Leap Motion es un desarrollo independiente que ha conseguido sorprender a toda la comunidad tecnológica del momento. Un pequeño dispositivo, que se conecta a un puerto USB de nuestro ordenador con Windows u OSX por el momento, e interpreta nuestros gestos de manos y dedos para traducirlos a órdenes concretas. Puede, con esta sencilla premisa, revolucionar la forma en la que interactuamos con la tecnología y dejar en entredicho desarrollos muy costosos e incómodos como los de enormes pantallas táctiles cuyo uso continuado produce más molestias posturales que ventajas de uso.
La apuesta por una financiación abierta, en la que se buscaran inversores para el proyecto, consiguió acaparar en su primera ronda casi 12 millones de dólares. A principios de este año, una segunda ronda consiguió 30 millones y la colaboración de ASUS como socio preferente. Las pre-reservas a 79,99 dólares que llevan meses abiertas han sido otro de los instrumentos para captar capital para un desarrollo que promete ser un nuevo foco tecnológico y un revulsivo en cuanto a nuestra forma de relacionarnos con las máquinas.
Los desarrolladores del proyecto no se han detenido en el desarrollo del dispositivo en cuestión y se han abierto a la colaboración de diferentes fabricantes de dispositivos y software para que puedan implementarlo en sus sistemas y aplicaciones. Así, por ejemplo, HP ya ha anunciado que integrará en sus futuros portátiles esta tecnología de forma nativa. Google por su parte ya ha incorporado a la nueva versión de Google Earth soporte para su uso gestual.
Para su lanzamiento ya cuenta con desarrollos para controlar aplicaciones de Autodesk, Corel y juegos de Disney, con lo que muestra un rango amplio de utilidades desde las más profesionales hasta el entorno más lúdico. El continuo anuncio de programas probados o con implementaciones para Leap Motion hacen pensar en que es muy posible que en un breve periodo de tiempo sea un sustituto efectivo del ratón y pueda detener buena parte de los desarrollos de pantallas táctiles en muchos escenarios, sobre todo en los PC.
En sus aspectos técnicos, Leap Motion es un pequeño dispositivo con conexión USB, que usa dos cámaras y tres LEDs infrarrojos para hacer un seguimiento de manos y dedos con un alcance máximo de un metro y una precisión espacial de 0.01 milímetros. En siguientes desarrollos se anuncia ya una versión inalámbrica.
Consolas y desarrollos independientes
Consolas y desarrollos independientes
A pesar de no ser la primera interfaz capaz de interpretar los movimientos de nuestro cuerpo y permitirnos controlar diferentes interfaces, el mérito de Leap Motion ha sido la capacidad de crear un sistema universal y sencillo en el que no hay que plantearse un gran desembolso o desarrollo por parte del usuario. Así hasta ahora diversos hacks de la interfaz Kinetic de Microsoft habían conseguido resultados sorprendentes.
La propiedad de Kinetic por parte de Microsoft, podía ser una limitación a la hora de establecer un desarrollo más abierto y con mayores aspiraciones. Así lo que en un inicio fuera un interfaz para juegos con rastreo de movimientos desarrollado para la consola Xbox acabaría entusiasmando a muchos desarrolladores que al liberarse los controladores comenzarían a experimentar. El buscar un desarrollo que interpretase un lenguaje gestual para operaciones con el ordenador acabaría superando el concepto inicial de Kinetic.
Así la aparición de Leap Motion ha conseguido acaparar todas la atenciones al tratarse de un desarrollo con la finalidad concreta de interactuar con nuestros equipos y con una precisión cien veces superior a Kinetic. Esta capacidad, hace que pueda ser empelado para usos en los que la precisión es absolutamente necesaria, como en herramientas de dibujo asistido. Por otra parte, sus impulsores, han enviado ya más de 10.000 unidades a diversos desarrolladores y empresas que inundan canales de vídeo como YouTube con sus pruebas.
Junto con Google Glass y la consola Ouya, Leap Motion es uno de los dispositivos convergentes que más pueden sorprendernos a lo largo del año y salvo que sea enfangado en procesos por patentes por la competencia, podría llegar a ser la interfaz que en un futuro próximo empleemos de forma cotidiana.