La biometría facial y el Aeropuerto de Menorca: así funciona el sistema que pronto adoptarán los aeropuertos de medio mundo
La tecnología biométrica está presente en nuestros teléfonos móviles, a la hora de entrar o salir del lugar en el que trabajamos, en el gimnasio e incluso cuando hacemos gestiones con el banco. Desde finales de marzo también está en el aeropuerto de Menorca, que en un proyecto pionero en Europa se ha convertido en el primero que usa la biometría facial y la integra tanto en el control del seguridad como en el embarque.
Aunque desde AENA aseguran que aún se trata de “un proyecto piloto”, lo cierto es que tiene tintes de convertirse en permanente una vez termine la prueba de 12 meses. En colaboración con Air Europa, el aeropuerto de Menorca permite que todos los pasajeros que lo deseen (a excepción de los menores de edad) y vuelen con la compañía formen parte de la iniciativa. Aquí la cara se convierte en el pasaporte o en el DNI, de tal forma que no sea necesario volver a sacarlo hasta llegar al destino.
Antes de nada es necesario registrarse en cualquiera de los dos puntos destinados para ello en el aeropuerto. “Ahí se toman tus datos del DNI o del pasaporte, tus datos faciales y se identifica que tu DNI es tuyo”, explica a eldiario.es Alberto Taha, jefe de la División de Innovación de AENA. Una vez hecho eso, aunque el pasajero ha de pasar por el mismo control de maletas que el resto de viajeros, obtiene una ventaja comparativa sobre ellos: gana tiempo.
Taha explica que “una vez termine el piloto, todos los datos serán borrados”. AENA da la opción a los pasajeros de usar el sistema de forma voluntaria y, en caso de que quieran, almacenar sus datos biométricos para todas las veces que usen el servicio dentro de los 12 meses de la prueba. También se puede utilizar de forma única. Desde el operador portuario no esconden que existe “interés de varias aerolíneas” para implantar proyectos similares en otros aeropuertos españoles.
Solo la Policía sabrá de quién es esa cara
Los datos biométricos de los pasajeros de Air Europa llegan a una base de datos denominada Gestor de Identidades Biométricas administrada por AENA. “Es un sistema totalmente automatizado: toda la base de datos está cifrada y se encuentra dentro de nuestra red interna de seguridad”, explica Taha. Las imágenes de las caras se guardan cifradas “con protocolos de los más altos que exige la LOPD”, según AENA; mientras que el DNI se guarda en hash, “lo que significa que no puedes recuperar hacia atrás la información ni saber qué DNI es”, continúa el directivo.
Una función hash es un tipo algoritmo criptográfico que se lleva utilizando desde mediados del siglo XX. “Nadie tiene acceso a los datos ni nadie los puede descifrar”, continúa Taha, que asegura que “los datos nunca viajan, por lo que ni siquiera son interceptables”. AENA sí que puede mirar el hasheado, pero es como si alguien observara largas cadenas de cifras y números y luego tuviera que unir cada una de ellas al nombre con el que se corresponde: no podría hacerlo. Solo la Policía Nacional sabrá quién cruza por el arco biométrico.
El proyecto de Menorca ha sido implementado por las empresas everis Aeroespacial, Defensa y Seguridad (everis ADS) y Dormakaba España. Esta última ha sido la encargada de colocar las puertas de acceso, lo que en la industria se conoce como dispositivos ABC (Automated Border Control - Control automatizado de fronteras). En palabras de César Ceccato, director de la división de aeropuertos de la compañía, el sistema pionero de la isla “es un paso a través de todos los puntos de seguridad del aeropuerto de manera transparente utilizando la cara”.
Dormakaba, aunque sea poco conocida para el lector, lo cierto es que está presente en los aeropuertos de medio mundo. Londres, Helsinki, Alemania o Nueva York son un ejemplo, mientras que en nuestro país, fueron ellos los primeros que colocaron los pasillos de no retorno (hoy tan comunes en los aeropuertos) y los sistemas ABC, cuya primera licitación vino por parte de la Policía Nacional en el año 2009. Ceccato hace hincapié en que, en el caso del aeropuerto de Menorca, “es la Policía la que siempre controla el proceso”.
Biometría facial en los aeropuertos: ¿Es el futuro?
“Los únicos que tienen acceso a esa información son la Policía Nacional, pero a través de mi puerta”, continúa el de Dormakaba. Es importante señalar que en los tornos de acceso ni se guarda ni se almacena la información, tan solo se transfiere para que la Policía compruebe que esa persona no tiene antecedentes, denuncias o se encuentra perseguida por la ley. “Cruzas y se borra. No se almacena nada”, recalca AENA.
“Nunca la puerta toma la decisión de quién pasa y quién no: siempre es esclava de un sistema superior que le dice qué hacer”, explica Ceccato. Ambas empresas rechazan desvelar cuánto ha costado el proyecto piloto. “Es un tema protegido por los acuerdos que tenemos con las distintas partes”, señala AENA. Tampoco ofrecen cifras de paso de viajeros desde que se implantó el sistema, que fue a finales de marzo.
Hemos pasado de meter contraseñas para proteger cosas a ser la contraseña que guarde la cosa en sí misma, y esto, aunque parezca más cómodo que el método anterior, también es menos seguro. Ya hemos conseguido falsificar el Face ID del iPhone con una máscara, poner la cara de alguien en el cuerpo de otra persona (con los deepfakes) e incluso imitar su voz. Sin embargo, AENA considera que la tecnología biométrica “es segura” y la compara con el comercio online, que a su juicio “tiene muchos más riesgos de seguridad”.
“Es como tener un certificado digital como el que usamos para hacer la declaración de la Renta pero que portamos físicamente, con nuestra cara”, continúan desde el gestor aeroportuario. Preguntados acerca de si esta será la línea que tomen los aeropuertos del futuro, AENA considera que la tecnología biométrica “es la que tiene más posibilidades de implantarse y quedarse”.