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Los ataques a antenas 5G se reproducen en Europa por el bulo de que ayudan a propagar el coronavirus

Desde hace varias semanas circulan en varios países bulos en los que se vincula el uso de antenas de tecnología 5G con la propagación del coronavirus. Desde que el virus comenzara a expandirse desde la ciudad china de Wuhan por todo el mundo, han surgido varias teorías en las que se dice que Wuhan fue el foco de la pandemia porque “habían (sic) instaladas cerca de 10.000 antenas 5G para implantar esta red inteligente en la ciudad”. Pero no hay ninguna evidencia de ello.

Este bulo surge de un supuesto científico estadounidense, Thomas Cowan, y se ha propagado rápidamente por el mundo. En Reino Unido han llegado incluso a quemar hasta 60 antenas de telefonía 5G por su impacto en el cuerpo humano y en la propagación del coronavirus. Algo que las autoridades británicas han tachado como peligroso y sin sentido, según la BBC.

Unas acciones que se han extendido por Europa. Según el periódico británico Financial Times, Irlanda también ha registrado dos ataques contra estas instalaciones, al igual que en Chipre, donde 18 personas vanzalizaron otra antena. Países Bajos, desde el pasado lunes 13, ha registrado dos incendios en antenas de telefonía y 11 intentos de sabotaje similares bajo la premisa de que el 5G ha contribuido a que el brote de coronavirus sea una pandemia mundial.

El Comité Científico y Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), junto con Maldita.es, ha desmentido estas afirmaciones puesto que “el tamaño de un virus es de alrededor de 100 nanómetros (0,1 micras o la diezmilésima parte de un milímetro (0,0001 mm))” mientras que “la longitud de onda de la radiación de radiofrecuencia usadas por los teléfonos móviles, también por el 5G, incluso para frecuencias elevadas de 26GHz, no supera el orden de los milímetros”.

Ningún informe científico avala esta tesis. Los expertos explican que es físicamente imposible la interacción entre las ondas de las redes de telecomunicaciones y un virus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no encuentra efectos adversos en el 5G. Además, varios científicos han publicado un comunicado en la revista médica The Lancet donde argumentan el origen natural del virus.

“Efecto frontera”

Ahora estas teorías también han llegado a España. El biólogo y pintor Bartomeu Payeras afirma en un supuesto estudio la “clara y estrecha relación entre el índice de casos de coronavirus y la ubicación en el mundo de las antenas de tecnología 5G”. Además en un vídeo donde explica sus conclusiones añade que el virus “tiene un efecto frontera porque parece que no sabe pasar las fronteras políticas” entre países.

Otro de los ejemplos que pone es el caso de San Marino, un país dentro de territorio italiano donde la densidad de población es de 577 habitantes por kilómetro cuadrado, y donde el coronavirus ha tenido un gran impacto. Según su estudio esta fuerte incidencia en este microestado también tiene que ver con el 5G.

Payeras cita un artículo de Expansión en el que se explica que San Marino sería el primer país en implantar esta tecnología, aunque finalmente fue Corea del Sur. Otra de sus pruebas es otro artículo de El Confidencial en el que se explica que es uno de los países con mayor número de infectados y muertos por millón de habitantes por su condición de microestado, además de que las medidas de confinamiento llegaron tarde, solamente cuenta con un hospital y se han realizado pocos tests. En ningún momento se cita al 5G.

CCARS también se ha hecho eco de otro bulo en el que se afirma que un operario trabaja en una “antena 5G” con un “traje contra la radiación”. Una vez más, el comité ha explicado que la imagen es falsa. Puesto que la antena es de 4G, e incluso para trabajar cerca de una antena 5G tampoco se necesitan este tipo de trajes porque la radiación emitida está “entre 10.000 y 100.000 veces por debajo de los niveles máximos permitidos” y cuando se manipulan se desconectan.