Uno de los creadores de WhatsApp, CEO interino de Signal tras la dimisión de su fundador

Moxie Marlinspike ha dimitido este lunes como máximo responsable de la app de mensajería Signal, la referente en el campo de las comunicaciones privadas y encriptadas. Marlinspike puso en marcha el servicio hace diez años y ha sido su CEO desde entonces, configurándolo como una asociación sin ánimo de lucro financiado con donaciones que no extrae datos personales de sus usuarios. Su sustituto será Brian Acton, uno de los creadores de WhatsApp, que ejercerá las funciones de CEO interino hasta que se designe un sucesor definitivo.

La dimisión del fundador de Signal, un reconocido hacker tan comprometido con la privacidad que ni siquiera ha llegado a revelar su nombre real (Moxie Marlinspike es un pseudónimo), se produce en un momento en el que la app ha recibido críticas tras su decisión de instaurar los pagos con criptomonedas. Estas discrepancias entre su comunidad de usuarios son toda una excepción en Signal, tradicionalmente alabada por su tecnología abierta a la fiscalización y su modelo de negocio basado en la privacidad.

Por contra, ese compromiso con el anonimato y la seguridad de las comunicaciones la ha puesto en el punto de mira de gobiernos como el estadounidense, el británico o el chino, que la acusan de ser el medio de comunicación preferido por criminales y terroristas por no dejar un agujero abierto para que sus agencias de inteligencia puedan vigilar lo que ocurre en el servicio.

Marlinspike no ha hecho referencia a las criptomonedas en su comunicado de despedida, aunque opina que su salida “es un paso importante para ampliar el éxito de Signal”. “Signal ha crecido en adopción y popularidad en todo el mundo incluso más rápido de lo que imaginaba. La gente encuentra cada vez más valor y tranquilidad en Signal (tecnología construida para ellos en lugar de para sus datos), y está cada vez más dispuesta a mantenerla”, ha expresado, en referencia a las donaciones de la comunidad para contribuir a su sostenibilidad.

De WhatsApp a Signal

Acton, su sustituto provisional, es uno de los partidarios de que los servicios digitales se paguen con dinero y no con datos personales. Ese era su plan cuando creó WhatsApp junto a Jan Koum. Hasta que vendieron la plataforma a Facebook, su modelo era ofrecer un año de servicio gratuito, tras el cual se establecía una cuota anual de 0,89 céntimos anuales (un dólar) para seguir usándolo.

Cuando Facebook se hizo con el control de WhatsApp eliminó ese pago. No obstante, Acton y Koum manifestaron que no tenían intención de extraer datos personales de sus usuarios para financiar el servicio. Acton siguió al frente de WhatsApp hasta 2017, cuando se hizo evidente que Mark Zuckerberg tenía otros planes para la app de mensajería y decidió abandonar la compañía. Hoy aboga porque los usuarios borren las apps de la corporación.

Tras su salida de WhatsApp, Acton se enroló en la Fundación Signal, que hoy cuenta con una treintena de trabajadores. El crecimiento en usuarios de ambas apps ha sido dispar, aunque los sucesivos cambios en la política de privacidad de WhatsApp para ceder cada vez más datos a Facebook han impulsado a Signal. A principios de 2021, una de estas polémicas hizo que doblara su número de miembros por encima de los 40 millones (WhatsApp supera los 2.000 millones).

“Tengo plena confianza en su compromiso con la misión y en su capacidad para facilitar el equipo durante este tiempo”, ha manifestado en su comunicado Marlinspike, que mantendrá un puesto en su junta directiva y se centrará a partir de ahora en buscar a su sustituto definitivo.