Dos experiencias de educación en programación muy distintas

Mientras los bailes de leyes educativas se suceden, algunos centros e instituciones han comenzado a organizar talleres y eventos que fomenten la educación en programación y creación tecnológica. En una sola semana, en la Comunidad de Madrid se organizaron dos, con el apoyo del ámbito universitario.

El primer robot en primaria

Alcabot es la semana de la robótica de la Universidad de Alcalá. Está en marcha desde el año 2000 con el objetivo de “promover el diseño de robots en niños y jóvenes como elemento educativo, motivador y divulgativo de la ciencia y la tecnología, y como una herramienta para fomentar el carácter innovador en los jóvenes.”

No es una quimera. Alcabot agrupa conferencias, charlas, grupos de trabajo, talleres y competiciones, entre ellas una solo para los más jóvenes, la RoboCup Jr. Estudiantes de primaria y secundaria compiten para conseguir el mejor robot, diseñado y construido previamente por ellos mismos con la ayuda de un capitán mayor de edad.

El proceso de aprendizaje en robótica se pone de manifiesto en las finales, ya que cada equipo debe enfrentarse a una exposición oral ante un jurado y a una prueba de funcionamiento sin la ayuda de su capitán, demostrando los conocimientos adquiridos durante todo el proceso. Su robot tiene que recorrer un laberinto leyendo el camino marcado por una cinta pegada al suelo, o ver y empujar una lata a un agujero, o jugar al fútbol…

La normativa de las diversas pruebas de la RoboCup permite apoyarse en piezas de juguete para la construcción del robot. Las piezas de LEGO y Mecano no faltaban entre las mesas de trabajo de los equipos, que demostraron su pericia haciendo retoques y reprogramando sus proyectos entre tentativas. Pero en su interior están los chips más sencillos y baratos como Arduino o BasicStamp, quizá también algún proyecto haya probado con Rapsberry Pi.

Diseñar un videojuego es cosa de niños

Era la primera vez que se celebraba esta actividad promovida por la Universidad Complutense de Madrid llamada iDÉAME Kids. Los alumnos de primero de primaria del Colegio San José Salianas de Madrid contaron con dos tres horas para diseñar y poner en funcionamiento su primer videojuego.

En este caso el experimento no incluyó la parte más compleja, la programación, que ya habían preparado de antemano los dos profesores invitados a la jornada, los desarrolladores de videojuegos Arturo Monedero (Delirium Studios) y José Manuel Íñiguez (Akaoni Studio). Su tarea fue trasladar la estructura de planteamiento y resolución de problemas de forma ordenada que conforman un juego a través del trabajo colectivo.

Tan solo hubo que explicar a los pequeños de seis años de edad los elementos básicos de un videojuego de aventuras (el héroe, los objetos para coleccionar, los enemigos o la salida). Después cada grupo creó su propia historia, personajes y ambientación de forma libre, siempre de la forma más simple.

Tras el trabajo artístico y narrativo, los profesores digitalizaron algunos de los dibujos de los alumnos para crear una pantalla de videojuego sobre un editor muy sencillo programado en Flash. Les explicaron que los niveles y la jugabilidad son dos pilares para que sea divertido y pasaron a diseñar su propio nivel. ¿Dónde colocar al héroe y dónde la salida? ¿Dónde los anillos que hay que recoger? ¿Y cómo se moverían los monstruos que obstaculizan el paso?

En tres horas pueden comprender el mecanismo y el funcionamiento de un programa. En un año son capaces de construir un robot.