Amazon avanza en sus planes como editor

Amazon tiene sus propios planes. La tienda digital, cuyo volumen de ingresos global superó los 65.000 millones de euros en 2012, no quiere entrar en la guerra de fusiones que se ha establecido dentro de la industria editorial en Europa en las últimas semanas.

El acuerdo entre Random House, perteneciente al grupo alemán Bertelsmann, y la británica Penguin, ratificado por la Comisión Europea el pasado viernes, o las negociaciones entre RHM y Santillana son simplemente “un movimiento lógico de un mercado que está en transformación y que hace movimientos expansivos”, señaló Koro Castellano, responsable de adquisición de contenidos de Kindle España, a eldiario.es durante la pasada celebración de Sant Jordi. “No se trata de si unas editoriales se juntan o no. Lo que se está viviendo en la industria es un proceso de consolidación y, viendo lo que ocurrió en la música, no creo que nadie tenga el coraje de parar el tema del libro electrónico”, añadió Ezequiel Szafir, vicepresidente de contenido de Kindle Europa.

El servicio de Kindle, implantado en España desde diciembre de 2011, con un volumen de 55.000 títulos digitalizados, pero cuyas ventas sigue siendo una incógnita – “hay información sensible y confidencial que no podemos contar”, aseguró Castellano- pretende seguir su propio camino. Y este es el de la autopublicación mediante el servicio Kindle Direct Publishing (KDP), que permite que el usuario que lo desee pueda subir sus propios ebooks y venderlos con un margen de beneficio con respecto al precio del 70% (el 30% restante es para Amazon).

“Vemos que tiene grandes posibilidades y nos está dando muchas alegrías”, manifestó Castellano. De los 50 ebooks más vendidos de la tienda, 21 pertenecen ya a libros autoeditados. Sin entrar en cifras oficiales, sí hay algunas facilitadas por escritores que han probado KPD como Fernando Gamboa, autor de bestsellers como La última cripta y Ciudad negra, que asegura que ha vendido más de 50.000 ejemplares en formato electrónico.

A un precio de 0,98 euros, y teniendo en cuenta que la multinacional está en Luxemburgo, donde el IVA del ebook está al 4% y no al 21%, como sucede en España, el negocio para Amazon como editor es redondo. Ante las críticas por parte de editores que observan una intromisión de la tienda en este sector, desde la multinacional se muestran tajantes: “Nada acaba con nada. Todo es parte de una actualización. Seguirá habiendo librerías y editores y seguirá habiendo todo”, insistió Szafir.

Otro ejemplo de que Amazon sigue su propio rumbo es la reciente polémica con los libreros durante Sant Jordi. La patronal, CEGAL, había anunciado una demanda por el incumplimiento de la ley del precio fijo (mismo precio para todos los canales de venta) durante la festividad, puesto que Amazon decidió imponer un descuento del 5% que se sumaba al 10% del resto de libreros. Es más, incluso elevó su queja al Ministerio de Educación y Cultura. Sin resultados. “Siempre actuamos dentro de la legalidad en los países en los que operamos. Este mismo descuento ya lo realizamos el año pasado. Son promociones totalmente compatibles con la ley del Libro. Los tribunales han fallado a favor en el pasado y se ajustan a la jurisprudencia”, aseguró Castellano. Y polémica zanjada.

Las “exigencias” de Amazon

No obstante, a pesar de que Amazon camine según sus propios designios sí pretende acelerar algunos cambios. Precisamente, el más importante tiene que ver con el precio de los libros electrónicos, sobre el que no tiene ninguna potestad, puesto que en España son los editores quienes se encargan de cifrarlo. “Los consumidores nos dicen que no pagarían más de ocho euros por un ebook y esa es una información que compartimos con los editores. Creemos que es lo razonable”, manifestó Castellano. Un mensaje al que se unió Szafir, que estableció una comparativa con el mercado italiano: “En España es muchísimo más caro, y así estamos condicionando la conducta de nuestros lectores. Estamos en un 20%, 30% o incluso 40% más que en Italia”.

La segunda petición es la digitalización de contenidos. A pesar de que Amazon ya tiene 55.000 títulos digitalizados en su tienda y se han firmado contratos “con prácticamente todos los agentes de la industria editorial española”, según Castellano, los responsables de Kindle en España y Europa creen que es necesario avanzar en este sentido, puesto que es uno de los pasos que frenan el consumo de libros electrónicos. “En EEUU, por cada 100 libros que se venden en papel, 105 se venden en formato electrónico, y en Reino Unido, por cada 100 libros impresos se venden 115 libros electrónicos. En EEUU se ha tardado cinco años en llegar a ese punto y en Reino Unido, tres. En España aún es temprano pero la tendencia es que viene a toda máquina, aunque hay que revisar la digitalización”, sentenció Szafir.

“En EEUU, las cuatro grandes editoriales norteamericanas ya han señalado que el 25% de sus ingresos proceden de las ventas digitales, y Roca Editorial dijo en el pasado LIBER que el 12% de los ingresos era de los libros electrónicos. Y las últimas cifras que ha dado Penguin superan el 20%”, constató por su parte Castellano.

Amazon sabe muy bien lo que quiere. Sabe dónde está el negocio. El dicho de la empresa es que están “en el día uno” del mundo digital, pero nadie quiere quedarse el último en la parrilla de salida. El pastel que está sobre la mesa es demasiado goloso.