Nos advirtieron que estaban en ello, y ya lo hicieron. La gente de Ultra-lab ha presentado “Hello World”, un documental dedicado a Processing. Processing es un lenguaje de programación abierto, dirigido a artistas y diseñadores sobre todo.
Es también una plataforma de desarrollo de proyectos y una comunidad. Aunque su apariencia es la de un bloc de notas -la plataforma- que sólo funciona cuando escribes líneas de código -el lenguaje de programación-, el proyecto como tal va mucho más allá. Así nos lo cuenta Abelardo Gil-Fournier, artista y programador, perteneciente a Ultra-lab, y uno de los realizadores. El otro es Raúl Alaejos. Llevan más de un año trabajando en el documental, aquí un extracto:
El documental completo, abajo de la entrevista con Gil-Fournier, a quien le preguntamos, además sobre la relación entre el arte y la tecnología, la visualización de datos y el papel de la comunidad en este lenguaje.
Diario Turing: ¿Cuál es la especificidad de Processing?
Abelardo Gil-Fournier: Te permite trabajar muy rápidamente con conceptos como la interactividad, la creación digital o la visualización de datos. Para usar Processing tienes que programar, y eso de buenas a primeras puede parecer duro. Pero programar es mucho más: es, primero, copiar y pegar código, aquí y allá, cambiar parámetros y ver qué sale, hacer preguntas en el foro, participar en talleres, etc. Pues bien, todo eso es lo que ha acercado Processing a muchas personas que desconocían que programar era esto.
DT: ¿Cómo lo enseña el documental?
GF: Hay una expresión muy extendida entre quienes utilizan estas herramientas, y es la de programación creativa. Hemos intentado mostrar en este documental a qué se refiere esta expresión, qué cosas se pueden hacer cuando trabajas desde las líneas de código de la pantalla.
DT: ¿Y qué cosas se pueden hacer?
GF: Es como si el código te acercara de nuevo a las cosas. Hay quienes comparten algoritmos y simulaciones, y construyen formas alternativas de ver los fenómenos; quienes recogen cantidades de datos y los muestran como aplicaciones interactivas utilísimas; o quienes juegan directamente con el código y se olvidan de que tiene que servir para algo. Programar es como hablar un idioma para contar historias, recetas, bromas, enigmas... Este documental es entonces una especie de traducción de las cosas interesantes que hemos oído por ahí.
Proceso y visualización
DT: ¿Que relación puede tener, en este caso, el arte y la tecnología?
GF: Es interesante pensar en la tecnología no como aquello que nos sirve para algo, sino aquello que nos está transformando también, que nos produce en cierto sentido como consecuencia. Que la tecnología tenga lenguajes que podemos aprender es lo que nos permite abrir espacios en ese vértigo transformador. Imagina una calle atestada de gente caminando en una dirección: ¿no querrías hablar su idioma, saber a dónde van, crear huecos, cambiar la dirección? La tecnología es proceso transformador, y el arte sabe mucho de procesos.
DT: La idea de proceso está abordada continuamente en el documental. Como tiempo, pero también como comunicación e intercambio...
GF: Vemos de forma distinta a un grupo de personas jugando al fútbol que a un grupo de pájaros formando nubes en el cielo. Sabemos en el primer caso que hay un balón, dos equipos, unas reglas, etc. En el caso de los pájaros es más difícil para nosotros saber porqué vuelan de esa forma, sólo vemos bandadas. Pero podemos intentar imaginar un pájaro, y otro a su lado, y tantear una regla: el segundo persigue al primero. Eso es descodificar y entrever procesos, que están en la naturaleza, pero también en las artimañas económicas o en la complejidad de los lugares que más nos gustan. En cierto sentido, programar te empuja a fijarte en esas cosas.
DT: En el documental se habla también de la visualización de datos. ¿En qué medida los datos pueden trabajarse con estas herramientas?
GF: La mayor parte de los datos que están a nuestro alrededor -producidos en redes sociales, consumos, búsquedas, movimientos de mercancías, personas, parámetros biológicos, médicos, etc- vuelan como bandadas de pájaros sin descodificar. Lenguajes como Processing permiten crear herramientas con las que extraer información de ellos y actuar en consecuencia. Esos datos nos retratan en conjunto como colectividades abstractas enormes -consumidores de electricidad, por ejemplo, usuarios de twitter, etc.-, en esa escala en la que estamos transformando el planeta o en la que movimientos como el 15M o Occupy tienen lugar. Estos fenómenos requieren estas herramientas como el siglo XX la película fotográfica.
Comunidad
DT: Processing es un lenguaje de programación abierto, tiene una «comunidad». ¿Cuál es su papel exactamente?
GF: Processing es un lenguaje abierto y muchos de los proyectos desarrollados con él son también abiertos. Esto hace que puedas ver cómo están hechos e incluso reutilizar aquello que te sirva en tu caso. Lo interesante es que no sólo es copiar y pegar: muchas veces no podrás avanzar sin preguntar, y como tú muchos y muchas más. Cuando programas, buscar en foros o preguntar es una práctica estándar. Esta comunidad de la que hablas es ese conjunto de personas que contribuyen o han contribuido con algún consejo, respuesta, ejemplo, tutorial, etc. publicado para que sirva al resto.
DT: ¿Y qué caracteriza a la comunidad de Processing?
GF: El caso de Processing es muy interesante, ya que ha sido el primer lenguaje de programación para muchas personas, y es por otro lado un lenguaje con el que puedes trabajar profesionalmente. Eso quiere decir que esta comunidad tiene tanto respuestas para las necesidades básicas de quien comienza, como para cuestiones más sofisticadas. En ambos casos lo que primero descubres es un código común, compartido por todos: toma este código y prueba, experimenta un rato y luego vuelves a preguntar. Lo más interesante es que quizá ese código no sólo te enseñe una técnica, sino que cambie el proyecto que te llevó a preguntar…