Bruselas entra en la guerra de las 'telecos' con Netflix o Youtube por la financiación de las redes

En un momento en el que la vida cada vez gira más en torno a Internet, la UE lanza un paquete de medidas con la que pretende mejorar la conectividad en el futuro y repensar el modelo. El anuncio del comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, lo aguardaban especialmente impacientes los responsables de las empresas de telecomunicaciones, que esperan que Bruselas mueva ficha para que las grandes plataformas de contenidos, como Netflix o Youtube, colaboren en la financiación de las redes. La Comisión Europea ha abierto formalmente la guerra al lanzar una consulta pública sobre “el futuro del sector de la conectividad y su infraestructura”.

Aunque en Bruselas se esfuerzan por decir que el asunto va más allá de la forma de financiar esas redes, es la parte en la que están centrados ambos 'bandos'. “El objetivo es recopilar visiones en los cambios tecnológicos y del mercado y como puede afectar al sector de las comunicaciones electrónicas. En particular, busca identificar los tipos de infraestructura que se necesita en Europa para mantener el desarrollo tecnológico y liderar la transformación digital en los próximos años. También persigue las opiniones de las partes interesadas sobre cómo garantizar las inversiones requeridas”, señala la Comisión en un comunicado.

“La consulta es parte de un diálogo abierto con las partes interesadas sobre la necesidad potencial de los actores que se beneficial de la transformación digital para contribuir de la forma más justa a la infraestructura de la conectividad”, agrega el comunicado. Las principales empresas de telecomunicaciones europeas, Telefónica, Deutsche Telekom, Vodafone y Orange, llevan tiempo presionando para las seis grandes plataformas de contenidos (Google, Meta, Amazon, Netflix, Apple y Microsoft) participen en la inversión de las redes dado que consumen cerca de la mitad del tráfico de Internet. 

Ese fue el principal tema que abordaron Breton y el CEO de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, en un encuentro en Bruselas el pasado 10 de febrero. El jefe de la compañía española dejó claro que hará aportaciones a dicha consulta pública, que estará abierta durante tres meses, hasta el próximo 19 de mayo.

En el otro lado, las plataformas digitales consideran que la propuesta de las 'telecos' supondría una suerte de impuesto que aseguran rompería la neutralidad europea en la red.

En la rueda de prensa en la que ha presentado el paquete para la conectividad, Breton ha intentado separar las propuestas de la “vieja” discusión entre las grandes tecnológicas y las empresas de telecomunicaciones. “Si queremos usar una regulación para decidir en la batalla entre dos jugadores no es mi manera de trabajar”, ha respondido el comisario, que ha asegurado que no se puede hablar por ahora de un impuesto porque es un momento muy incipiente, dado que simplemente se ha sacado a consulta pública el asunto para que todas las partes interesadas puedan hacer aportaciones.

“Algunas veces empiezas con impuestos y luego imaginas lo que tienes que hacer”, ha criticado: “Tenemos que empezar por ver que todas las partes interesadas tienen la misma visión de lo que tendría que ser nuestro continente en términos de conectividad”. Breton sostiene que primero se tiene que abordar la “arquitectura” y luego ver todo lo demás. Lo cierto es que la Comisión Europea reconoce que uno de los aspectos que tiene que analizar es la contribución “más justa” a las infraestructuras que, por ahora, corren a cargo de las sociedades de telecomunicaciones.

Fibra óptica en los nuevos edificios

La propuesta que la Comisión sí ha puesto formalmente sobre la mesa es la revisión de una directiva de 2014 que se ha quedado desfasada ante los rápidos avances tecnológicos (inteligencia artificial, metaverso, realidad aumentada...). La idea es reducir los costes burocráticos para el despliegue de las redes, rebajando el plazo de la respuesta por parte de las administraciones públicas a los operadores, a los que se les facilitará la reutilización de infraestructuras públicas ya construidas, como los tejados, para la instalación de infraestructuras de red.

Una de las principales novedades es la obligación, con carácter general, a que los nuevos edificios tengan la preinstalación para la fibra óptica. Fuentes comunitarias explican que están focalizando primero en los edificios residenciales, pero que podrá alcanzar también a otro tipo de edificaciones, como hospitales.

La denominada Ley de Infraestructura del Gigabit tendrá ahora que analizarse en el Consejo y el Parlamento Europeo para que hagan sus aportaciones y se negocie entre las tres instituciones antes de su aprobación definitiva.