáculo es tan impresionante, con la lava saliendo a borbotones: es como una fondue de chocolate gigante”.
El espectáculo es impresionante, la lava sale a borbotones: es como una fondue de chocolate gigante
Además de las dimensiones, la particularidad de esta última erupción fisural está en la forma en que ha roto por la superficie. “Se han formado una serie de estructuras que están en relevo, son varias líneas que tienen un pequeño ángulo entre ellas con la misma geometría y esas fuentes de lava de hasta 100 metros de altura; eso te dice que se ha roto por varios sitios, como si desgarraras una tela”, informa Pérez. “Hay que pensar que el dique que se formó antes de la erupción era de 15 km de largo, es una intrusión de magma plana que puede bajar o llegar a subir y que ha terminado saliendo de esta forma”, añade Itahiza Domínguez, sismólogo del Instituto geográfico Nacional (IGN), quien recuerda que, tras abrirse en una longitud de 4 km, la emisión de lava se está concentrando en varios focos, como es habitual.
“Como ha pasado en todas las erupciones de los últimos años, la lava acaba saliendo por unas zonas concretas”, señala Domínguez. “En La Palma pasó algo parecido, aunque a otra escala, y se acabó formando un cono volcánico. Aquí se formarán previsiblemente uno o varios edificios en forma de alineamiento, aunque puede pasar que se reactive, incluso que se abra alguna fisura nueva o que esta se agrande”. Para entender lo que está pasando, explica el experto, hay que pensar en Islandia se están separando dos placas tectónicas. “Eso favorece que estas fisuras sean muy largas, debido también a la existencia de estructuras previas; el magma busca el camino más fácil, si miras un mapa ves que todas las fisuras están en esa dirección”, subraya Domínguez.
Sin peligro para los habitantes
Por fortuna, al haber evacuado la localidad de Grindavík con tanta anticipación, no se teme que haya daños personales debidos a la erupción, aunque conviene estar alerta respecto a su evolución en las próximas horas. “La lava se está concentrando en una zona más o menos central, pero es verdad que la erupción de 2021 tuvo una fisura inicial y se amplió en una dirección, esto es posible”, admite Domínguez. El mayor riesgo es que empezara a salir por otro lado, que a se subiera más al norte o hacia el sur.
Las erupciones fisurales como esta son menos explosivas, en general, que los estratovolcanes clásicos que conocemos y que son la imagen arquetípica del vulcanismo, admite Nahúm M. Chazarra, pero puede tener más violencia si hay hielo o agua cerca. “Suelen ser bastante tranquilas, pero puede haber fases más explosivas en relación con la presencia de agua o hielo, que provoca una reacción muy brusca y violenta, como cuando echamos agua al aceite hirviendo”, asegura. “Si se da esa reacción, la lava puede sufrir un proceso de fragmentación que da lugar a los piroclastos, como las bombas volcánicas, el lapilli o la temida ceniza”. Al tratarse de lavas muy fluidas, no suelen tener problemas para salir por la fisura, y aunque sean muy largas no es probable que lleguen a lugares habitados. “En cualquier caso, ya estaban construyendo las barreras en torno a un central geotérmica y la Laguna azul, por si la lava se abre paso del oeste hacia el este. Y respecto a Reikiavik, aunque en los medios se dice que está cerca, en realidad está lejísimos, a 40 kilómetros de distancia”.
Los islandeses ya estaban construyendo las barreras en torno a un central geotérmica y la 'Laguna azul', por si la lava se abre paso del oeste hacia el este
Para Raúl Pérez, lo más interesante es todo lo que pueden aprender los vulcanólogos de esta erupción tan particular, que no se produjo cuando esperaban. “Entre el 25 octubre y el 5 de noviembre todos los marcadores indicaban una erupción inminente que no se dio”, recuerda. “Y no es que se haya retrasado, es que ha habido una pequeña reinyección de material desde las profundidades; cuando tienes un magma que se está enfriando y le metes un magma fresco puedes llegar a desestabilizarlo”.
A su juicio, la clave está en saber exactamente la cantidad de magma que tiene bajo tierra para ver cómo puede evolucionar. Con una fisura tan larga parece difícil que se taponen los conductos, pero también al ser tan extensa puede encontrarse con cuerpos de agua y dar lugar a explosiones y emisión de muchos gases, advierte. “Los vulcanólogos islandeses han dicho que durará entre cinco y diez días, basándose en su experiencia, y a mí eso me ha sorprendido, porque la experiencia también te enseña que puede pasar una cosa o la contraria”, concluye. “El problema es que no sabemos qué está pasando ahí debajo”.
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