Cada minuto se suben 300 horas de vídeo a YouTube en todo el planeta. En total, 5.000 millones de contenidos al día. Un océano inconmensurable de virales, tutoriales y canales donde se encuentran desde el Gangnam Style hasta el youtuber machista que recomendaba dar palizas a las mujeres como “método de seducción”.
Lo peor es que estos últimos no son una aguja en el pajar de YouTube. La semana pasada, una guerra entre dos de los youtubers más seguidos en España puso sobre la mesa el machismo lacerante en la red social. No era la intención inicial de la disputa, al menos no la única. Pero gracias a un vídeo del canal de Wismichu, los medios generalistas volvieron a atender a los mensajes misóginos que consumen cada semana millones de adolescentes en nuestro país.
El objeto de las críticas de Wismichu era el youtuber Dalas Review, famoso por sus peroratas en contra del feminismo, por vídeos en los que minimiza la violencia de género y donde asegura que “las maltratadoras son ellas”, y por diversas denuncias de maltrato por parte de sus exparejas.
En Así es Dalas Review, Wismichu da cuenta de estas polémicas y de alguna más, lo que provocó que los suscriptores de Dalas cayesen en picado el miércoles y que incluso YouTube cerrase su canal durante unas horas. ¿Y por qué debería importarnos? Aunque los profanos de la plataforma pueden pensar que no es un hecho noticiable, detrás de los millones de visitas en estos canales se encuentran millones de adolescentes permeables en busca de referentes.
Esta vez ha sido otro hombre con seis millones de seguidores (y no muy docto en el feminismo) el que ha hablado sin tapujos sobre el uso de esta plataforma para vejar y acosar a las mujeres. Si bien es algo que ya habían denunciado algunas youtubers sin apenas impacto mediático, gran parte de la comunidad en Internet ha reaccionado ahora para condenarlo.
Una aparente lucha entre dos chavales que pone en relieve algo más importante: las ideas patriarcales que consumen a diario el 72% de los adolescentes de nuestro país.
¿Quiénes son?
Ismael Prego (A Coruña, 1993), alias Wismichu, es un youtuber español que abrió su canal en 2012 bajo la reseña “dicen que soy un troll pero yo solo busco reírme de la vida”. Sus vídeos oscilan entre los tres y los ocho millones de visitas, y consisten en su mayoría en bromas telefónicas, irreverentes para unos y desagradables para otros. Él se defiende recordando en su descripción que “en mi canal, mis normas”.
Hace dos años, Wismichu dio el salto al prime time en el programa de Risto Mejide Al rincón. En aquella entrevista reconoció arrepentirse “de los vídeos donde insultaba a las mujeres”. Antes de esta muestra pública de perdón, el youtuber también se enroló en la misión de dar consejos algo insólitos para ligar o en “llamar puta a una mujer y quedarte tan ancho”, como le recordó entonces el presentador. Wismichu cuenta hoy en día con más de seis millones de suscriptores en YouTube y 2,3 millones en Twitter.
En la trinchera contraria estaría Daniel Santomé Lemus (Tenerife, 1993), el objeto de las críticas de Wismichu. Aunque alcanzó la fama haciendo gameplays (comentando videojuegos en directo), su canal acoge desde bromas hasta discursos sobre su vida personal, incluidos vídeos criticando a sus exnovias y provocando a los que le acusan de misógino.
Su cruzada contra las “feminazis”, como él las llama, ha tenido algunos momentos álgidos por su defensa pública a Torbe y afirmaciones como que “la violencia de género está sobresensibilizada” y que “cada año hay entre 40 y 70 asesinatos, y aún así tenemos esta ley, que más que defender a la mujer trata de machacar al hombre”.
Dalas Review ha sido acusado de acosar a menores y denunciado por malos tratos. Aunque esto ya se sabía, solo un día después del vídeo de Wismichu perdió 320.000 seguidores y ahora tiene este dato oculto en su canal. Antes de la polémica, Dalas tenía 5,7 millones de suscriptores en YouTube.
