Corona Warn-App, la aplicación de rastreo de contactos puesta en marcha por el Gobierno alemán para intentar romper las cadenas de contagio de coronavirus, ha sido descargada 15,8 millones de veces desde su lanzamiento el 16 de junio. Con una población de unos 83 millones de habitantes, esa cifra equivaldría a que algo menos del 20% de los ciudadanos alemanes ha descargado Corona Warn-App en su primer mes de vida. La aplicación está considerada uno de los casos de éxito de este tipo de aplicaciones fuera del contexto asiático. El objetivo de estos sistemas es controlar rebrotes y poder hacer confinamientos más selectivos cuando proceda.
Las cifras las suministra el Instituto Robert Koch (RKI), el centro de control de enfermedades infecciosas alemán, dependiente del Gobierno alemán y encargado de desarrollar la app. No obstante, el porcentaje real de implantación de Corona Warn-App entre la población alemana sería en realidad más bajo, puesto que la estadística correcta para medir su nivel de uso no es la cifra total de descargas sino los usuarios activos (personas que la descargaron, concedieron los permisos necesarios y no la han desinstalado), no la cifra total de descargas. El RKI no ha proporcionado datos sobre usuarios activos de la app por el momento.
Entre la información que sí ha facilitado el Instituto alemán está el número de claves emitidas por las autoridades para que los usuarios de la aplicación comuniquen al sistema que han dado positivo en un test de coronavirus y así este pueda avisar a las personas con las que han tenido contactos estrechos. Hasta el 13 de julio habían sido 513. Este dato permite evaluar un poco mejor el rendimiento de la app, aunque de él no puede inferirse que esas 513 personas avisaran a sus contactos registrados en la app de que han dado positivo, puesto que el paso de comunicarlo (así como el uso de la app) es voluntario.
"En el primer mes, más de 500 personas que dieron positivo para el SARS-CoV-2 tuvieron la oportunidad de advertir a otros de su contagio a través de la aplicación"
Tampoco puede saberse cuántas notificaciones de “contacto de riesgo” se dieron a consecuencia de las personas que sí comunicaron a la aplicación que se habían contagiado. El sistema que utiliza la app alemana es descentralizado, por lo que la información sobre los contactos de cada usuario de la app se guarda solo en su teléfono y no es accesible para las autoridades. “No hay datos sobre cuántas personas fueron informadas sobre un posible encuentro de riesgo utilizando la aplicación, ya que esta se basa en un enfoque descentralizado. Todos los datos del usuario están encriptados y almacenados exclusivamente en su propio teléfono. Ni el Instituto Robert Koch como desarrollador ni terceros tienen acceso a estos datos”, explica el organismo alemán.
Las autoridades alemanas han valorado positivamente estos datos, ya que demuestran que “la app funciona”, ha expresado el director del RKI, Lothar H. Wieler: “En el primer mes, más de 500 personas que dieron positivo para el SARS-CoV-2 tuvieron la oportunidad de advertir a otros de su contagio a través de la aplicación”.
“Cada nuevo usuario cuenta”
“Es un buen comienzo”, ha manifestado un portavoz del RKI este jueves a elDiario.es: “Los datos demuestran que la aplicación funciona como debería: informando a cada usuario (y solo a él o a ella) de un contacto de riesgo e interrumpiendo las cadenas de contagio”.
“Cada nuevo usuario cuenta”, exponen las mismas fuentes sobre esos 15,8 millones de descargas, aunque recuerdan que “la aplicación es un componente más de una estrategia general, no una panacea. Usar mascarilla de forma cotidiana, la higiene de manos, seguir las reglas a la hora de toser y estornudar y mantener la distancia correcta siguen siendo aspectos de vital importancia”.
"La aplicación es un componente más de una estrategia general, no una panacea"
“Lo importante no es cuánta gente se la ha bajado o cuántos códigos ha habido en este tiempo, sino cuánto han ayudado las apps a rebajar el numero reproductivo del virus. Para saber esto se necesita más tiempo de operación”, explica Carmela Troncoso, la ingeniera española que lideró una de las investigaciones sobre cómo utilizar el bluetooth para rastrear al virus. Ella forma parte del equipo que desarrolla la app suiza, que tiene unos 950.000 usuarios activos. La cifra equivale a un 10% de la población del país.
“Tanto en el caso alemán como suizo, son aplicaciones con tasas de adopción muy altas (en número de descargas en poco tiempo). Pero como cualquier otra medida contra la pandemia, es necesario tiempo para poder valorar su efectividad”, continúa la experta.
Las aplicaciones como Corona Warn-App, que están a prueba en la mayor parte de países europeos, utilizan el bluetooth de los móviles para registrar cuando dos personas que tienen la app descargada y activada han estado a menos de dos metros de distancia durante un periodo de tiempo considerado de riesgo. En el caso del sistema alemán está configurado en 10 minutos. Cuando se dan esas condiciones, las apps registran este contacto mediante el intercambio de códigos aleatorios. Cuando una persona da positivo y lo comunica voluntariamente al sistema, se marcan los códigos emitidos por su teléfono como positivos en un servidor central. Las apps repasan varias veces al día esa lista de códigos positivos: si detectan que hay una coincidencia entre los guardados en el teléfono y los que se han comunicado como positivos, emiten una notificación al usuario de que ha tenido un contacto de riesgo.
En España este tipo de app se está probando en La Gomera con contagios simulados. El sistema se denomina 'Radar Covid' y su fase piloto comenzó el 29 de junio. La última oleada del simulacro de rebrote en la isla tendrá lugar este viernes. A partir del lunes, el Ministerio de Sanidad evaluará junto a los responsables de salud de las comunidades autónomas y a la Secretaría de Estado de Digitalización los resultados del piloto y su potencial para extenderse a todo el territorio del Estado.