Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), el Instituto IMDEA Networks y Orange Innovation ha revelado una nueva brecha digital en la forma de utilizar internet entre ricos y pobres, relacionada con un mayor o menor uso de las redes sociales o de los medios de comunicación. “En los barrios pobres se suelen utilizar más las redes sociales que en los ricos, mientras que en estos últimos se tiende a consumir más información en medios de comunicación tradicionales 'online'”, afirma una de las principales conclusiones de este estudio.
El análisis demuestra “por primera vez de forma cuantitativa y a gran escala la validez de las hipótesis sobre la heterogeneidad del uso de los servicios móviles por parte de los distintos grupos socioeconómicos”, ya que hasta ahora los análisis se basaban en “estudios cualitativos sobre pequeños individuos”. Para ello, se utilizan datos agregados anónimos de telefonía en Francia para predecir variables censables, algo que los investigadores creen que se puede extrapolar a países de similar cultura y riqueza, como los países del entorno europeo.
El trabajo, publicado recientemente en el 'Journal of The Royal Society Interface', analiza la relación entre el uso de internet y variables como la educación, la renta o la desigualdad en una zona, ya que la brecha digital en el acceso es muy pequeña en los países desarrollados, donde la mayor parte de la población tiene un teléfono inteligente. Cuando esta primera brecha se reduce, aparece la llamada 'brecha de uso', como la denominan estos investigadores, que representa cómo diversas clases sociales, por su estatus socioeconómico “tienen distintos comportamientos y, por tanto, usan internet de manera diferente”.
“En general, un mayor consumo de noticias en medios de comunicación tradicionales 'online' está asociado con un mayor poder adquisitivo y mayor nivel de estudios. En el otro lado, un mayor consumo de Facebook está asociado a un menor poder adquisitivo y menor nivel de estudios”, señala Iñaki Ucar, investigador del Instituto UC3M-Santander de Big Data. Los investigadores apuntan a otra de las consecuencias: “dado que plataformas como YouTube o Facebook han sido utilizadas para propagar desinformación y que el uso relativo de esas plataformas es mayor en zonas con menor nivel educativo y menos ingresos, es probable que el efecto de esa desinformación haya afectado más”.
La brecha digital de uso que ha detectada resulta “especialmente grande para determinadas clases específicas de servicios, como las redes sociales, el 'streaming' de audio y vídeo, el correo electrónico y el consumo de contenidos de noticias”. “Se trata de un resultado bastante sorprendente, sobre todo si tenemos en cuenta que el análisis se ha realizado en decenas de ciudades de un país europeo desarrollado, donde cabría suponer que las brechas digitales se han cerrado gracias a la disponibilidad omnipresente del acceso a la banda ancha móvil”, indica otro de los autores del estudio, Marco Fiore, del Instituto IMDEA Networks.
“Antes de nuestro estudio, estas hipótesis sólo se habían validado con estudios cualitativos sobre pequeños grupos de individuos. Demostrar que el fenómeno es válido para cientos de miles de usuarios es un importante paso adelante”, concluye Esteban Moro, del Departamento de Matemáticas de la UC3M.