¿Cómo han llegado hasta aquí?
La rivalidad entre estos youtubers se remonta a 2013, con un fuego cruzado entre ambos canales que se volvió mucho más encarnizado cuando Wismichu comenzó a salir con la exnovia de Dalas Review. Esta chica había sido objeto de burlas, insultos y vejaciones en algún vídeo de Dalas tras su ruptura. Tal y como atestigua el propio Wismichu en Así es Dalas Review, “la gente la reconocía por la calle, la insultaban y la escupían día tras día”.
El vídeo llega “tras cuatro años de silencio”, según el youtuber gallego, pero tal era la expectación de esta réplica que en menos de una semana ya cuenta con 10 millones y medio de visitas.
¿Qué más se cuenta en el vídeo?
Entre otras reyertas personales, Wismichu dedica dos capítulos a las denuncias de malos tratos interpuestas por dos de sus exnovias y las acusaciones, sin denuncia oficial, de acoso sexual a menores. La youtuber María Rubio (Miare), de 19 años, denunció en 2016 a Dalas Review por constantes maltratos psicológicos y arranques de agresividad durante sus dos años de relación.
“Una vez que rompimos me fui a casa de una amiga y me amenazó con que me mataría si volvía a casa”, aseguró la joven en un reportaje titulado No sirves para nada, eres una puta, que incluía extractos de la denuncia de malos tratos. Según los testimonios que le acusan de acoso a menores, Dalas habría coaccionado a algunas de sus jóvenes seguidoras para que le mandasen desnudos o para pasar la noche con él en su hotel durante las giras promocionales.
¿Cómo se han resuelto las denuncias?
Ante las acusaciones de acoso a menores, Dalas Review respondió con un vídeo en el que aseguraba que le habían suplantado la identidad. Wismichu asegura en el suyo que “yo tengo pantallazos desde tu propio Twitter, no desde una cuenta fan ni desde un WhatsApp supuestamente hackeado, en los que pides fotos a fans menores de edad”.
En cuanto a la denuncia por maltrato, el juzgado falló a favor de Dalas por falta de pruebas y, este verano, emitió una sentencia que se viralizó en las redes. Como respuesta a la denuncia por violencia machista de Miare, el youtuber exigió la custodia del perro que ambos compartían, a pesar de haber sido acusado también de maltrato animal. Al ser ella menor de edad cuando adoptaron al cachorro, él firmó los papeles y por eso el juzgado ha fallado a su favor también en el caso del galgo.
¿Sienta un precedente en YouTube?
No. La plataforma de vídeo cerró el canal de Dalas Review durante unas horas tras recibir centenares de denuncias, casi todas ellas motivadas por la misoginia de su contenido. Pero YouTube volvió a abrirlo poco tiempo después, con lo que se infiere que la lucha contra el machismo no encabeza las prioridades del portal.
¿Por qué ha tenido que conseguir esto un hombre?
La reacción de Internet y de los medios ante un vídeo que condena varios episodios de violencia machista ha sido importante, pero saca otros asuntos a debate. Como dijo la vloggera y exnovia de Dalas Review en Twitter, Wismichu ha conseguido despertar a la masa. Y ha logrado lo que antes intentaron muchas de ellas, que nunca recibieron un apoyo comparable, sino todo lo contrario: los insultos y amenazas fueron constantes por parte de los seguidores de Dalas.
Estas muestras de rechazo a un lenguaje ofensivo y peligroso son necesarias en un contexto como YouTube. Pero si la respuesta proviene del vídeo de otro hombre, que no se caracteriza precisamente por enarbolar el feminismo, la defensa de los derechos de la mujer en la plataforma continúa coja. Algo que se soluciona dándoles, al menos, la misma credibilidad a las víctimas y a las youtubers que a sus homólogos masculinos.